¡®One Love¡¯ retrata a Bob Marley con respeto, pero sin su carisma. Son mejores estos documentales
El artista jamaicano lo ten¨ªa todo para un ¡®biopic¡¯: una m¨²sica irresistible, una imagen mesi¨¢nica y debilidades muy humanas. La pel¨ªcula no logra explicar qu¨¦ lo hac¨ªa extraordinario
Bob Marley fue una figura ¨²nica que lo ten¨ªa todo para un biopic: una m¨²sica irresistible, una imagen mesi¨¢nica y algunas debilidades muy humanas. Fue el profeta del reggae, el ex¨®tico estilo surgido en una pobre Jamaica que salt¨® todas las fronteras (y prejuicios) del planeta. Y predic¨® el credo rastafari, una amalgama de creencias b¨ªblicas y africanistas que tom¨® a un discutible emperador de Etiop¨ªa, Haile Selassie, como una encarnaci¨®n de Dios (de Jah). El magn¨¦tico retrato de Marley, con sus rastas, sus rasgos muy definidos y sus ojos perdidos, se estampaba en camisetas como el del Che Guevara, con la diferencia de que el cantante nunca peg¨® un tiro, sino que lo recibi¨®. Se volvi¨® un icono revolucionario, inspirador para lo que se llamaba el Tercer Mundo.
La pel¨ªcula Bob Marley: One Love, que se estren¨® en salas en febrero y ya est¨¢ disponible en SkyShowtime, es una ocasi¨®n perdida. Aborda al personaje con miedo, esquivando lo menos ejemplar y sin acabar de hacernos ver lo extraordinario de ¨¦l. Dirigida por Reinaldo Marcus Green (autor de El m¨¦todo Williams, sobre las hermanas tenistas Venus y Serena), se centra en un periodo corto de la vida de Marley, entre 1976 y 1978, en un contexto de terrible violencia pol¨ªtica en Jamaica. Es cuando sufre el atentado de una banda de pistoleros y sube a los dos d¨ªas al escenario a mostrar sus heridas; cuando se exilia en Londres, donde graba su mejor disco, Exodus; cuando regresa a la isla para encabezar un concierto por la paz en la que los dos l¨ªderes pol¨ªticos (blancos) rivales en su pa¨ªs se dan la mano. Y es cuando se le diagnostica un melanoma en el pie ante el que se neg¨® a tratarse por superstici¨®n (y que lo acab¨® matando en 1981).
El actor Kingsley Ben-Adir se esmera en imitar la voz, la pose y los gestos del rey del reggae, pero no llega a transmitir su carisma. Al menos, a diferencia de otros biopic, no le han hecho cantar, lo que agradecer¨¢ el espectador mel¨®mano: la m¨²sica que suena es la original de Bob Marley y los Wailers con algunos arreglos, si bien en paralelo a la banda sonora se ha lanzado un ¨¢lbum de versiones de sus canciones (Music Inspired by the Film).
Aunque abundan los recuerdos en forma de flashback, nos quedamos sin entender c¨®mo Marley se hab¨ªa convertido en un fen¨®meno global viniendo de un entorno de pobreza y marginaci¨®n; no se nos explica la carga pol¨ªtica y m¨ªstica que desprende su obra; y se pasa de refil¨®n por su afici¨®n a la marihuana (la ganja) y su irreprimible infidelidad a su esposa, Rita Marley (tuvo cuatro hijos con ella y siete con otras seis mujeres).
Algunos de estos elementos esenciales se mencionan de pasada, en alguna reprimenda que le echa Rita, interpretada por Lashana Lynch. Ella acaba siendo el personaje fuerte del relato: lo introduce en la fe rastafari, le advierte de que se est¨¢ vendiendo a la industria y al capitalismo (la Babilonia de sus letras), lo convence para volver a casa, solo una vez le reprocha que se acueste con otras mujeres. S¨ª se subraya el conflicto de identidad del m¨²sico: era mestizo, hijo de un oficial blanco del Ej¨¦rcito brit¨¢nico que abandon¨® a la familia siendo ni?o, lo que la pel¨ªcula muestra como su gran trauma.
La historia del protagonista qued¨® mucho mejor retratada en 2012 en el ambicioso documental Marley, de Kevin Macdonald. Inclu¨ªa valioso material, buena parte in¨¦dito hasta entonces, y los recuerdos de Rita Marley, algunos de sus hijos y todo su entorno. Se entiende mejor su salto al estrellato y hay una descripci¨®n m¨¢s precisa de sus posiciones religiosas e ideol¨®gicas, no siempre coherentes. Es una narraci¨®n autorizada por la familia (eso tambi¨¦n le pasa a la nueva pel¨ªcula), pero es honesta y exhaustiva (dura 144 minutos). Estuvo en varias plataformas y ahora solo se ofrece en alquiler.
Y el mismo periodo en el que se centra One Love (del tiroteo que bien pudo matar a la pareja al festival pacifista) lo cuenta bien otro documental, Who Shot the Sheriff? (2018), de la serie Remastered (en Netflix). Este s¨ª ayuda a comprender esos a?os convulsos en Jamaica, cuando la rivalidad exacerbada entre los dos partidos que dominaban la pol¨ªtica local desde la independencia se entremezclaba con el poder de las bandas armadas en los barrios sin ley. Aqu¨ª se se?ala al m¨¢s probable cabecilla del atentado (Jim Brown, uno de los pandilleros locales conectados con el partido conservador; a?os despu¨¦s fue a visitar a su v¨ªctima para disculparse) y se apunta a la influencia de la CIA, porque Washington estaba temeroso de que la isla se convirtiera en la nueva Cuba.
One Love pretende ahora inmortalizar desde el cine a Marley, pero lo hace simplificando en exceso una trayectoria y un contexto mucho m¨¢s complejos de lo que se presenta. Se supone que as¨ª se acerca su figura a las nuevas (y quiz¨¢ futuras) generaciones. En verdad, no lo necesitaba.
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