Cine y series: los datos prueban que no son universos tan conectados como parece

Las pel¨ªculas y las series se ven. Y, luego, se debaten en bares, casas y oficinas. En esas charlas, cualquiera habr¨¢ escuchado una teor¨ªa recurrente: cine y televisi¨®n se parecen cada vez m¨¢s y los mismos creadores pasan de uno a otra y viceversa. Tanto que festivales hist¨®ricos como Cannes o Venecia han abierto sus puertas a los productos para pantalla peque?a y la Academia espa?ola lleg¨® a plantearse premiarlos en los Goya, aunque finalmente lo descart¨®. Resulta, sin embargo, que un reciente informe muestra justo lo contrario. Solo el 11% de los directores y el 7% de los guionistas trabaj¨® para ambos formatos entre 2015 y 2020, seg¨²n un estudio del Observatorio Audiovisual Europeo, basado en las fichas online de m¨¢s de 30.000 creadores. M¨¢s que una alianza, parece que cine y televisi¨®n ofrecen una disyuntiva.

¡°Las ciencias sociales intentan dar objetividad a las impresiones. Cuando uno habla se acuerda de tres o cuatro casos, pero al ampliar el foco la cosa cambia¡±, reflexiona Javier Carrillo, coautor de un reciente informe realizado para Dama (la entidad de gesti¨®n de los derechos de autor del sector audiovisual) que arroja resultados parecidos: solo el 12% de los cineastas filma tambi¨¦n series; y un 35% de los directores de televisi¨®n realiza adem¨¢s pel¨ªculas. Lejos, pues, de cifras que demuestren una s¨®lida compenetraci¨®n entre gran y peque?a pantalla.

Tal vez Foodie Love de Isabel Coixet o La fortuna de Alejandro Amen¨¢bar distorsionen la percepci¨®n. Muchos recordar¨¢n a grandes cineastas que s¨ª est¨¢n trabajando en los dos formatos. Igual que Marc Vigil, que construy¨® el camino hacia su primer largo, El silencio del pantano, a base de ¨¦xitos televisivos. Representan, sin embargo, la excepci¨®n. ?Por qu¨¦? Carrillo apunta a la relaci¨®n estrecha entre productores de televisi¨®n y sus directores de confianza; o las diferencias en los dos procesos creativos. ¡°La inmensa mayor¨ªa del cine obedece m¨¢s a una impronta autoral. En la televisi¨®n, en cambio, se suele lidiar con un r¨¦gimen m¨¢s industrial, notas constantes de los productores, la figura del showrunner [algo as¨ª como el creador que pone en marcha una serie]¡­¡±, agrega el experto.

El informe del Observatorio Audiovisual Europeo ¡ªbasado en datos propios y de la web especializada Imdb¡ª refuerza esa afirmaci¨®n con cifras: en el 61% de las pel¨ªculas analizadas, el director tambi¨¦n se encarg¨® del guion; en las series, ese porcentaje baja al 20%. De media, un filme est¨¢ escrito por 1,8 creadores y una obra televisiva de varios episodios por 2,8. Algunas plataformas intentan incluso diluir el sello del autor hasta apoderarse de ¨¦l: donde el cine suele decir ¡°una pel¨ªcula de Carla Sim¨®n¡±, estas compa?¨ªas anuncian a menudo una serie ¡°de Netflix¡± o de ¡°Disney +¡±. Carrillo, de hecho, ha detectado tambi¨¦n alg¨²n rechazo de cineastas hacia la direcci¨®n en televisi¨®n por algo que se podr¨ªa resumir como ¡°superioridad moral¡±.

