La deconstrucci¨®n de Homer Simpson

Es dif¨ªcil envejecer sin traicionarse. No se escapan ni Los Simpson, tan acostumbrados a predecir que se han predicho a s¨ª mismos. En uno de sus ¨²ltimos cap¨ªtulos, Homer ha anunciado que no volver¨¢ a estrangular a Bart, un gag recurrente durante m¨¢s de treinta temporadas.

Lo sucedido recuerda a Rasca, Pica y Marge, el cap¨ªtulo en el que la matriarca amarilla promov¨ªa la cancelaci¨®n del show favorito de Bart y Lisa. Su asociaci¨®n, Springfieldianos Unidos en Contra de la Violencia, por la Comprensi¨®n y la Ayuda era un trasunto del grupo creado en los ochenta por Tipper Gore. El horror que la mujer del expresidente sufri¨® tras escuchar las letras de Purple rain de Prince dieron lugar a la pegatina ¡°Parental Advisory: Explicit Content¡±. El video de reacci¨®n de Tipper al Baticano de Bad Bunny y su ¡°le doy por donde hace pip¨ª, por donde hace pop¨®¡± es el contenido que necesito ahora mismo. En su lugar Disney me trae a Isabel Preysler celebrando la Navidad, como si hubiese alg¨²n d¨ªa en la vida de Isabel Preysler en el que no fuese Navidad. La moraleja de aquel cap¨ªtulo fue la esperable, tras Rasca y Pica los Springfieldianos fueron a por el David de Miguel ?ngel porque a la censura es tan dif¨ªcil ponerle puertas como al campo.

Lo preocupante no es que hayan abandonado la broma, ning¨²n gag resiste 34 temporadas, ni que lo siguiente pueda ser sustituir la cerveza de Homer por kombucha o matricularlo en un taller de nuevas masculinidades, sino que hayan tenido que verbalizarlo, mostrarnos que son capaces de deconstruirse, ignorando lo elemental: son una serie de animaci¨®n, no un taller para padres y madres. ¡°Los tiempos han cambiado¡±, ha dicho Homer, y tiene raz¨®n, ya no vivimos en el tiempo de Los Simpson sino en el de los Flanders.

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