No hay clemencia para Leonard Peltier, el activista nativo americano condenado por el asesinato en 1975 de dos agentes del FBI
El Gobierno estadounidense deniega la libertad condicional al preso, pese a sus problemas de salud. Lleva casi 50 a?os en la c¨¢rcel tras un juicio que estuvo plagado de irregularidades, seg¨²n Amnist¨ªa Internacional
El activista nativo americano Leonard Peltier es uno de los presos m¨¢s famosos de Estados Unidos. Para el coro de sus defensores, entre los que se han contado o se cuentan el Dalai Lama, la madre Teresa de Calcuta o Nelson Mandela, se trata de un prisionero pol¨ªtico que lleva casi medio siglo en la c¨¢rcel, condenado injustamente a dos cadenas perpetuas consecutivas tras un juicio plagado de irregularidades. Para el FBI, es el asesino a sangre fr¨ªa de dos de sus agentes, Ronald Williams y Jack Coler, muertos el 26 de junio de 1975 durante un tiroteo en la reserva de Pine Ridge, en Dakota del Sur.
La semana pasada, el Gobierno estadounidense le deneg¨® a Peltier una vez m¨¢s la libertad condicional, que sus abogados hab¨ªan solicitado por motivos de salud: a sus 79 a?os, Peltier tiene problemas de coraz¨®n y diabetes, lo que le ha provocado una ceguera parcial, sufre de hipertensi¨®n y ha pasado por varios episodios de covid severo. Era una de sus ¨²ltimas oportunidades para recobrar la libertad: la siguiente revisi¨®n de su caso ser¨¢ en 2026, pero solo ser¨¢ parcial. Para un nuevo examen integral habr¨¢ que esperar hasta 2039 y quienes defienden su causa temen que no sobreviva hasta los 94 a?os. En un comunicado hecho p¨²blico pocos d¨ªas antes de recibir la noticia de que seguir¨¢ entre rejas, el reo advirti¨®: ¡°Nunca les he cedido mi integridad. Sigo intacto¡±.
Peltier es miembro de la tribu Turtle Mountain de los chippewa de Dakota del Norte. Cuando sucedieron los hechos por los que cumple condena en una prisi¨®n federal de m¨¢xima seguridad en Florida ya llevaba tiempo militando en el Movimiento Indio Americano (AIM son sus siglas en ingl¨¦s), organizaci¨®n en defensa de los derechos de los nativos en Estados Unidos que naci¨® en Minneapolis en los a?os sesenta para protestar por la brutalidad policial.
Sus reivindicaciones pronto hallaron eco nacional, despu¨¦s de que en 1973 un grupo de sus activistas aguantara durante 71 d¨ªas el asedio de los federales al poblado de Wounded Knee, en la reserva de Pine Ridge. Se trata de un lugar cargado de simbolismo: Wounded Knee fue en 1890 el escenario de una de las m¨¢s brutales masacres de la historia estadounidense, en la que murieron entre 150 y 300 nativos a manos del Ej¨¦rcito.
Una reserva en tensi¨®n
Las autoridades retomaron el 8 de mayo de 1973 el control del poblado, pero las tensiones entre la AIM y el Gobierno no cesaron. Tambi¨¦n arreciaron en Pine Ridge los enfrentamientos entre los tradicionalistas, que buscaban gobernar seg¨²n las costumbres originarias, y los asimilacionistas, que quer¨ªan adaptarse a los est¨¢ndares impuestos desde Washington. El d¨ªa en el que los asesinaron a quemarropa, Williams y Coler hab¨ªan llegado a la reserva en coche de inc¨®gnito con una orden de arresto para un l¨ªder Lakota llamado Jimmy Eagle. Los dos agentes pidieron ayuda por radio cuando la operaci¨®n se les fue de las manos, pero los refuerzos llegaron demasiado tarde. A las pocas horas, muri¨® Joe Stuntz, otro activista nativo. El FBI admiti¨® su responsabilidad en esa muerte, pero la identidad de quien apret¨® el gatillo sigue siendo un misterio 49 a?os despu¨¦s.
Peltier huy¨® a Canad¨¢, donde acabaron arrest¨¢ndolo. Tras su extradici¨®n a Estados Unidos, fue condenado en 1977 en un proceso que ¡°no cumpli¨® los est¨¢ndares de un juicio justo¡±, seg¨²n explic¨® la semana pasada en una entrevista telef¨®nica Justin Mazzola, director adjunto de investigaci¨®n de la filial estadounidense de Amnist¨ªa Internacional (AI). ¡°Cambiaron de tribunal sin garant¨ªas para Peltier, y hay evidencias de que destruyeron pruebas y de que intimidaron a los testigos¡±, cont¨®.
