Los responsables de ¡®800 metros¡¯: ¡°Los terroristas atentan contra n¨²cleos emocionales de la vida occidental¡±
El¨ªas Le¨®n Siminiani y Nacho Carretero estrenan este viernes una serie documental en Netflix centrada en los atentados del 17-A en Barcelona y Cambrils
800 metros es la distancia, seg¨²n algunos c¨¢lculos, que recorri¨® zigzagueante la furgoneta que condujo Younes Abouyaaqoub por el paseo central de La Rambla barcelonesa. Era el 17 de agosto de 2017. Su criminal trayecto termin¨® a los 53 segundos porque el veh¨ªculo qued¨® bloqueado por los cuerpos de paseantes arrollados. Total, 14 fallecidos y m¨¢s de cien heridos. Abouyaaqoub asesin¨® apu?alando a otra persona en su huida y la polic¨ªa le dio muerte cuatro d¨ªas despu¨¦s en unos vi?edos de Subirats, a 50 kil¨®metros de Barcelona. La tr¨¢gica jornada termin¨® en Cambrils (Tarragona), con un nuevo asalto terrorista. Falleci¨® una mujer y la polic¨ªa abati¨® a los cinco atacantes. Y 800 metros es el t¨ªtulo de la serie documental que Netflix present¨® este mi¨¦rcoles en el festival de cine de M¨¢laga y que estrenar¨¢ este viernes.
Dirigida por El¨ªas Le¨®n Siminiani, producida por Ram¨®n Campos (Bamb¨² Porducciones) y con Nacho Carretero al frente del equipo de investigaci¨®n que compuso con los periodistas Anna Teixidor y Jes¨²s Garc¨ªa, el t¨ªtulo resuena en otro documental de Siminiani, El caso Alc¨¤sser, porque tambi¨¦n hab¨ªa 800 metros entre el lugar donde supuestamente fueron agredidas las j¨®venes y la fosa donde fueron enterradas. ¡°No es un gui?o. El t¨ªtulo se le ocurri¨® a Ram¨®n Campos. De hecho, es una cifra controvertida porque hay fuentes que hablan de una distancia menor. Me gusta anclar al espectador en un espacio f¨ªsico. Los terroristas buscan atentar contra n¨²cleos emocionales de la vida occidental¡±, comenta el director este lunes por videoconferencia.
800 metros no reconstruye ¨²nicamente lo sucedido aquellos d¨ªas, se interesa en particular por explicar el engranaje que lleva a un grupo de j¨®venes, algunos emparentados, a tomar el camino del asesinato y la inmolaci¨®n. Hay una voluntad de martirio porque como dice una oraci¨®n grabada por uno de los terroristas: ¡°Con la muerte empieza mi vida¡±. El Estado Isl¨¢mico, explican expertos en el documental, propone cobijar a su gente en una comunidad distinta a cualquier estado, a trav¨¦s de la f¨®rmula pol¨ªtico-religiosa del califato les da un nuevo territorio. No eres espa?ol o marroqu¨ª, perteneces a la umma, a la comunidad de creyentes. Y a ello se a?ade la promesa de un para¨ªso. Uno de los j¨®venes se lo dec¨ªa a un amigo converso que interviene en 800 metros: ¡°Jol¨ªn, para qu¨¦ nos quedamos aqu¨ª si podemos tener el para¨ªso. Hay 72 v¨ªrgenes que nos est¨¢n esperando¡±. Por eso, los terroristas llevaban cinturones bomba falsos, para que la polic¨ªa no intentara detenerlos. Los matara. La serie busca acercarse a los enigmas de la mente terrorista.
Siminiani no recurre en sus documentales a expertos que no hayan estado vinculados con la peripecia que se cuenta. En 800 metros es distinto. Lo hace. ¡°Fue una idea de Nacho. Quer¨ªamos algo m¨¢s que una cr¨®nica del atentado. Para entender lo sucedido necesitas un contexto m¨¢s amplio ¡ªgeopol¨ªtico, sociol¨®gico¡ª y a personas capaces de hablar de ello. Se trataba de ver la cronolog¨ªa criminal¨ªstica de otra manera. Es dif¨ªcil hablar de un atentado y hacerlo bien¡±.
