No te r¨ªas que es peor

A una amiga, su jefe le regal¨® unas bragas; a otra, el suyo la llamaba ¡°mi querido edelweiss¡±, sin tener ella nada que ver con Suiza, las cumbres o la familia Trapp; a una tercera, uno de esos cargos intermedios cuya funci¨®n es ignota, le bes¨® el escote durante una fiesta de empresa. Se disculp¨® al d¨ªa siguiente, el alcohol, ya sabes. Me lo encontr¨¦ d¨ªas despu¨¦s en el 8M con su mujer y su beb¨¦. Aliados. Los Rubiales jam¨¢s tienen estos gestos supuestamente impulsivos ¡ªde los que podr¨ªa citar decenas porque si en lugar de un #MeToo hici¨¦ramos un #MeNever acabar¨ªamos primero¡ª con otros hombres, tampoco con superiores, solo con mujeres cuya estabilidad laboral depende de ellos.

Ellas no respondieron de manera ¨¦pica, como a todas nos gusta creer que har¨ªamos en semejante situaci¨®n. Se quedaron paralizadas, valorando las consecuencias a una velocidad que desaf¨ªa a cualquier inteligencia artificial: los hombres pensar¨ªan que ¡°algo habr¨ªan hecho¡± y muchas mujeres lo minimizar¨ªan por temor a parecer hist¨¦ricas y exageradas. Tambi¨¦n sintieron miedo, aunque prefirieron no verbalizarlo, escogieron la risa como terapia. Pod¨ªan robarles la confianza en s¨ª mismas, pero no el placer de carcajearse con sus amigas de tipos repugnantes que se creen seductores cuando s¨®lo son rijosos. Y eso es lo que algunos le reprochan a Jenni Hermoso tras la difusi¨®n de un v¨ªdeo en el que se r¨ªe del beso junto a sus compa?eras, que no optase como exige el clich¨¦ por las l¨¢grimas y la autocompasi¨®n.

?Saben qui¨¦n puede re¨ªrse del abuso? Los abusadores. Louis C.K. reconoci¨® que hab¨ªa obligado a empleadas a contemplarle masturb¨¢ndose. Tras unos meses de supuesta cancelaci¨®n volvi¨® al escenario utilizando su delito como material. Las mujeres no pueden minimizar su abuso para sobrevivir, los hombres pueden hasta monetizar el haber abusado para vivir muy bien.

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