La revoluci¨®n sexual femenina ser¨¢ televisada
La serie ¡®Zorras¡¯, de Atresplayer, adapta la novela de Noem¨ª Casquet sobre tres amigas que buscan liberarse y dar rienda suelta a su placer
El azar hace que los destinos de Alicia, Emily y Diana se crucen una noche. Con formas de ser y procedencias muy diferentes, esa noche decidir¨¢n que ese hombre que las grita por la calle tiene raz¨®n. Que son unas zorras, y a mucho orgullo. Y como tales se comportar¨¢n a partir de ahora. Juntas explorar¨¢n su sexualidad y har¨¢n realidad las fantas¨ªas que no se han atrevido a llevar a la pr¨¢ctica hasta ahora.
La nueva serie de Atresplayer, Zorras (estreno el domingo 16 de julio con dos episodios), adapta la novela hom¨®nima de la escritora y periodista especializada en sexualidad Noem¨ª Casquet. La trilog¨ªa Zorras, Malas y Libres se public¨® en 2020 y se convirti¨® en superventas al momento. ¡°Si pudiera definir esta historia con una palabra, y s¨¦ que es una palabra muy sobada, ser¨ªa revoluci¨®n, y libertad. Es una revoluci¨®n sobre la sexualidad femenina y la libertad femenina. Me atrever¨ªa a decir que es la primera serie con un enfoque real y no romantizado sobre c¨®mo es la liberaci¨®n de una mujer joven¡±, dice la escritora.
Con el ritmo fren¨¦tico propio de la era tiktok, m¨²sica urbana de letras reivindicativas y provocadoras, escenas expl¨ªcitas y mucho humor y descaro, sus cap¨ªtulos de media hora cuentan una historia de amistad femenina y de empoderamiento a trav¨¦s del poder que da el placer y el sexo, el autoconocimiento, en definitiva. ¡°Adem¨¢s es una serie llena de ternura¡±, destaca Andrea Ros, que interpreta a la protagonista, Alicia, una joven que se traslada desde su pueblo natal a Madrid a la caza del trabajo de sus sue?os y, de paso, rompe con la mon¨®tona relaci¨®n que mantiene con su novio. ¡°Parece una serie de contenido er¨®tico y, sin embargo, hay mucha ternura¡±, contin¨²a Ros. Mirela Bali?, actriz espa?ola de origen serbocroata, concuerda y va m¨¢s all¨¢: ¡°Vi¨¦ndola pensaba en lo divertida que es desde un punto de vista del patetismo humano. Cuando alguien se cae por la calle, te r¨ªes porque empatizas, porque podr¨ªas haber sido t¨² y te ha pasado m¨¢s veces. La torpeza es parte de la vida y hay torpeza en las relaciones con amigas, en el sexo¡¡±, asegura. Tai Fati completa el tr¨ªo: ¡°Con esta serie yo he aprendido a mirarme a m¨ª misma con otra mirada, con m¨¢s cari?o y m¨¢s empoderada¡±.
Las tres actrices y la escritora de los libros hablan con EL PA?S en una sala de la sede de Atresmedia a finales de junio. Cuando recuerdan el rodaje, Andrea Ros, que ha participado en series como Amar es para siempre y Mar de pl¨¢stico, destaca el hecho de que la mayor¨ªa de las jefas de departamentos fueran mujeres. ¡°Nunca hab¨ªa trabajado con tantas jefas de departamento, y eso tiene un impacto incre¨ªble en la forma de trabajo. Desde los cuidados se trabaja mucho mejor. Estoy acostumbrada a sets m¨¢s agresivos, m¨¢s violentos, con m¨¢s estr¨¦s. En Zorras era todo el mundo m¨¢s feliz. Un d¨ªa, quise que mis hijos viniesen al rodaje, y quienes prestaron las sillitas del cochecito fueron el director de producci¨®n y la jefa de producci¨®n. Los ni?os siempre han sido bienvenidos al rodaje porque muchos ¨¦ramos mam¨¢s y pap¨¢s. Siempre ha habido espacio para la conciliaci¨®n. Yo ped¨ª un d¨ªa libre porque era el primer d¨ªa de colegio de mis hijos y no solo me lo dieron, sino que ese d¨ªa se rod¨® de noche para que el resto pudieran ir con sus hijos al colegio. Cuando se ponen los cuidados en el centro, autom¨¢ticamente todo el mundo es feliz¡±.
En una serie en la que el sexo juega un papel fundamental, una figura imprescindible en el rodaje fue la de las coordinadoras de intimidad Luc¨ªa Delgado y T¨¢bata Cerezo. ¡°Se trabajan esas escenas desde un lugar muy seguro para estar muy arropadas por ellas y por todo el equipo. Ten¨ªamos unos ensayos previos, donde antes de coreografiar las escenas, trataban esa intimidad y el v¨ªnculo con el compa?ero de escena, con ejercicios como coger la mano del compa?ero, y pidiendo permiso para tocar el cuerpo del otro, fijar zonas rojas, verdes y amarillas en funci¨®n de qu¨¦ te sientes c¨®modo de exponer o no, d¨®nde ser tocado o no¡±, explica Bali?, que en octubre estar¨¢ en la s¨¦ptima temporada de ?lite. Ros a?ade la importancia de la coordinaci¨®n que llevan a cabo con otros departamentos: ¡°Cuidan el vestuario, que nuestros genitales est¨¦n protegidos, que est¨¦n protegidos al contacto con otras personas, coordinan las c¨¢maras¡ No es solo coreograf¨ªa, sino que hacen que todo el mundo est¨¦ en sinton¨ªa¡±.
Tanto el libro como la serie Zorras tienen una intenci¨®n did¨¢ctica detr¨¢s, y algunos personajes rompen la cuarta pared para hablar directamente al espectador y explicar conceptos relacionados con la sexualidad. Casquet, que fue asesora de la serie y participa con un peque?o papel, quer¨ªa que la versi¨®n audiovisual de su novela mostrara una ¡°sexualidad real¡±. ¡°Solemos hablar mucho de la pornograf¨ªa, que es un lugar de lucha, pero otro es el cine convencional, que sigue ficcionando hasta unos niveles irreales c¨®mo es nuestra sexualidad y el placer femenino. Yo quer¨ªa que se representara la libertad sexual de las mujeres desde el punto de vista natural y real que se recoge en los libros. Y esa esencia se ha mantenido. La serie te deja la misma sensaci¨®n que el libro. Piensas: ¡®quiero eso con mis amigas porque me quiero liberar y quiero saber qui¨¦n soy, porque es mi derecho y soy merecedora de placer¡±.
Para terminar, ?c¨®mo vamos de liberaci¨®n sexual femenina en Espa?a? Una risita floja precede a la respuesta. ¡°Complicado, porque todav¨ªa seguimos teniendo la sensaci¨®n de que tenemos que seguir aguantando cosas. Las mujeres hemos aguantado mucho el dolor y nunca hemos pensado que ¨¦ramos merecedoras de placer hasta el feminismo y la revoluci¨®n que estamos apoyando y reivindicando¡±, dice Casquet, que defiende las bondades de las redes sociales e internet para crear comunidades y alianzas en las que hacerse m¨¢s fuertes. ¡°Nos queda mucho por caminar, y el foco no solo hay que ponerlo en la gente joven, debe estar en todas las generaciones posibles, desde las mujeres de 70 a?os que todav¨ªa pueden seguir sintiendo placer hasta las ni?as de seis a?os a las que hay que educar en el consentimiento, el poder, la fuerza, la diversidad corporal, la autoestima y el conocimiento¡±, remata.
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