Espanto
Ning¨²n ser humano se preocup¨® por ¨¦l. Ninguna duda razonable de que el infierno est¨¢ en la tierra
En Seven, el soci¨®pata empe?ado en castigar a los se?alados por la Biblia, artista de la tortura y del sadismo, que se cebaba con las v¨ªctimas que encarnaban los siete pecados capitales, comenzaba su macabra fiesta haciendo comer hasta reventar a un fulano gord¨ªsimo cuyo ¨²nico placer en su solitaria y pat¨¦tica existencia era zampar sin freno. Se supone que aquello era ficci¨®n y que al se?or que pesaba 250 kilos, con s¨ªndrome de Di¨®genes y que ha permanecido m¨¢s de tres a?os oculto en su casa, no le ha retenido ning¨²n justiciero diab¨®lico. Simplemente, que durante ese tiempo ning¨²n ser humano se preocup¨® por ¨¦l. Ni poco, ni mucho, ni nada. Y vete a saber si ese tipo se port¨® mal anteriormente con sus semejantes, pero es una barbaridad el desamparo que ha sufrido. Si han reparado en su existencia era por el olor repugnante que sal¨ªa de su cueva.
Leyendo esa noticia espeluznante la asocio con la muerte hace a?o y medio en Par¨ªs de un fot¨®grafo de 84 a?os que se hab¨ªa ca¨ªdo en una frecuentada calle. La congelaci¨®n acab¨® con ¨¦l al amanecer. Cientos de personas pasaron a su lado durante toda la noche. A ninguna se le ocurri¨® pensar que esa persona necesitaba ayuda. O peor a¨²n, estar¨ªan convencidos de que podr¨ªa pedirla. Lo cual ser¨ªa ofensivo para los que pasan sus d¨ªas y sus insomnios mirando la pantalla de un tel¨¦fono. Perder¨ªan su irremplazable tiempo.
Ninguna duda razonable de que el infierno est¨¢ en la tierra. Pero un escalofr¨ªo m¨¢s hondo es cuando me entero de que hay ni?os que se suicidan. Tambi¨¦n pueden hacerlo a pares y siendo gemelas. Y entiendes al hombre que lleg¨® al coraz¨®n de las tinieblas repitiendo con expresi¨®n son¨¢mbula: ¡°El horror, el horror¡±.
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