C¨®micos menesterosos
La oferta inabarcable de humoristas ha terminado por devolver al gremio a un estadio cuasi medieval
Javier P¨¦rez And¨²jar, en su novela Todo lo que se llev¨® el diablo, introdujo al ped¨®mano, un personaje capaz de interpretar el himno de Riego a base de ventosidades. Hubo un ped¨®mano en la vida real; se llamaba Joseph Pujol, franc¨¦s hijo de catalanes que se gan¨® muy bien la vida gracias a controlar su aparato digestivo a voluntad.
Desconozco el car¨¢cter de Joseph Pujol, si era un cretino o un ¨¢ngel de Dios. Me pregunto qu¨¦ rasgo define a un c¨®mico m¨¢s que ning¨²n otro. A lo mejor es el car¨¢cter depresivo. A lo mejor es no escuchar a nadie salvo para soltar chistes ya sea en un velatorio o en las gradas de Los Pajaritos. ?C¨®mo podemos acotar la esencia del c¨®mico? Tengo muchos amigos c¨®micos ¡ªs¨¦ que suena como en los noventa decir que ten¨ªas un amigo gay¡ª y me consta que hay una parte brillante en la que sales en Got Talent, y todo el mundo te quiere, y otra oscura en la que pareces un personaje de P¨¦rez And¨²jar paseando por la Espa?a b¨¢rbara.
Cuando nacieron las privadas la fama te pod¨ªa ahogar, como dicen que pas¨® con Pepe Carrol. Cuando nacieron las tem¨¢ticas pagaban 500 euros por una colaboraci¨®n puntual. Hoy se paga menos o directamente no se paga. ?Recuerdan aquello de la aldea global? A lo mejor deber¨ªamos recuperar a Marshall McLuhan. Cada semana espero un nuevo v¨ªdeo de David Su¨¢rez, apestado oficial de las cadenas de televisi¨®n. Qu¨¦ desperdicio que el t¨ªo m¨¢s gracioso de Espa?a necesite estar en Twitch soltando chistes al ritmo de una churrera en A?o Nuevo. Y como ¨¦l, tantos otros. La oferta inabarcable de c¨®micos ha terminado por devolver a los artistas a un estadio cuasimedieval. En vez de los carromatos de Zapan¨° y La Strada hay canales de Twitch, y en vez de una gorra hay un bot¨®n de suscripci¨®n. Pero, en esencia, el gremio ha vuelto al principio. Tanta vuelta para tan poco.
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