La paradoja de la crisis de ¡®Estirando el chicle¡¯
Seg¨²n quienes las critican, Carolina y Victoria han amparado el discurso tr¨¢nsfobo, pero la paradoja de esta situaci¨®n es que, en una especie de profec¨ªa autocumplida, si nadie hubiese se?alado a Sornosa, es muy probable que su opini¨®n sobre este tema no hubiese tenido ning¨²n eco
Antes de crear Estirando el chicle, uno de los podcasts m¨¢s escuchados de Espa?a, Victoria Mart¨ªn y Carolina Iglesias crearon y protagonizaron V¨¢lidas, una serie que se puede ver en Youtube. La premisa de V¨¢lidas es estupenda: dos c¨®micas en horas bajas deciden hacerse pasar por pareja para conseguir un reconocimiento y un ¨¦xito que ellas creen que se les niega. Este punto de partida les sirve para hablar de imagen, valor, ¨¦xito y sus m¨²ltiples intersecciones y contradicciones, de la tiran¨ªa del like y de todas esas esclavitudes que parece comportar cierto nivel de celebridad. De haber existido entonces, podr¨ªan haber utilizado como sinton¨ªa La fama, la bachata de Rosal¨ªa cuyo estribillo recalca que la fama es mala amante y traicionera y que como viene se va, una versi¨®n moderna del If de Kipling, de esos versos en los que dice: ¡°Si puedes encontrarte con el Triunfo y el Desastre, y tratar a esos dos impostores de la misma manera¡±.
Victoria y Carolina se han encontrado con el desastre despu¨¦s de haber invitado a su podcast a la c¨®mica Patricia Sornosa por tener un podcast con una de sus colaboradoras, Patricia Espejo. O m¨¢s bien despu¨¦s de que Twitter expusiera una serie de tuits suyos que parecen hacer gala de feminismo transexcluyente. La masa corri¨® a criticarlas por darle voz a Sornosa ¡ªaunque en el programa no hable del tema¡ª porque su podcast se precia de abanderar la causa LGBT, y lo que en un principio podr¨ªa entenderse como la expresi¨®n de un descontento leg¨ªtimo acab¨® convertido en un linchamiento que Victoria ha descrito como el peor que ha sufrido. Seg¨²n ellos, por el hecho de invitarla, Carolina y Victoria han amparado el discurso tr¨¢nsfobo, pero la paradoja de esta situaci¨®n es que, en una especie de profec¨ªa autocumplida, si nadie hubiese se?alado a Sornosa, es muy probable que su opini¨®n sobre este tema no hubiese tenido ning¨²n eco.
Este esc¨¢ndalo, que incluye una gesti¨®n pobre de una crisis de imagen, un acoso de la peor categor¨ªa ¡ªde los motivados por las buenas intenciones¡ª, una c¨®mica sin gracia ni decoro y una situaci¨®n muy desagradable podr¨ªa servir de material para una hipot¨¦tica segunda temporada de V¨¢lidas. Una que hablase de otros cuatro versos del If: ¡°Si puedes esperar y no cansarte de la espera; / o si, siendo enga?ado, no respondes con enga?os, / o si, siendo odiado, no incurres en el odio. / Y aun as¨ª no te las das de bueno, ni de sabio¡±. Seg¨²n Kipling, heredas la tierra. O la madurez, qui¨¦n sabe.
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