Harry Bosch: ¡®se?oros¡¯ que s¨ª

A Harry Bosch le gusta el jazz, pagar en met¨¢lico y comer en sitios que espantar¨ªan al cardi¨®logo m¨¢s liberal (su hija, que se ha empe?ado en que coma algo que reduzca su riesgo de infarto, comenta, al revisar su despensa: ¡°Bueno, pap¨¢, aqu¨ª tienes los hidratos, las grasas y el az¨²car, tus tres grupos b¨¢sicos de alimentos¡±). Tambi¨¦n bebe, como dir¨ªa alg¨²n personaje de Cuerda, una gotica de whisky de vez en cuando. Se lo sirve en una casa que tiene colgada de un precipicio con vistas a Los ?ngeles. Una casa que se le est¨¢ cayendo, porque tampoco respeta las normas urban¨ªsticas y no est¨¢ asegurada. No fuma, aunque conduce coches sin etiqueta ecol¨®gica.

Bosch era un polic¨ªa, pero en esta temporada de su versi¨®n televisiva (en Amazon Prime) es detective privado. Su misi¨®n actual incluye a un anciano multimillonario que le contrata para encontrar a una hija que tuvo hace 70 a?os. El viejo vive en una mansi¨®n de estilo espa?ol, lo que resume todos los gui?os: el personaje de Connolly se ha convertido en un detective de los a?os 30, un Sam Spade.

No caben m¨¢s lugares comunes del g¨¦nero en Bosch. Por lo general, los t¨®picos solo me los trago si vienen agitados y no revueltos en un c¨®ctel de iron¨ªa. Ni siquiera soy lector de novela negra (un t¨®pico de se?oro gordo y con barba que no cumplo), pero en esta serie me parece que est¨¢ todo bien. Me fascina el retrato de Los ?ngeles, me creo las ansias de venganza y de justicia, e incluso me conmueve esa forma elegante de calzar las citas de los detectives cl¨¢sicos. ¡°Haz lo que digo, no lo que hago¡±, le dice a su hija en un ataque de mansplaining. En Bogart sonar¨ªa indecente, pero, si lo pronuncia Titus Welliver, le agradeces el consejo.

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