La comunidad de ¡®La que se avecina¡¯ se muda al centro de Madrid
La decimotercera temporada, que se estrena el 18 de noviembre en Amazon Prime Video, cambia de escenario para abordar la gentrificaci¨®n y los cambios sociales en la ciudad
Los vecinos de Mirador de Montepinar se mudan. Tras 12 temporadas, dejan atr¨¢s aquella urbanizaci¨®n que promet¨ªa tantos lujos y propici¨® tantos fracasos, fruto del boom del ladrillo espa?ol de los a?os 2000, para mudarse al centro de Madrid. La fachada del edificio se?orial, Contubernio 49, que acoger¨¢ a los personajes emblem¨¢ticos en la nueva temporada de La que se avecina, hace esquina con el t¨ªpico bar hipster de paredes de ladrillo rojo, que tambi¨¦n ser¨¢ escenario de muchos encuentros. Precisamente, la gentrificaci¨®n de los barrios urbanos ha sido uno de los fen¨®menos sociales que el cocreador y guionista de la serie, Alberto Caballero, ha tenido en cuenta para escribir los nuevos cap¨ªtulos que se estrenar¨¢n el pr¨®ximo 18 de noviembre en Amazon Prime Video (con tres episodios el d¨ªa del estreno, seguidos de uno nuevo cada semana hasta completar la temporada) antes de que la estrene Telecinco en abierto.
Caballero lo explica as¨ª: ¡°La ciudad ha cambiado mucho y esta mudanza, al igual que el espacio de rodaje en la calle, nos va a dar mucho juego. La gentrificaci¨®n es un proceso real que quer¨ªamos plasmar. En este nuevo escenario, los personajes salen a la calle y los puede atropellar un patinete, o tienen la cocina de un restaurante chino de reparto a domicilio al lado de su apartamento¡±.
Adem¨¢s de replicar el proceso de uberizaci¨®n de las urbes, la mudanza ha permitido jugar con las diferencias de estatus social de los personajes. Los m¨¢s pudientes ¡ªla Marquesa (Mamen Garc¨ªa) o la jefa de la comunidad que es farmac¨¦utica¡ª viven en los pisos que dan a la calle, y los ¡°muertos de hambre¡± ¡ªentre los cuales est¨¢n la familia de Antonio Recio (Jordi S¨¢nchez) y un grupo de estudiantes¡ª, en los bajos o en viviendas que dan al patio interior.
La introducci¨®n de nuevas tramas y personajes, como el de F¨¦lix G¨®mez que interpreta a un hedonista carism¨¢tico y seductor, aportan ox¨ªgeno a una serie que cuenta con m¨¢s de 170 cap¨ªtulos, y que lleva emiti¨¦ndose en televisi¨®n desde 2007. Caballero, que est¨¢ muy orgulloso del nuevo decorado, comenta el reto que supone conciliar las novedades con la audiencia: ¡°El p¨²blico desarrolla un v¨ªnculo fuerte con lo que ya conoce y en cuanto les tocas a un personaje o cambias las c¨¢maras a unas de mayor resoluci¨®n te dicen que les gustaba m¨¢s como estaba antes, hasta que se adaptan a lo nuevo¡±.
Ahora que la serie ha sido renovada por dos temporadas m¨¢s, Caballero explica que su ¨¦xito reside en saber traducir la realidad social del momento con humor, algo que Jordi S¨¢nchez resume en dos palabras como ¡°costumbrismo punk¡±. Quiz¨¢ sea esa una de las causas por las que la serie cuenta con un s¨¦quito de seguidores cada vez mayor. Luis Merlo, el actor que interpreta a Bruno y que anteriormente trabaj¨® con los creadores de la serie en Aqu¨ª no hay quien viva, se sorprende de este fen¨®meno: ¡°El relevo generacional de espectadores, que no se suele producir en otros programas, es maravilloso. Los adolescentes se siguen enganchando. Muchos me dicen que han crecido conmigo¡±.
Incorrecci¨®n pol¨ªtica
Adem¨¢s, Merlo est¨¢ convencido de que la serie, que es pol¨ªticamente incorrecta, no podr¨ªa emitirse de cero en 2022, ¡°porque las barbaridades que se dicen ser¨ªan duramente criticadas¡±. G¨®mez, que es nuevo en el equipo, admite haberse sorprendido por alguna l¨ªnea terriblemente machista de su personaje, pero Loles Le¨®n, que interpreta a Menchu, una mujer obsesionada con hacer que su hija adelgace, apunta que la incorrecci¨®n pol¨ªtica es una caracter¨ªstica distintiva de la serie: ¡°Se bromea de todo lo que est¨¢ pasando en Espa?a y los temas candentes se dicen con una gracia, un salero y un talento ¨²nicos¡±.
Sin embargo, la intolerancia o el machismo de algunos personajes que aparecen en la trama para crear situaciones c¨®micas no siempre son entendidos por los espectadores. Pablo Chiapella (Amador, o el Cuqui en la serie) ilustra estos malentendidos: ¡°Alg¨²n chiquillo me ha dicho: ¡®Buah, de mayor quiero ser como tu personaje¡¯, y eso significa que no han entendido nada. Que yo haga graciosas las burradas de Amador no significa que est¨¦n bien¡±. Los actores son conscientes de que los m¨¢s j¨®venes son los m¨¢s propicios a admirar a las caricaturas que son los personajes de Amador o de Recio. Petra Mart¨ªnez, que da vida a Fina, una anciana mis¨¢ntropa y s¨¢dica, le ve a esto el lado positivo: ¡°Hay gente que no quiere que la vean los ni?os, pero es que tiene la ventaja de que hay cosas que los cr¨ªos no entienden, como pasaba con Los Simpson¡±.
Caballero le quita hierro al asunto: ¡°Al final, lo que intentamos es que La que se avecina sea un retrato distorsionado de la realidad para hacer cr¨ªtica, o simplemente para que el espectador pase un buen rato¡±. Durante la Alta Edad Media, los trovadores y juglares popularizaron en el norte de Francia cuentos procaces llamados fabliaux, de los que La que se avecina puede considerarse heredera. El fil¨®logo franc¨¦s Joseph B¨¦dier los defini¨® como relatos en verso para hacer re¨ªr. Aunque inclu¨ªan moraleja, esta era bastante ambigua y no ten¨ªa ninguna intenci¨®n did¨¢ctica. Tambi¨¦n se burlaban de los personajes arquet¨ªpicos (el cura, la mujer del burgu¨¦s, el marido cornudo) en una historieta que no era m¨¢s que ¡°una burla y un chiste¡±, como teoriz¨® B¨¦dier. Mart¨ªnez cuenta que, una vez, un taxista que ten¨ªa depresi¨®n le dijo que La que se avecina hab¨ªa sido sanadora para ¨¦l. S¨¢nchez a?ade: ¡°Yo a¨²n me sigo riendo con los guiones, son gracios¨ªsimos¡±.
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