¡®Sin novedad en el frente¡¯: el futuro de Europa se juega en las trincheras (otra vez)
La pel¨ªcula de Netflix es un portento t¨¦cnico y emocional, pero puede atragantarse. Lo que m¨¢s teme un soldado metido en el fango es v¨¦rselas con un tanque, hoy tambi¨¦n en Ucrania
Mucho dron bomba, mucho sat¨¦lite, mucha ciberinteligencia y mucho misil teledirigido que causa gran destrucci¨®n. Pero los episodios m¨¢s decisivos de la guerra de Rusia contra Ucrania se est¨¢n librando ahora en el barro y en el hielo, palmo a palmo, en trincheras como las que cruzaron Europa de 1914 a 1918. Y en ese fango se imponen los carros de combate. Lo cuenta as¨ª un soldado ucranio a Euronews: ¡°Lo m¨¢s aterrador es cuando ves venir un tanque hacia ti. Cuando el tanque dispara sucede muy r¨¢pido. Cuando es un proyectil que vuela hacia nuestra posici¨®n, lo oyes y tienes uno o dos segundos para esconderte¡±.
Una de las escenas m¨¢s impactantes de Sin novedad en el frente, y hay muchas tremendas, llega cuando unos tanques arrollan las debilitadas posiciones alemanas en el frente franc¨¦s al final de la I Guerra Mundial. Su blindaje repele las balas, su ca?¨®n dispara de cerca, las orugas superan cualquier desnivel o directamente aplastan a quien se interponga.
La pel¨ªcula de Netflix ¡ªbasada en la novela de Erich Maria Remarque, ya llevada a la pantalla en 1930 y 1979¡ª es un portento en lo t¨¦cnico y en lo emocional, y de ah¨ª sus nueve nominaciones a los Oscar. Pero puede atragantarse al espectador, porque no se ahorra ni un detalle de los horrores de la guerra. El relato subraya lo in¨²til de la p¨¦rdida de vidas j¨®venes, sobre todo las enviadas al matadero, sin nada que ganar, cuando ya se negociaba un armisticio.
Rusia prepara una gran ofensiva terrestre una vez formados los 300.000 movilizados a la fuerza. Una ¡°nueva fase brutal de la guerra¡±, lo llama el New York Times. Europa y Estados Unidos mandar¨¢n los tanques que imploraba Kiev porque, s¨ª, estamos todos implicados. El futuro de Europa vuelve a jugarse en las trincheras como hace un siglo. Nada indica que estemos cerca del final.
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