Las mil formas de la basura

La gente que, orgullosa, dice que no ve telebasura, miente. Miente, para empezar, porque cualquier cosa que alguien diga sin que le pregunten, es mentira. Siempre. Miente, tambi¨¦n, porque la telebasura tiene muchas formas, y el coraz¨®n es solo una de ellas (la m¨¢s conocida). Hay podcast basura (la mayor¨ªa), tertulias basura (casi todas), y entretenimiento basura. ?Y qu¨¦ es la basura? Lo que ensucia, lo desechado, lo que sobra. Ensucia el alma y el intelecto. Utiliza desechos para crear productos apetecibles (como la comida basura), y sobra porque no aporta absolutamente nada.

Qu¨¦ gracia me hace toda la gente que dice ¡°yo no veo Telecinco¡±, como si las tertulias pol¨ªticas que se meten entre pecho y espalda no fueran peores, precisamente, por su ¨¢nimo de trascendencia, aun siendo el mismo guirigay de crispaci¨®n y vanidad. Hay noticias basura (el clickbait), y redes basura. En una sociedad en la que el negocio se hace por volumen, todo es excedente. Una sociedad que se alimenta de basura es una sociedad enferma, porque si hay deshecho es porque algo hab¨ªa para aprovechar. ?Y qui¨¦n se qued¨® aquello aprovechable? Quiz¨¢s algunos, o quiz¨¢s nadie. No hay personas sanas comiendo todos los d¨ªas hamburguesas de cadenas r¨¢pidas, y no hay personas mentalmente sanas consumiendo todos los d¨ªas mensajes agresivos sobre esto o lo otro.

Han pasado treinta a?os desde que C¨¢rdenas encontrara un fil¨®n en los desheredados. Recorri¨® el pa¨ªs buscando locos, discapacitados, trastornados, y solitarios. Les puso una c¨¢mara y un micro delante y facilit¨® que toda Espa?a pudiera re¨ªrse de ellos. El ¨²nico pecado de esta gente era la inocencia, y a veces querer salir de los hostales en los que viv¨ªan noche s¨ª, noche no. Hace unos d¨ªas, una famosa tiktoker cuyo nombre no voy a decir, fue expuesta en un streaming en el que le buscaban novio. La chica, para que se hagan una idea, es la persona m¨¢s desagradable del mundo. Maleducada, grosera, envidiosa, zafia, embustera, agarrada, tirana y gorda.

Adivinen por qu¨¦ cualidad de las anteriormente mencionadas se re¨ªan de ella. Por supuesto, por la ¨²nica que no es un rasgo de personalidad. Sus pretendientes eran chicos j¨®venes, entre ellos al menos un discapacitado reconocido, y otro en riesgo de exclusi¨®n, adem¨¢s de enfermo cr¨®nico. Las pruebas eran hacerle un bocadillo a la tiktoker, recitarle un poema, o hacerle regalos consistentes en re¨ªrse de ella. Los presentadores, hermanos gemelos, parec¨ªan felices monetizando la burla a estas pobres gentes. Estos personajes se usan unos a otros para ganar fama, seguidores, y dinero. La dignidad ni la conocen ni la esperan.

Esto es telebasura, aunque venga en el m¨®vil. Es la telebasura que consumen sus hijos, la que les quita horas de sue?o, de estudio, de actividades al aire libre. Es la telebasura que moldea sus cerebros, tanto en lo cognitivo como en lo ideol¨®gico. Nosotros ya no tenemos remedio, pero ?y ellos? ?Habr¨¢ alguna vez alguna generaci¨®n que no utilice a los m¨¢s vulnerables como objeto de burla?

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