Si hay universos paralelos no girar¨¢n en torno a ti y tus parejas como en ¡®Materia oscura¡¯
Google dice que ya hace computaci¨®n cu¨¢ntica en el multiverso. La serie de Apple TV+ habla del gato de Schr?dinger y tiene un interesante punto de partida pero peca de desmesura
La ciencia ficci¨®n abraz¨® con entusiasmo la fe en los universos m¨²ltiples, qui¨¦n sabe si infinitos, ese fascinante enigma de la f¨ªsica te¨®rica. Tambi¨¦n se les llama universos paralelos, porque no se tocan, pero eso para la fantas¨ªa no es un problema, que ya abrir¨¢ sus pasadizos. No es todo fantas¨ªa: Google pretende ser la primera empresa, al menos de las de este universo, que opera en el multiverso. Presume Hartmut Neven, fundador de Google Quantum, de que su chip cu¨¢ntico Willow es capaz de hacer c¨¢lculos que en las supercomputadoras actuales requerir¨ªan unos diez cuatrillones de a?os, lo que supera la edad del universo. Esto, argumenta, ¡°da cr¨¦dito a la noci¨®n de que la computaci¨®n cu¨¢ntica ocurre en muchos universos paralelos, en l¨ªnea con la idea de que vivimos en un multiverso¡±.
Mientras Google no nos lleve all¨ª, nos conformaremos con las ficciones de su archirrival de Silicon Valley para la plataforma Apple TV+. Materia oscura es una serie con la marca de la casa, que se quiere distinguir con la ciencia ficci¨®n dura, esa que aspira a volarte la cabeza. Aqu¨ª te hablan desde el principio del primer cap¨ªtulo del gato de Schr?dinger, el ejemplo m¨¢s popular (aunque naci¨® como una parodia) de la mec¨¢nica cu¨¢ntica. Ya sabes, el gato encerrado est¨¢ vivo y muerto a la vez, y solo cuando abras la caja estar¨¢ en uno de los dos estados.
Hay en la serie un interesante punto de partida que se va perdiendo en la desmesura. Un profesor de f¨ªsica de Chicago es secuestrado y enviado a una realidad alternativa: le han dado el cambiazo porque la otra versi¨®n de s¨ª mismo ha querido robarle su vida y, en particular, a su esposa (a la que en el otro mundo dej¨® plantada cuando se qued¨® embarazada) y a su hijo. El relato juega con el atractivo de pensar las vidas que habr¨ªas podido tener seg¨²n las decisiones que hubieras tomado. Y tenemos a un protagonista m¨²ltiple, claro, se llama Jason y es interpretado por Joel Edgerton, capaz de ser h¨¦roe y villano, el aut¨¦ntico y el impostor.
La coherencia narrativa se va sacrificando con una sucesi¨®n de golpes de efecto. Hay pasillos llenos de puertas a realidades alternativas, y algunas son apocal¨ªpticas (reflejo de nuestros miedos al desastre nuclear o ecol¨®gico), solo una es id¨ªlica (una ciudad limpia y arm¨®nica) y en su mayor¨ªa son mundos ordinarios en los que apenas se movi¨® algo en la relaci¨®n entre el cient¨ªfico, su esposa artista, el hijo de ambos y la otra: la pareja de su segunda versi¨®n. Tanta puerta a la que asomarse o donde pasar un rato nos recuerda a El Ministerio del Tiempo, pero sin su sentido del humor. Y el tramo final (de nueve cap¨ªtulos) juega a confundirnos, a que ya no sepamos qui¨¦n es de los nuestros y qui¨¦n no. El ¨²ltimo episodio se llama, acertadamente, Enredo. Es un barullo, aunque a algunos les parecer¨¢ una genialidad del creador de la serie, y de la novela del mismo t¨ªtulo, Blake Crouch. Como m¨ªnimo avanza una segunda temporada m¨¢s liosa aun.
Se segu¨ªa mejor otra serie del mismo estilo, Fringe, que hizo J. J. Abrams a partir de 2008. En aquella viaj¨¢bamos entre dos universos, solo dos; en el otro segu¨ªan en pie las Torres Gemelas y el cielo de Nueva York est¨¢ surcado por enormes zepelines, porque no hab¨ªa explotado en 1937 el Hindenburg. En Materia oscura, sin embargo, nos presentan demasiados universos con el mismo punto de inflexi¨®n de qu¨¦ hiciste con aquella pareja que tanto promet¨ªa, sin mirar nada m¨¢s all¨¢ de ese n¨²cleo. Ya puestos a enredar todo lo enredable, era m¨¢s disparatada pero deliciosa y divertida Todo a la vez en todas partes, la sorprendente triunfadora de los Oscar de 2023.
El f¨ªsico Stephen Hawking fue uno de los que impulsaron la creencia en los universos m¨²ltiples. ¡°Mientras que algunos de dichos universos son parecidos al nuestro, la gran mayor¨ªa es muy diferente. No difieren tan solo en algunos detalles, como por ejemplo en si Elvis Presley realmente muri¨® joven o si los nabos se comen o no de postre, sino que difieren incluso en las leyes aparentes de la naturaleza¡±, escribi¨® en El gran dise?o (2010). Pero, antes de morir en 2018, el cient¨ªfico dio algunos pasos atr¨¢s y, en una investigaci¨®n publicada de forma p¨®stuma con Thomas Hertog, conclu¨ªa que el n¨²mero de universos es finito y todos son similares entre ellos. ¡°Nunca he sido un fan del multiverso¡±, confes¨®.
Si hay muchos universos no vas a estar en el centro de todos. Ya es osado que te creas el centro de alguno.
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