Y frente a estos j¨®venes, que estuvieron trabajando y vivieron apaciblemente en Ripoll, aparecen vecinos y compa?eros. M¨¢s de un testimonio del documental es an¨®nimo, lo que obliga a sus autores a trabajar con la invisibilidad del entrevistado. Para Carretero, ¡°no se trata de un miedo a que te puedan matar. Los periodistas aterrizamos y queremos remover, hablar de lo m¨¢s doloroso de sus vidas con unas personas que desean dejarlo atr¨¢s¡±. Incluso protegieron con un trucaje digital, una mampara envolvente, la intervenci¨®n en el juicio de un mosso, el h¨¦roe de Cambrils que abati¨® a cuatro terroristas. Un trato de testigo protegido que el tribunal no quiso darle y tuvo que declarar, destrozado an¨ªmicamente, al descubierto. ¡°Le fue imposible darnos una entrevista y ¨¦l mismo propuso que us¨¢ramos su testimonio en el juicio. Nos pareci¨® que ocultarlo era una salida creativa para ser respetuoso con su proceso personal. De esta manera nos posicion¨¢bamos a su lado¡±, explica Carretero, tambi¨¦n en conversaci¨®n telem¨¢tica.
Todo lo que los autores de esta serie de tres cap¨ªtulos de una hora quieren contar lo hacen con las im¨¢genes y las entrevistas. No existe la voz sabia del narrador, del que siempre prescinde su director. Un asunto muy dif¨ªcil en este tipo de trabajos es el tratamiento visual de los cad¨¢veres. Hay, por ejemplo, la imagen lejana de la furgoneta varada por los cuerpos de algunas de sus v¨ªctimas. ¡°Hab¨ªa que hacer un balance entre la sensibilidad¡±, comenta Siminiani, ¡°ante los momentos m¨¢s dolorosos y la necesidad informativa de dar una imagen sobre el horror, la atrocidad, el bestialismo del que estamos hablando. De ah¨ª la imagen remota. No pod¨ªamos hablar del p¨¢nico y no contrapuntearlo con nada¡±,
La c¨¦lula terrorista ten¨ªa su campamento base en una casa de Alcanar (Tarragona). All¨ª preparaban los explosivos porque su primera idea era reventar la Sagrada Familia, el estadio del Bar?a, la torre Eiffel... Sin embargo, un error en la manipulaci¨®n de los artefactos provoc¨® una potente explosi¨®n en la que muri¨® el im¨¢n Abdelbaki Es Satty, cerebro de la salvajada, y otro terrorista. Lo de Alcanar, que precipit¨® el atentado del d¨ªa 17, despedaz¨® los cuerpos. Sin embargo, el an¨¢lisis gen¨¦tico permiti¨® concluir que Es Satty fue uno de los fallecidos. Y as¨ª lo establece la sentencia en contra de lo sostenido por algunos, particularmente en Catalu?a, de que Es Satty se fug¨®. Tambi¨¦n mantienen pol¨ªticamente viva la sospecha de que el CNI sab¨ªa que iba a producirse el atentado porque el im¨¢n era uno de sus confidentes. El documental lo desmiente y no alimenta el bulo.
Siminiani y Carretero coinciden en que alguien que crea en un imaginario conspirativo ¡°por m¨¢s pruebas que se aporten... no dejar¨¢ de creer¡±. ¡°Una cosa es que aparatos policiales tuvieran contactos en la c¨¢rcel, sin esconderse, con el im¨¢n, como sucede en la infinidad de ocasiones que se busca confidentes, y otra muy diferente que el servicio de inteligencia espa?ol permitiera el atentado. En el documental habla quien tiene que hablar. El juez de instrucci¨®n admite que hay aspectos del caso que no est¨¢n claros y despejarlos pedir¨¢ a?os, pero descart¨® las sospechas sobre el CNI. Algunos trabajos period¨ªsticos han publicado la conexi¨®n de la c¨¦lula de Ripoll con Al Qaeda. Ello le dar¨ªa una dimensi¨®n que hace imposible la conducta que se atribuye al CNI¡±. ¡°Con el 11-S¡±, explica Carretero, ¡°pas¨® algo similar. Se dijo que hab¨ªa sido la CIA. Las teor¨ªas de la conspiraci¨®n siempre est¨¢n dispuestas a brotar ante cualquier hecho traum¨¢tico. No es nuevo. Aparecen en los momentos iniciales y con el tiempo caen por su propio peso, pero persisten en el imaginario p¨²blico y permiten alimentar otros frentes que no tienen nada que ver con el atentado¡±.
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