Premios ?dolo: el mesmerizante brillo de la nada
Nada m¨¢s edificante para un jueves noche que deleitarse con esa alfombra roja plagada de don nadies
Me maravillan los Premios ?dolo. Ya era hora de que se reconociera a los narcisistas l¨ªderes de las aplicaciones m¨®viles destinadas a obtener el Big Data de todos los cobardes que acudimos a contemplar mentiras cuando los problemas nos asedian.
Es hermoso ver a una manada de engre¨ªdos hablar de valores nunca especificados ni enumerados.
Es mesmerizante asistir al triunfo del intrusismo laboral del fitness (que antes se llamaba simple y llanamente deporte) y de la belleza.
Nada m¨¢s edificante para un jueves noche que deleitarse con esa interminable alfombra roja plagada de don nadies diciendo que lo suyo es un trabajo (que lo es; en la misma medida que meter un barco en una botella, hacer una pulsera de hilos u ordenar los libros por alturas y colores) y que aportan mucho a la sociedad.
La aportaci¨®n: publicidad falsa, autoenga?o, trastornos de la conducta alimentaria, crisis de autoimagen. Fotos en barcos alquilados, piscinas ajenas, restaurantes en los que nadie pag¨® ni comi¨® nada. Ayunos intermitentes, retos que atentan contra la salud p¨²blica, beb¨¦s engendrados como medio para hacer m¨¢s contenido.
Me asomo al photocall: anor¨¦xicas y vigor¨¦xicos posando sobre marcas de boller¨ªa industrial.
Sonr¨ªen y ense?an sus bocas llenas de carillas demasiado grandes para el hueco en el que van. Pienso en el diente sano, limado y ya deforme que aguanta debajo. ¡°Todo lo que cubre un Chanel despu¨¦s qu¨¦ es. Grasa, fluidos y piel¡±, cantaba Berlanga (Carlos). Pienso en la sinusitis, en los postoperatorios, en las espaldas curvadas, los h¨ªgados destrozados, en los labios y culos inyectados, los tabiques (nasales) ausentes, en las excusas sobre la tiroides y en el melanoma a la vuelta de la esquina. Pienso en el dinero de la puesta a punto mensual, la que separa el cuerpo de ¨ªdolo de la decrepitud s¨²bita y prematura que aguarda a quienes sustituyen un cuerpo sano por un remedo de modas y complejos.
Pienso en los que no fueron invitados. Les vimos llorar y maldecir tras no ser reconocidos por su trabajo (el trabajo concreto de subir fotos de s¨ª mismos) en el campo del lifestyle, que es como llaman los gilipollas al arte de aparentar lo que no se tiene. Y no me dan pena. No puedo sentir conmiseraci¨®n por nadie que se defina como ¡°creador de contenidos¡±.
En los ?dolo todo brilla, pero lo importante brilla solo por su ausencia. Vivan los Premios ?dolo. Viva el ringorrango de la nada m¨¢s absoluta.
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