¡®La paz de Marsella¡¯ y ¡®Follows¡¯, exterior, interior

Son dos formas de narrar, de concebir, historia criminales francesas: La paz de Marsella (Netflix), creada por Kamel Guemra, es callejera, extrovertida. Follow (Calle 13), de Florian Spitzer, es intimista y las dos series aceptar¨ªan la definici¨®n de misterio que dio en su d¨ªa Andr¨¦ Bret¨®n, un decidido partidario de la novela negra: ¡°El viento soplando con fuerza en el suburbio¡±. Son tambi¨¦n dos estilos distintos. En la serie marsellesa predomina la acci¨®n, las persecuciones y las drogas. Se podr¨ªa decir que es anal¨®gica. En la parisina predomina lo digital. Es m¨¢s, los mensajes en los m¨®viles y en las redes sociales adquieren un protagonismo fundamental.

Naturalmente, ninguna serie que se precie puede eludir el amor, y menos si la historia es francesa. Lo peculiar en los dos casos es que las relaciones sentimentales son peligrosas o, como dir¨ªa John Huston, un paseo por el amor y la muerte. En La paz de Marsella, un grupo especial de polic¨ªas liderados por el agente Ly¨¦s y con la incorporaci¨®n de Alice Vidal, una polic¨ªa de la Interpol con secretas y complicadas intenciones, tratar¨¢n de que el caos y la sangre no inunden la ciudad portuaria. Alg¨²n d¨ªa alguien deber¨ªa sugerirles a los guionistas que no es obligatorio tener una infancia traum¨¢tica para definir a un personaje, que se puede ser eficiente o in¨²til sin necesidad de haber sufrido algo terrible en sus primeros a?os.

En Follow la reina es la tecnolog¨ªa digital. La joven L¨¦na trabaja en el departamento de comunicaci¨®n de la Jefatura de Polic¨ªa de Par¨ªs, un departamento integrado por tres personas dos de las cuales son radicalmente holgazanas. De hecho, la ¨²nica que se responsabiliza de la imagen online de la Jefatura es la joven, acosada, eso s¨ª, por un antiguo novio incapaz de reconocer el final de la relaci¨®n y por un asesino en serie que ha decidido utilizarla como conexi¨®n con el mundo civilizado, una decisi¨®n que s¨®lo acarrear¨¢ problemas a la joven. Y aqu¨ª los guionistas han decidido dejar un reguero de sospechosos asesinos que, por supuesto, no lo son. Si la solitaria e inexpresiva L¨¦na es una dama a un tel¨¦fono m¨®vil pegada, al fin y al cabo es su trabajo, los tres guionistas de Follow no ocultan su rendida admiraci¨®n por los Macguffin, los trucos, de don Alfredo. Dos formas de narrar y producir tramas policiales aceptables y entretenidas.

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