Viaje a lo m¨¢s loco y absurdo de la pol¨ªtica noruega
La premiada serie ¡®Power Play¡¯ se inspira en la historia real de la primera mujer primera ministra del pa¨ªs, Gro Harlem Brundtland, para dirigir una acerada s¨¢tira contra los pol¨ªticos
Cuando ten¨ªa 35 a?os, la doctora y activista en favor del aborto Gro Harlem Brundtland fue nombrada ministra de Medio Ambiente. Siete a?os despu¨¦s, en 1981, ser¨ªa la primera mujer en desempe?ar el cargo de primera ministra en Noruega y la l¨ªder de Gobierno m¨¢s joven en la historia del pa¨ªs. Repiti¨® al frente del Ejecutivo en otras dos ocasiones. Power Play, la serie que estrena Filmin este martes, viaja hasta los a?os setenta, cuando Gro llega al Gobierno. Aunque la primera mujer en encabezar el Ejecutivo de Noruega era el objeto inicial de esta serie, en realidad esta s¨¢tira pol¨ªtica de seis episodios, con ritmo acelerado y humor ¨¢cido, se adentra en el Partido Laborista noruego en su totalidad. Porque Gro se encontrar¨¢ all¨ª rodeada de hombres ineficientes e incapaces que toman decisiones para las que no hay explicaci¨®n.
¡°El Partido Laborista es toda una instituci¨®n en Noruega, especialmente tras la II Guerra Mundial y hasta los a?os setenta. Lograban un apoyo del 50% en las votaciones, ganaban siempre, construyeron la Noruega moderna¡±, cuenta Johan Fasting, creador de la serie, en una entrevista por videollamada. ¡°Ahora, en 2023, el Partido Laborista es una sombra de lo que fue. Van de peor resultado electoral en peor resultado electoral, cuesta abajo. Era interesante ver qu¨¦ ocurri¨® con aquel partido que fue responsable de todo lo que ha hecho grande a Noruega, a juzgar por mucha gente¡±, a?ade el guionista.
Yngvild Sve Flikke, directora de la serie, cuenta en otra ventana de la videollamada la importancia que Gro Harlem Brundtland tuvo para las mujeres de varias generaciones noruegas. ¡°Cuando yo era adolescente, en los a?os ochenta y noventa, fue muy importante para nosotras ver a una mujer primera ministra haciendo su trabajo y que nadie cuestionara que fuera mujer. Ahora, como adulta y con dos hijas adolescentes, veo que hizo un mont¨®n por facilitar que las mujeres noruegas puedan demandar su espacio y ser escuchadas en cualquier lugar¡±, recuerda. M¨¢s tarde, Gro Harlem Brundtland liderar¨ªa la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. Todav¨ªa hoy, con 86 a?os, sigue dando charlas.
Power Play gan¨® el pasado festival Canneseries con su apuesta por la s¨¢tira pol¨ªtica para retratar, con buenas dosis de iron¨ªa y descaro, aquella pol¨ªtica noruega de los a?os setenta. ¡°Para nosotros era necesario ser cr¨ªticos sobre la forma en la que funciona el poder y la forma en la que esa gente que controla nuestro pa¨ªs hace su trabajo¡±, explica Fasting. ¡°Si contamos su historia con demasiado respeto, es probable que terminemos haciendo que parezcan buenos, y ese no es el trabajo de los narradores o de la siguiente generaci¨®n, la nuestra. Se supone que tenemos que mirar hacia esa gente con una visi¨®n cr¨ªtica y decir lo que fue mal. La s¨¢tira nos permite golpear hacia arriba. Adem¨¢s, queda claro que no estamos contando sus biograf¨ªas¡±, a?ade. Para Yngvild Sve Flikke, el tono sat¨ªrico permit¨ªa convertir esta historia en relevante para el espectador actual. ¡°La comedia siempre es una buena forma de mirar al pasado. Podemos re¨ªrnos de muchas de esas cosas, pero luego llega un momento en que la risa para y empiezas a preguntarte c¨®mo pudo ocurrir todo aquello. Y al mismo tiempo, vemos que algunas de esas cosas siguen ocurriendo hoy, as¨ª que apuntamos en dos direcciones, o incluso en m¨¢s¡±, completa la realizadora.
