Un pol¨ªtico que no lo parece, adorable Mujica
Ha renunciado a la medicaci¨®n que podr¨ªa alargar el crep¨²sculo del c¨¢ncer. Es un fulano que enamora por lo que dice y por c¨®mo lo dice
![Jos¨¦ Mujica, en 'Lo de ?vole'.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/JPV476QKMFC27DS5EXMERG7GFU.jpeg?auth=761f7a71d4eaa1916e866e93abd5ea0a6711012e9138386ec2de65b9f35001cb&width=414)
El amor es disparar a la soledad. Lo asegura un hombre de casi 90 a?os, alguien que ya no quiere medicarse contra ese c¨¢ncer que asegura su inminente final. Habla despacio, a veces esa lentitud me hace temer que no pueda responder a las dificultades de la memoria para expresar lo que quieres decir. Pero ese individuo de pasado y presente glorioso es un pol¨ªtico que no se parece en nada a los que aseguran que su ¨²nico objetivo en la vida es trabajar para el bien com¨²n, esos falsarios, mediocres, oportunistas, gente prescindible que presiden el presente y el futuro de todos. Lo que cuenta Mujica tiene aplomo y sabidur¨ªa, coraje y naturalidad, lucidez extrema. Las pas¨® muy putas. En la c¨¢rcel. Mogoll¨®n de a?os. Como Mandela. Durante siete a?os no le permitieron leer, una de sus mayores necesidades vitales. Y sabe que el final ya est¨¢ ah¨ª. Ha renunciado a la medicaci¨®n que podr¨ªa alargar el crep¨²sculo del c¨¢ncer. Es un fulano que enamora por lo que dice y por c¨®mo lo dice. Se llama Jos¨¦ Mujica.
Le entrevista un t¨ªo que se atreve a titular su programa Lo de ?vole. Suena a sobrado, a colegueo, a ya sabes qui¨¦n soy y de qu¨¦ voy. Podr¨ªa pasar por arrogancia. O lucidez. Pero resulta que el tal ?vole es un comunicador extraordinario (c¨®mo detesto los t¨¦rminos comunicaci¨®n, relato, t¨®xico, utilizado por las m¨¢s poderosas tontas y tontos del lugar). Pero ?vole posee inteligencia, im¨¢n, capacidad para hacer hablar de lo m¨¢s ¨ªntimo a gente muy diversa. Y tambi¨¦n depende de lo que el interrogador quiera y admire a esa gente. Te resulta cercano, se supone que esos trabajos est¨¢n elaborados en el montaje, pero te despiertan inquietud o cercan¨ªa. Incluida aquella entrevista con un asesino profesional en nombre de su patria, al que no le gustaba que ?vole le llamara Ternera, un fulano tenebroso que calificaba sus cr¨ªmenes de acciones y que respond¨ªa a su molesto entrevistador con ¡°y punto¡± cuando los interrogantes le resultaban jodidos.
Y no puedo dejar de pensar en el mortal Mars¨¦ de ?ltimas tardes con Teresa cada vez que me topo con ?vole o con el desafiante Gabriel Rufi¨¢n en medio de la corte de monjas y curas que viven (imagino que muy bien) de la pol¨ªtica y de los medios de comunicaci¨®n. Estos dos para m¨ª son el Gran Gatsby. Pero a diferencia de ¨¦l, alcanzaron el malec¨®n de Daisy. Les sobra talento y osad¨ªa. Eran destinados perdedores que han sabido ganar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.