La investigaci¨®n concluy¨® que decenas de personas participaron en el tiroteo. Hubo otros dos acusados, que fueron absueltos tras alegar defensa propia. Cuando a Peltier lo juzgaron por separado en Fargo, ning¨²n testigo lo identific¨® como el hombre que dispar¨® en la cabeza a Williams y Coler, y ¨Deso no se supo hasta tiempo despu¨¦s¨D el FBI ten¨ªa informes bal¨ªsticos que probaban que las balas no salieron del arma que Peltier portaba, un rifle semiautom¨¢tico AR-15.
¡°[Desde AI] llevamos d¨¦cadas pidiendo que se repita el juicio, pero ya desistimos de esa opci¨®n. En 2021, pedimos a la Oficina de Indultos del Departamento de Justicia que le conmutaran la pena y lo dejaran en libertad condicional. B¨¢sicamente, est¨¢bamos pidiendo clemencia. Esa solicitud lleva tres a?os parada, ni siquiera se ha remitido a la Casa Blanca. Si [el presidente Joe] Biden pierde en noviembre, Peltier se quedar¨¢ tambi¨¦n sin el ¨²ltimo recurso¡±, contin¨²a Pezzola, que lleva trabajando m¨¢s de 10 a?os en el caso. ¡°Expresamos nuestro m¨¢s sentido p¨¦same a las familias de los agentes Coler y Williams. Sufrieron una grave tragedia en 1975 en la reserva de Pine Ridge, pero esto no es justicia, sino buscar un culpable, quien sea, para consumar una venganza¡±.
En septiembre pasado, centenares de personas se manifestaron entre cantos y el sonido de los tambores ceremoniales frente a la Casa Blanca para forzar a Biden a tomar una decisi¨®n. Hab¨ªa carteles con la silueta del activista y mensajes de ¡°Liberen a Peltier¡±. En 2017, Obama rechaz¨® una petici¨®n similar.
El 10 de junio, se celebr¨® la vista para revisar su caso. Entre los testigos citados a declarar estaba Steven Van Zandt, guitarrista de la E Street Band y fiel escudero de Bruce Springsteen, pero el tiempo se agot¨® antes de que pudiera hacerlo. Despu¨¦s de eso, el abogado de Peltier, Kevin Sharp, cont¨® en una videoconferencia que estaba ¡°esperanzado¡± y que sent¨ªa que su cliente estaba ante ¡°su ¨²ltima oportunidad¡±.
Tras saber que le denegaban la libertad condicional, Sharp, que antes trabaj¨® como juez federal nombrado por Obama, difundi¨® un comunicado en el que avisaba que no pensaba tirar la toalla y lamentaba que se perpetuase ¡°una larga injusticia¡±. ¡°Es tambi¨¦n una oportunidad perdida para que Estados Unidos reconozca hasta qu¨¦ punto afectaron las pol¨ªticas del Gobierno federal en las comunidades nativas en los a?os setenta¡±.
El FBI sigue creyendo en la culpabilidad de Peltier, al que acusaron en el juicio de rematar a los dos agentes cuando estaban heridos en el suelo. El director de la agencia federal, Christopher Wray, comparti¨® su satisfacci¨®n el d¨ªa en el que se conoci¨® la suerte del condenado porque la ¡°justicia haya prevalecido¡±. ¡°[Peltier] Ha disfrutado de sus derechos y del debido proceso una y otra vez, y el peso de las pruebas ha respaldado repetidamente su condena, as¨ª como su sentencia de cadena perpetua¡±, seg¨²n Wray.
Natalie Bara, presidenta del sindicato de agentes del FBI, dijo por su parte que ¡°la falta de remordimiento de Peltier solo agrava la tragedia [de las familias]¡±. ¡°Es necesario que siga en la c¨¢rcel para garantizar la seguridad p¨²blica y el respeto a la ley¡±.
En una carta de 2022 a Wray, el hijo de uno de los agentes asesinados, Ronald Coler, le hizo saber al jefe del FBI que la campa?a por la liberaci¨®n de Peltier ha sido ¡°traum¨¢tica¡± para su familia. ¡°No solo sufrimos la p¨¦rdida de mi padre, sino que tambi¨¦n nos hemos visto obligados a soportar el insulto de que Peltier se haya convertido en una causa predilecta y una figura defendida por Hollywood, por la industria musical, por los pol¨ªticos y por unos activistas bien intencionados que dan por hecho sufre un castigo injusto. ?l est¨¢ c¨®modo en ese papel. Pero es perfectamente consciente de su culpa¡±.
En estas d¨¦cadas, Peltier se ha convertido en un s¨ªmbolo para quienes exigen el reconocimiento del da?o infligido durante siglos por el Gobierno estadounidense a los pueblos originarios. En 1983, el famoso escritor Peter Mathiessen le dedic¨® un libro titulado En el esp¨ªritu de Caballo Loco, en el que inscrib¨ªa el caso en ¡°la guerra del FBI contra el movimiento indio americano¡±. Desde entonces, su causa ha recibido apoyos de famosos como Harry Belafonte, U2 o el grupo de rock pol¨ªtico Rage Against the Machine, que en 1994 le dedic¨® Freedom (libertad), una de sus canciones m¨¢s urge y airadas.
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