Cuando se pusieron a repasar qu¨¦ ocurri¨® en la pol¨ªtica noruega en los a?os setenta, los responsables de la serie se llevaron varias sorpresas. Por ejemplo, lo involucrada que estuvo la CIA en la pol¨ªtica del pa¨ªs europeo. ¡°Estuvieron vigilando a un mont¨®n de l¨ªderes pol¨ªticos. Ten¨ªan reuniones con los servicios de inteligencia noruegos para debatir qui¨¦n deb¨ªa ser primer ministro. Es absurdo c¨®mo esto ocurr¨ªa y todo el mundo parec¨ªa estar c¨®modo con que ocurriera¡±, dice Johan Fasting. En su serie tambi¨¦n se muestra c¨®mo el l¨ªder del Partido Laborista llamaba casi a diario a un vendedor de muebles para contarle todo tipo de detalles internos sobre el partido y el Gobierno y c¨®mo ese vendedor grababa esas conversaciones en cintas que filtraba a periodistas. ¡°Todo aparec¨ªa al d¨ªa siguiente en los peri¨®dicos. Y esto ocurri¨® durante a?os, es algo extremadamente absurdo. Si hici¨¦ramos una serie de ficci¨®n, si estuvi¨¦ramos haciendo Borgen, sobre la pol¨ªtica danesa, no habr¨ªamos podido escribirlo porque sonar¨ªa demasiado absurdo y nadie lo creer¨ªa. Pero es verdad. Nadie sabe por qu¨¦ ocurr¨ªa, y cuando se descubri¨®, nadie hizo nada¡±, cuenta, sorprendido, Fasting. Para Yngvild Sve Flikke, la locura de la pol¨ªtica de los a?os setenta es sorprendentemente cercana a la que se vive hoy. ¡°Y no hablo solo de Noruega, tambi¨¦n de lo que ocurre en el mundo, especialmente en el este de Europa, Putin y todo eso¡±.
Uno de los aspectos m¨¢s llamativos de Power Play es su propuesta visual. Rodada en 16 mm, uno de los deseos de sus responsables era que pareciera una producci¨®n hecha por gente no profesional. La improvisaci¨®n y la anarqu¨ªa reinaron en el rodaje por dictado de sus responsables. ¡°No era improvisaci¨®n en el guion, ah¨ª todo estaba bien labrado. Era improvisar en todo lo que pod¨ªa ocurrir durante el d¨ªa. No ten¨ªamos mucho tiempo para rodar, as¨ª que hab¨ªa que ir adelante como fuera¡±, cuenta Yngvild Sve Flikke. ¡°A todos, los m¨²sicos, los t¨¦cnicos, directores, actores, todos, les hab¨ªamos dicho que abrazaran su anarquista interior y que hicieran cosas que no hubieran hecho antes, romper tantas reglas como fuera posible. As¨ª nos quer¨ªamos asegurar de que la perspectiva narrativa de la serie tuviera esa sensaci¨®n antiautoritaria. Est¨¢ hecha por alguien que no respeta las reglas y que est¨¢ harto con la sociedad convencional y la forma convencional de hacer series¡±, contin¨²a Johan Fasting.
La idea era probar y probar, y si algo no funcionaba, ya se eliminar¨ªa en la fase de edici¨®n. De ah¨ª surgieron recursos visuales como gr¨¢ficos y letreros que destacan el punto de vista ir¨®nico de la narraci¨®n, rupturas de la cuarta pared con personajes que hablan a c¨¢mara o la pantalla dividida en determinados momentos. ¡°Trabaj¨¦ mucho con el compositor de la m¨²sica [tambi¨¦n premiada en Canneseries]. No deb¨ªa sonar bien, ten¨ªa que sonar como si no supieran tocar. Y es muy dif¨ªcil hacer como que no sabes cuando sabes. Lo mismo le pasaba al director de fotograf¨ªa. La c¨¢mara ten¨ªa que llegar tarde a los personajes, aunque supieran qui¨¦n iba a hablar. Cuando todos acogieron esa idea fue genial, fue liberador no estar ocupados siendo tan buenos¡±, explica la directora. ¡°Muchas veces nos han preguntado por nuestras referencias, pero es que no ten¨ªamos referencias porque esto no se ha hecho antes¡±, completa.
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