Cuando Taylor encontr¨® a Travis

Si tengo que elegir una secuencia de una comedia rom¨¢ntica me quedo con Bruno Kirby y Carrie Fisher discutiendo por una mesa de centro en Cuando Harry encontr¨® a Sally. Hace a?os recorr¨ª el Upper West Side bajo una lluvia torrencial para inmortalizarme ante su casa y despu¨¦s me refugi¨¦ en el Caf¨¦ Luxemburgo donde Kirby dice una frase que se me peg¨® como pelo de gato: ¡°el pesto es la quiche de los ochenta¡±. Cuando la vi por primera vez no sab¨ªa qu¨¦ significaba, pero sonaba tan adulto como discutir sobre muebles auxiliares. Jess y Marie son los verdaderos h¨¦roes de la pel¨ªcula. Se gustan instant¨¢neamente. Harry y Sally tardan 12 a?os y tres meses en reconocer lo obvio. No son un modelo a seguir. Tengo la certeza de que tuvieron un divorcio espantoso, mientras Jess y Marie siguen enamorados y jugando al Pictionary.

Dicen que las comedias rom¨¢nticas han muerto, lo dudo. En cuanto las calabazas desaparecen de los escaparates, Antena 3 se apresura a sustituir sus telefilmes sobre ni?eras asesinas por historias de ejecutivas que encuentran el amor en pueblos nevados de Vermont. Han desaparecido Lubitsch, La Cava y Ephron y sus di¨¢logos de saque y volea, pero no la necesidad de romance vicario. Lo evidencia la desmesurada atenci¨®n que despierta en Estados Unidos la relaci¨®n entre Taylor Swift y el jugador de f¨²tbol americano Travis Kelce. Medios supuestamente serios analizan su lenguaje corporal y la NFL les ha convertido en su principal reclamo. Un inter¨¦s correspondido por el p¨²blico, no como esa Leonorman¨ªa que realmente empieza y acaba en el Kil¨®metro Cero madrile?o, como casi todo lo que nutre los informativos patrios. Medios m¨¢s serios a¨²n intentan analizar esta obsesi¨®n. Que no traten de ganar el Pulitzer con su investigaci¨®n, la respuesta es sencilla: a veces es agradable ver gente feliz.

Puedes seguir EL PA?S Televisi¨®n en X o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.