¡®La ciudad es nuestra¡¯ o la corrupci¨®n policial
Los seis episodios de la serie de HBO Max muestran una ciudad, como tantas otras, en las que las drogas y la violencia forman ya parte del paisaje urbano
El problema para David Simon al crear una obra maestra como The Wire (2002) es que cualquier producci¨®n posterior va a ser comparada siempre con ella, al margen de la calidad de la nueva serie. Es el caso de La ciudad es nuestra (2022), basada en el libro hom¨®nimo de Justin Fenton y en el que Simon vuelve a ser coresponsable de la misma.
La acci¨®n se desarrolla en Baltimore en 2015. Freddie Gray, un joven negro de 25 a?os, muere por una lesi¨®n en la espina dorsal mientras se encontraba bajo custodia policial. Los disturbios y saqueos en la ciudad condicionaron el que la fiscal del estado de Maryland para Baltimore, Marilyn Mosby, anunciara en una rueda de prensa que se presentar¨ªan cargos por homicidio involuntario contra los seis polic¨ªas involucrados en la detenci¨®n y traslado de Gray. Es el pistoletazo de salida. Los seis episodios de La ciudad es nuestra (HBO Max) muestran una ciudad, como tantas otras, en las que las drogas y la violencia forman ya parte del paisaje urbano.
El problema, o uno de ellos, surge cuando un equipo especial de la polic¨ªa, comandado por el sargento Wayne Jenkins ¡ªinterpretado magistralmente por Jon Bernthal¡ª, considera que limpiar las calles de drogas y armas conlleva el enriquecimiento propio y de su equipo. Nada es gratis. Se sigue y se persigue a los camellos, se los detiene y encarcela, pero previamente se les roba su dinero que, como se sabe, suele ser mucho. La serie, en realidad, denuncia sobre todo la corrupci¨®n policial por m¨¢s que, finalmente, Wayne Jenkins y su equipo especial sufrieron importantes condenas de prisi¨®n. Una notable serie sobre la corrupci¨®n policial y la eficiencia del sistema judicial.
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