Teresa Romero: ¡°Los campesinos ponen comida en nuestra mesa sin importarles si benefician a un dem¨®crata o un republicano¡±
La presidenta de United Farm Workers, el sindicato fundado por C¨¦sar Ch¨¢vez, lucha por una protecci¨®n federal que pueda amparar a los trabajadores agr¨ªcolas de las altas temperaturas
Teresa Romero (Ciudad de M¨¦xico, 74 a?os) dice que hace su trabajo parada sobre los hombros de gigantes. No exagera. Desde 2018 preside United Farm Workers (UFW), el sindicato fundado hace m¨¢s de 60 a?os por C¨¦sar Ch¨¢vez y Dolores Huerta, los emblem¨¢ticos l¨ªderes chicano de los campesinos. Criada en Guadalajara en una familia cuyo padre era fabricante de maquinaria para hacer tortillas y una madre dedicada al hogar, vino al valle de San Fernando, en California, en los setenta. Pocos a?os despu¨¦s fue beneficiaria de la amnist¨ªa que Ronald Reagan otorg¨® a millones de inmigrantes irregulares, convirti¨¦ndose en el ¨²ltimo presidente de Estados Unidos que tendi¨® la mano a un sector que hoy es vilipendiado y perseguido.
Esta experiencia ha hecho que Romero tenga una perspectiva diferente. Es la primera inmigrante y la primera latina que encabeza un sindicato nacional. Comenz¨® siendo asistente del presidente, Arturo Rodr¨ªguez, pero con el paso de los a?os se convirti¨® en secretaria y tesorera, la n¨²mero dos de la organizaci¨®n basada en California, el principal Estado agr¨ªcola del pa¨ªs.
En el tiempo que lleva al frente de UFW, Romero ha convertido en una prioridad el tema de la reforma migratoria. Ha conseguido que el Estado flexibilice las reglas para que los campesinos se sindicalicen. Su m¨¢s reciente cruzada, que se extiende por d¨¦cadas, es brindar protecciones a miles de personas que trabajan en exteriores bajo un calor extremo. La propuesta es rechazada por varios pol¨ªticos republicanos, quienes se niegan a que los jornaleros, la mayor¨ªa de ellos inmigrantes indocumentados, tengan acceso a agua limpia para beber en los campos y descansos de 10 minutos.
Su gran influencia dentro de un sector pol¨ªtico fundamental la ha llevado a ser un personaje de peso. El mes pasado, Romero recibi¨® de manos del presidente Joe Biden la Medalla Presidencial de la Libertad, la mayor distinci¨®n civil en el pa¨ªs. La presea le fue entregada en la Casa Blanca junto a una generaci¨®n de pol¨ªticos como Michael Bloomberg, la senadora Elizabeth Dole, Al Gore, John Kerry y Nancy Pelosi, entre otros. Al recibirla, se ha cerrado un c¨ªrculo. C¨¦sar Ch¨¢vez fue distinguido de forma p¨®stuma por Bill Clinton en 1994.
Pregunta. ?C¨®mo es posible que sigan muriendo trabajadores agr¨ªcolas en Estados Unidos?
Respuesta. Ojal¨¢ tuviera la respuesta adecuada. La mayor¨ªa de los trabajadores agr¨ªcolas en este pa¨ªs son inmigrantes y muchos de ellos, una gran mayor¨ªa, son indocumentados. Muchas veces no hacen o¨ªr su voz por temor a que los despidan o a que los deporten. Entonces aguantan muchas cosas. Es por eso que cuando pasamos nuestra ley en California se salvaron vidas. Y ahora queremos hacerlo a nivel federal.
P. Hay Estados agr¨ªcolas muy fuertes que se resisten a esta ley.
R. S¨ª, es por eso que no queremos hacerla una reforma de los Estados. No deber¨ªa depender de cada Estado si un trabajador vive o muere. Sobre todo con las condiciones del clima, que est¨¢n cambiando tanto. Por eso lo estamos haciendo a nivel federal, para poder proteger a los trabajadores no solo que se dedican a la agricultura, sino a los que trabajen a la intemperie y que est¨¢n expuestos al calor. Los republicanos no est¨¢n interesados en este tipo de protecciones, pero vamos a continuar luchando.
P. El caso m¨¢s notorio es el de Florida, donde el gobernador prohibi¨® este tipo de protecciones. ?Ante qu¨¦ estamos? ?Es una cuesti¨®n antisindical o antiinmigrantes?
R. Las dos cosas. Como mencion¨¦ antes, la mayor¨ªa de los trabajadores son inmigrantes. Muchos de ellos indocumentados. El gobernador piensa, en su forma de ver la vida, que ellos no son importantes. Es repugnante que un gobernador no considere estas vidas. Ellos ponen en nuestra mesa la comida todos los d¨ªas. Cuando ellos est¨¢n trabajando agachados todo el d¨ªa en el campo con altas temperaturas, no se preguntan si su trabajo va a beneficiar a un republicano o un dem¨®crata. Ellos contin¨²an haciendo su trabajo para que todos podamos comer.
P. Dice que no es el momento pol¨ªtico para aprobar este tipo de legislaci¨®n. ?Cu¨¢ndo lo ser¨ªa en un pa¨ªs tan dividido?
R. Nuestro proyecto de ley ha sido introducido, el problema que existe es que quien decide cu¨¢les se someten a votaci¨®n en el Congreso es un vocero republicano.