Matizaciones

Ana Pineda, directora general del sindicato de guionistas Alma, ha le¨ªdo a fondo el estudio del Observatorio Audiovisual Europeo. Y cree que requiere alguna matizaci¨®n: avisa, ante todo, de que a veces han detectado inexactitudes en su fuente principal, la web Imdb. Agrega que el informe contabiliza a los cineastas que escriben sus pel¨ªculas tambi¨¦n como guionistas, mientras que su perfil normalmente est¨¢ m¨¢s volcado en la direcci¨®n y no suelen ¡°aspirar a realizar¡± guiones para episodios de televisi¨®n. Por ¨²ltimo, se?ala que el c¨¢lculo tiene en cuenta filmes y series para la pantalla peque?a pero no, por ejemplo, programas de entretenimiento. De ah¨ª que estime que el 7% de guionistas que trabaja tanto en cine como en televisi¨®n sea sensiblemente m¨¢s alto: por lo menos el doble, o incluso m¨¢s. Aunque, a la vez, comparte que probablemente se quede por debajo de la mayor¨ªa del sector.

¡°Tambi¨¦n es cierto que lo que se va aproximando son las pel¨ªculas y series de gran ambici¨®n y calidad. Pero el abanico en la televisi¨®n es enorme, y la mayor¨ªa son producciones diarias y m¨¢s comerciales¡±, apunta Juan Zavala, director de contenidos de Dama. Los dos informes coinciden, adem¨¢s, en otra conclusi¨®n: el aumento de la producci¨®n televisiva no ha supuesto m¨¢s estabilidad en el trabajo de directores y guionistas. ¡°La respuesta es negativa¡±, reza literalmente el estudio de Carrillo. Y el propio experto considera que, de momento, se puede hablar de ¡°oportunidad perdida¡±.

Muchos creadores, pues, se quedan en su formato. Y en su precariedad. No por nada la investigaci¨®n del Observatorio Audiovisual Europeo se titula ¡°La desaparici¨®n¡±. Traducido en n¨²meros: de cada 100 directores que estrenaron un largo en 2015 casi la mitad (47) no volvi¨® a trabajar ni en cine ni en televisi¨®n en los siguientes cuatro a?os. De 100 guionistas, esa inactividad afect¨® a 53. De ah¨ª que no sorprenda otro dato procedente del estudio de Dama: solo el 12% de los directores filma m¨¢s de dos pel¨ªculas en un plazo de cinco a?os.

Lo cual se refleja en los bolsillos. Un 25% de los que se ponen detr¨¢s de una c¨¢mara trabaja, como m¨¢ximo, tres meses al a?o. Y un porcentaje parecido (27,7%) no llega a ingresar ni 20.000 euros en 12 meses. M¨¢s en general, el 60% se ve obligado a compaginar su oficio con otras actividades, algo que, en realidad, sucede en pr¨¢cticamente todos los sectores culturales.

Carrillo lo explica, en parte, con una paradoja: el aumento de las ventanas puede generar m¨¢s oportunidades pero, a la vez, reducirlas. De 2015 a 2020, el cine espa?ol sac¨® adelante m¨¢s de 220 pel¨ªculas al a?o (entre producciones y coproducciones), seg¨²n datos oficiales del Instituto de las Artes y las Ciencias Cinematogr¨¢ficas. Y el experto ha contabilizado 34 estrenos de series nacionales (entre debuts o nuevas temporadas) en el cat¨¢logo de emisoras y plataformas en lo que va de a?o. En la salvaje pelea por el p¨²blico, cree que est¨¢n destinados a sobrevivir solo los m¨¢s fuertes. Cita, por ejemplo, el caso del filme La piel en llamas, de David Mart¨ªn Porras, que no alcanz¨® ni 100 espectadores en su paso por las salas a finales de mayo. Y, como ¨¦l, muchos m¨¢s. ¡°Desde 2020, el consumo ha cambiado mucho. Va a haber una expulsi¨®n cada vez mayor. Mi vaticinio es tremendamente pesimista¡±, apunta. Tal vez, para evitarlo, cine y televisi¨®n puedan ayudarse mutuamente. Aunque, hasta ahora, la realidad ha contado otra pel¨ªcula. Y otra serie.

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