Crist¨®bal Balenciaga: as¨ª en la tele como en la moda
Una serie y una colecci¨®n de moda pueden ser primas hermanas. La extraordinaria producci¨®n de Disney+ borda el retrato del genio
En 1942, la marquesa de Llanzol intent¨® negociar a la baja con Crist¨®bal Balenciaga el precio de uno de sus dise?os: estaba embarazada y el traje tendr¨ªa que ser reajustado tras el parto. ?l contraargument¨®: ¡°Se?ora, yo no soy el responsable¡±. Esa misma respuesta me gusta imaginar que hubiese dado si alguien le hubiese podido preguntar, en un hipot¨¦tico m¨¢s all¨¢, por Crist¨®bal Balenciaga, la extraordinaria serie de Disney+. Es f¨¢cil especular con el disgusto de un genio al¨¦rgico a la exposici¨®n. F¨¢cil e in¨²til.
Una serie y una colecci¨®n de moda son parientes: manifestaciones art¨ªsticas aplicadas, epis¨®dicas, temporales, fruto de un trabajo colaborativo jerarquizado y sujetas casi siempre a un mercado. De la misma forma ¡ªperd¨®n por el trabalenguas¡ª aunque no sepamos qu¨¦ pensar¨ªa Balenciaga de Crist¨®bal Balenciaga, podemos decir que Crist¨®bal Balenciaga es muy Crist¨®bal Balenciaga.
La serie, creada por Lourdes Iglesias, Aitor Arregi, Jon Gara?o y Jose Mari Goenaga, exhibe valores de producci¨®n de alta costura televisiva (menci¨®n especial a los impecables trabajos de Bina Daigeler y Pepo Ruiz Dorado en el dise?o de vestuario y Alberto Iglesias en la banda sonora) y un reparto encabezado por un excelso Alberto San Juan. Siguiendo la estela de los dise?os de Crist¨®bal Balenciaga, tal y como los defini¨® Judith Thurman, es mucho m¨¢s importante por lo que esconde que por lo que ense?a. Es, por suerte, deliberadamente ambigua a la hora de mirar a su protagonista. Y es capaz de mostrar su misterio y mantenerlo. Es, en definitiva, una serie con autor¨ªa, intenci¨®n y punto de vista en un negocio saturado de pr¨ºt-¨¤-porter. Despu¨¦s de verla, dan ganas de emular a Myrtle Snow, el trasunto de Carmel Snow y Grace Coddington de la tercera temporada de American Horror Story. Su ¨²ltima palabra antes de morir era un grito: ?Balenciaga!
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