P. ?Vive el sindicalismo un gran momento en Estados Unidos? ?No podr¨ªa eso darle fuerza a la causa?
R. S¨ª, definitivamente. Tenemos que imaginarnos la vida de un trabajador campesino, que se levanta temprano en la ma?ana porque tienen que estudiar o hacer las cosas con sus criaturas. Van, trabajan ocho, diez horas al d¨ªa, regresan cansados, especialmente durante la temporada de calor. Pero tambi¨¦n quieren tener una familia. Las personas que se sientan a ver las noticias saben que tenemos el apoyo del presidente. No existe una reforma migratoria, as¨ª que en este momento la ¨²nica forma en que estos trabajadores pueden ser protegidos es a trav¨¦s del sindicato. Entonces alguien los respalda, tienen una voz, tienen protecci¨®n. De lo contrario, no tienen nada.
P. Antes de llegar a UFW, usted tuvo una compa?¨ªa de construcci¨®n. ?Qu¨¦ le dice a los empresarios que son anti sindicatos?
R. Mucha gente dice que como empresarios crean cientos y miles de trabajos y que si no fuera por ellos no habr¨ªa trabajo. Yo lo que siempre les digo es que lo vean por el otro lado. Si no tuvieran sus trabajadores, su compa?¨ªa no existir¨ªa. Lo que tenemos que hacer es tratarlos con dignidad, con respeto y pagarles lo justo. Y desafortunadamente aqu¨ª en Estados Unidos eso no pasa en la agricultura.
P. Ustedes est¨¢n haciendo una campa?a que alerta que el peligro es m¨¢s que el golpe de calor. Hay epidemias silenciosas vinculadas a las altas temperaturas.
R. Es muy dif¨ªcil para ellos sentarse a pensar en eso cuando est¨¢n ganando el m¨ªnimo y tienen que mantener a su familia y no quieren perder el trabajo. Es el sacrificio que hacen d¨ªa con d¨ªa. Est¨¢n dispuestos a aguantar much¨ªsimo. Y cuando son amenazados e intimidados de que los van a correr, de que si hablan con el sindicato los van a despedir, es algo muy dif¨ªcil de combatir. Los trabajadores no pueden aguantar otro verano, dos veranos o tres veranos m¨¢s mientras vamos Estado por Estado para poder salvar sus vidas. Necesitamos esas protecciones a nivel federal y por eso las estamos exigiendo.
P. ?Qu¨¦ tan larga fue esta lucha en California?
R. Las primeras regulaciones que existieron fueron en 2008, cuando una joven muri¨® por el calor. Entonces empezamos a poner m¨¢s presi¨®n y pudimos reforzar las protecciones, pero no debemos esperar hasta que la gente fallezca. Lo que nosotros decimos aqu¨ª en el sindicato es que las leyes en los libros no son las leyes en los campos. ?Por qu¨¦? Porque all¨ª no hay nadie. Necesitamos una agencia federal con suficientes recursos para asegurar que estas medidas se est¨¢n implementando.
P. Usted recibi¨® del presidente Biden recientemente la Medalla de la Libertad. ?Qu¨¦ signific¨® eso para usted?
R. Significa much¨ªsimo. Fue un honor muy grande, pero la raz¨®n por la que estuve all¨ª es por la gente a la que yo sirvo. Ellos son los que siempre se sienten invisibles. Que el consumidor no los ve, los rancheros y los empleadores no los ven. Tampoco las autoridades. Ese d¨ªa pudimos demostrar que los campesinos son vistos en los niveles m¨¢s altos. Estamos tratando de elevar la forma en c¨®mo son apreciados.
P. En la pandemia estos trabajadores fueron esenciales porque no pararon, pero a?os despu¨¦s a¨²n se tiene que librar una batalla por derechos b¨¢sicos.
R. Cuando de veras se tuvo que hacer algo, que era hacer la vacuna disponible para ellos, m¨¢scaras, protecci¨®n e informaci¨®n, lo tuvimos que hacer nosotros. Tuvimos la ventaja de contar con gente que apoya a los campesinos y recibimos donaciones de miles de mascarillas, que distribuimos entre trabajadores de California, Oreg¨®n y Washington. Pero hubo problemas porque no se cubri¨® a muchos por ser indocumentados. No nada m¨¢s hay que verlos como trabajadores esenciales, hay que tratarlos como tal.
P. Es la primera inmigrante que encabeza un sindicato nacional. ?Tiene usted una tarea distinta comparada a otros en el movimiento sindical de Estados Unidos?
R. La tarea es la misma, tratar de mejorar la vida de la gente que representamos. El hecho de que sea migrante me da una forma m¨¢s directa de entender los retos que enfrentan d¨ªa con d¨ªa. No tengo que imaginar lo que est¨¢n pensando o sufriendo. Cuando escucho que dicen: ¡°Yo no puedo ir a ver a mi mam¨¢, a quien no he visto en 20 a?os¡±. Los entiendo a un nivel diferente.
P. ?Hay preocupaci¨®n entre sus compa?eros de lo que puede suceder despu¨¦s de las elecciones de noviembre?
R. Esa precauci¨®n, temor, preocupaci¨®n, la tenemos a cualquier nivel. Inclusive inmigrantes que trabajen en el campo o no, que no tengan sindicato, que trabajen en otra industria, tienen ese temor. ?Qu¨¦ es lo que va a pasar? El hecho de que tengan un acento al hablar ingl¨¦s, que su piel sea caf¨¦ o negra. Ese temor existe. Todos, no solo los migrantes, debemos de tener conciencia de lo que podemos perder.
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