Dios salve a la reina: ¡®The Crown¡¯ e Isabel II recuperan la pompa y el boato para decir adi¨®s
La ¨²ltima tanda de episodios de la ficci¨®n creada por Peter Morgan retoma la solidez y la narrativa de las anteriores, y cierra la historia televisiva de la familia real brit¨¢nica con emoci¨®n y contenci¨®n: un final redondo
La reina ha vuelto para, ahora s¨ª, marcharse. The Crown se despide, y despide tambi¨¦n como merece a su reina, Isabel II. Han pasado siete a?os desde su estreno y, ahora s¨ª, el adi¨®s es lo esperado, a lo grande. Desde el 4 de noviembre de 2016 mucho ha cambiado en esta serie, en la ficci¨®n en general y tambi¨¦n, c¨®mo no, en su retratada, en el sujeto de su estudio y de su ¨¦xito: la familia real brit¨¢nica. Despu¨¦s de cinco temporadas y media, pues la sexta ha estado dividida en dos partes, los ¨²ltimos seis cap¨ªtulos de la ficci¨®n brit¨¢nica (en Netflix desde el jueves) vuelven a recuperar todo lo que le ha dado brillo a lo largo de estos a?os: los silencios, la reflexi¨®n, las conversaciones con dobles y triples intenciones, la emoci¨®n, la mirada hacia delante con un ojo hacia atr¨¢s, las rencillas y a su eterna protagonista con todos sus dobleces: su majestad la reina Isabel II de Inglaterra.
Si los cuatro primeros cap¨ªtulos eran casi un peaje obligado para resolver el bien conocido y triste destino de Diana de Gales, y hab¨ªan sido trazados con un pincel de brocha algo m¨¢s gorda de lo que acostumbra la finura de Peter Morgan y compa?¨ªa, esta vez el creador ha recuperado la elegancia que le caracteriza para plantearle al espectador el siguiente reto: qu¨¦ pasar¨¢ con la reina. Cuando la serie empez¨®, Isabel II acababa de cumplir 90 a?os y seis d¨¦cadas en el trono, y segu¨ªa sorprendentemente activa. Hoy, el panorama es otro. La soberana falleci¨® en el castillo de Balmoral en septiembre de 2022, 15 meses antes del final de la serie, precisamente durante el rodaje de esta sexta y ¨²ltima temporada, que se paraliz¨® temporalmente en se?al de duelo. Aunque esta tanda de episodios se centra en los ¨²ltimos a?os noventa y llega hasta mediados de los 2000, ese inevitable futuro, que Isabel II ten¨ªa muy presente, flota durante toda la temporada y se resuelve (en un ¨²ltimo cap¨ªtulo al que es mucho mejor ir completamente a ciegas, sin ni siquiera conocer la trama) de una forma muy petermorganesca, muy The Crown.
Toda esta temporada final sabe a despedida. Es una mirilla hacia el futuro. Cuesta incluso centrarse en el presente, viendo las inevitables salidas de algunos de sus protagonistas. No son spoilers; al fin y al cabo, est¨¢ basada en hechos reales y sucedidos hace apenas dos d¨¦cadas. De ah¨ª que el futuro sea ya no Carlos, sino Guillermo. La ¨²ltima temporada le otorga un papel que se parece mucho al del mundo real: un chaval centrado, sin ser repipi ni condescendiente; m¨¢s cercano a su abuela que a su padre; con Diana presente y Kate Middleton como objetivo. Como siempre ocurre en The Crown y con Morgan, nunca sabremos qu¨¦ es del todo cierto y qu¨¦ un retrato creado para la ilusi¨®n, qu¨¦ porcentaje de realidad hay en la ficci¨®n, pero el Guillermo que se deja entrever casa bastante con lo que se puede saber del hoy heredero al trono. En su trama, quiz¨¢ quien m¨¢s sorprenda a los no iniciados en las profundidades de los Windsor son los tejemanejes de Carole Middleton, la madre de su novia, que recuerdan a los de Mohamed Al Fayed la pasada temporada y que abren interrogantes ¡ª?hasta d¨®nde maniobr¨® la familia de la hoy princesa de Gales para que esta tuviera una oportunidad con Guillermo?¡ª que, de nuevo, jam¨¢s podr¨¢n resolverse.
El que sale peor parado, como en la vida real, es Enrique. Su personaje sobrevuela la temporada, sin tener m¨¢s que alguna peque?a trama al final, pero siendo inc¨®modo en todos los cap¨ªtulos; es decir, algo similar a lo que ocurre realmente con ¨¦l en The Firm (La empresa, como se conoce a la familia real brit¨¢nica en el Reino Unido). Enrique responde bien a ese nombre que le dio a sus controvertidas memorias, Spare (en espa?ol En la sombra), publicadas hace un a?o, que significa recambio o repuesto. A veces resulta hasta una parodia: es pejiguero, simpl¨®n, irrespetuoso y hasta maleducado. Isabel II llega a pedirle a Guillermo que tenga paciencia con su hermano peque?o; ser el segundo es m¨¢s complicado y tiene un prop¨®sito m¨¢s diluido. Aun as¨ª, Enrique no es aqu¨ª ese terrible simp¨¢tico que muchos ve¨ªan en los noventa, se acerca m¨¢s a un metepatas sin rumbo, la imagen que refleja es m¨¢s la que hoy se tiene de ¨¦l que la de entonces, cuando era el hu¨¦rfano predilecto de Inglaterra. Guillermo le llega a decir a su hermano que no ose compararse con Diana de Gales: ¡°Por lo que pas¨® ella fue mucho peor¡±. Otra cosa es que les haga caso a ¨¦l, a su abuela o a su padre.
El heredero parece esta temporada m¨¢s liberado, menos atormentado, ya sin Diana y menos dependiente de las figuras de Isabel y de Felipe de Edimburgo. Imelda Staunton, en su retrato de la reina, es el alma de la temporada, junto a Dominic West como Carlos y Elizabeth Debicki en su calco de la princesa de Gales. Los tres est¨¢n nominados a los Globos de Oro, y la serie tambi¨¦n opta al premio en la categor¨ªa de mejor drama, igual que en los Emmy. Es el broche de oro, los ¨²ltimos galardones que, de obtenerlos, ver¨¢ la serie.
Esa cara b de la monarqu¨ªa que tanto gusta tambi¨¦n est¨¢ presente esta temporada: de Isabel II a caballo o perseguida por sus preocupaciones y enso?aciones ¡ªes notable la que arranca el segundo cap¨ªtulo de la tanda, donde se imagina destronada por Tony Blair¡ª a las aventuras caribe?as de la princesa Margarita, que tambi¨¦n tiene su propio y emocionante cap¨ªtulo esta temporada. Como dice la monarca en un episodio: ¡°La gente no viene a un palacio a ver lo que tiene en casa¡±. No. La gente quiere ver desde sus casas lo que ocurre en esas otras casas que son los palacios. Morgan nos ha permitido durante 60 cap¨ªtulos mirar sus salones y sus cocinas, sus retretes y sus establos, y aqu¨ª, como prometi¨®, cierra su obra. Una s¨¦ptima temporada, como tantos han pedido, para escudri?ar las ¨²ltimas d¨¦cadas de la monarqu¨ªa m¨¢s famosa y fascinante del mundo no parece probable. No por ahora. Ya le ha dado un final redondo.
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