¡®Los que van a morir¡¯: Nadie se ha tomado en serio esta pel¨ªcula
La reci¨¦n estrenada serie del director Roland Emmerich es un pesti?o sin inter¨¦s, aquejado por la desidia en la planificaci¨®n
Roland Emmerich es un director especializado en pel¨ªculas sobre divorciados que salvan el mundo. La amenaza puede ser extraterrestre (Independence Day), mutante (Godzilla), clim¨¢tica (El d¨ªa de ma?ana), un cuerpo astral (Moonfall) o una profec¨ªa maya (2012). De acuerdo, quiz¨¢s no todos sus protagonistas est¨¦n divorciados; a algunos les ha dejado la novia. Como Emmerich suele escribir sus guiones, sabemos qu¨¦ clase de material le hace vibrar como para activar artiller¨ªa y fanfarria de gran superproducci¨®n. Incluso en una pel¨ªcula en apariencia tan ajena a ¨¦l como Anonymous (sobre la identidad de William Shakespeare) supo desenvolverse como si cada l¨ªnea del guion fuera trascendencia pura. Nada en ¨¦l es verista. Todo es artificio, incluso en sus primeros filmes (El secreto de Joey y El secreto de los fantasmas) se ve el af¨¢n de replicar los grandes ¨¦xitos de Hollywood. No dir¨¦ que es un gran director, pero desde luego s¨ª es uno muy solvente, con una notable capacidad para hacer cine entretenido.
Por esto es dif¨ªcil entender por qu¨¦ su reci¨¦n estrenada serie (Those About to Die, en Amazon Prime Video) sea un pesti?o sin inter¨¦s, aquejado por la desidia en la planificaci¨®n y por un guion que sortea cualquier oportunidad de resultar interesante. Todo est¨¢ correcto en esta serie. El vestuario, el casting, los efectos especiales, la m¨²sica, los personajes¡ pero todo nos da exactamente igual. El argumento es lo bastante sugerente como para hacer una buena serie con la excusa de los gladiadores y las apuestas, pero atufa a guion escrito siguiendo al pie de la letra todas esas normas de escritura cinematogr¨¢fica que hay que saber saltarse para hacer algo que enganche.
Los proyectos empiezan en el guion, y si este no tiene algo de magia, el desinter¨¦s se apodera de todos los implicados, empezando por los productores, que miran el dinero, y las plataformas, que miran el engagement. La molicie se contagia de unos a otros y llega al momento en el que todos piensan que, bueno, el proyecto no es para tanto y no pasa nada si todos lo dejamos morir entre todos. Cuando se pregunten por qu¨¦ nadie dio la voz de alarma en tal o cual pel¨ªcula, tengan claro que es uno de esos casos en los que el dinero estaba ah¨ª y, ya puestos, hab¨ªa que gast¨¢rselo como fuera. No hab¨ªa que salvar el mundo esta vez, solo hacer una serie entretenida. L¨¢stima que la vagancia haya sido m¨¢s potente que cualquier cataclismo.
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