?'Pap¨¢ Washington¡¯ se fue de casa?
USAID es reconocido a escala global como una fuerza positiva y el frenazo en seco de todos los programas genera un gran da?o
Una de las acciones m¨¢s negativas que est¨¢ tomando Donald Trump en pol¨ªtica exterior es el desmantelamiento de la agencia estadounidense de cooperaci¨®n internacional USAID, adem¨¢s de la salida de organismos multilaterales claves, en los que Washington era el l¨ªder.
Lo que est¨¢ sucediendo es un cambio de paradigma absoluto de Estados Unidos en su papel como actor internacional. Est¨¢ en todo su derecho. Aunque la novedosa narrativa de America First no es tan novedosa, lo que s¨ª ha cambiado es que ahora actuar¨¢ m¨¢s en solitario y menos en equipo.
Estados Unidos ascendi¨® oficialmente a superpotencia del mundo durante la Segunda Guerra Mundial. A partir de ah¨ª, la mayor parte del planeta, especialmente el mundo occidental, ha sido moldeado desde la Casa Blanca. Los valores de la democracia global y el capitalismo promovidos por Washington se impusieron.
Estados Unidos lider¨® la derrota de Hitler en la Segunda Guerra Mundial con acciones tan decididas como la invasi¨®n de Normand¨ªa y las bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki. Pero al terminar la guerra, lider¨® la reconstrucci¨®n de Jap¨®n, durante la Ocupaci¨®n Aliada liderada por el general estadounidense Douglas Mc Arthur y la de Europa Occidental ¡ªincluida Alemania¡ª con el Plan Marshall: a todos los aline¨® consigo; gest¨® la creaci¨®n de la OTAN con sus aliados europeos a trav¨¦s del Tratado del Atl¨¢ntico Norte, tambi¨¦n conocido como el Tratado de Washington por haberse firmado en esa ciudad, para asegurar la defensa colectiva de Estados Unidos y Europa y detener el avance del comunismo promovido por la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Estados Unidos tambi¨¦n capitane¨® la creaci¨®n de la Organizaci¨®n de las Naciones Unidas y reforz¨® su fuerza en la diplomacia global ofreciendo a Nueva York como su sede; as¨ª como la Conferencia de Bretton Woods ¡ªen Estados Unidos¡ª de la que nacieron el Banco Mundial ¡ªcon sede en Washington¡ª y el Fondo Monetario Internacional, tambi¨¦n con sede en Washington, entidades todas en las que Estados Unidos es el gran l¨ªder en la pr¨¢ctica. De all¨ª emergi¨® el d¨®lar como la moneda global por excelencia.
En 1946, reci¨¦n terminada la guerra y a instancias del Senador William J. Fulbright, cre¨® el reputado programa que lleva su apellido, para promover el entendimiento internacional y la diplomacia pero que es, muy especialmente, un gran veh¨ªculo de expansi¨®n de la cultura estadounidense en el mundo.
Luego lleg¨® la siguiente fase. Ya como el gran vencedor de la Segunda Guerra Mundial y con las instituciones globales creadas y dise?adas con el liderazgo de Washington, desde finales de los 50 con el presidente Eisenhower y luego con John F. Kennedy, Estados Unidos empez¨® a expandir su ¡°soft-power¡±, su poder suave, con el cual, adem¨¢s de ser el ¡°polic¨ªa del mundo¡±, logr¨® afianzar sus valores, su cultura y sus productos en la mayor parte del globo, lo que prevalece hasta hoy.
En esta nueva fase se crearon los Cuerpos de Paz en 1961, que han operado en unos 140 pa¨ªses apoyando a pa¨ªses y comunidades en desarrollo y se establecieron organizaciones multilaterales como la Organizaci¨®n Internacional del Caf¨¦ con el objetivo de regular el comercio del caf¨¦, del que Estados Unidos sigue siendo el mayor mercado, estabilizar los precios y fomentar la cooperaci¨®n entre los m¨¢s de 60 pa¨ªses productores y los consumidores.
La Alianza para el Progreso, creada por la Casa Blanca en 1961, ten¨ªa como finalidad estrechar la cooperaci¨®n con Am¨¦rica latina y ¡ªnaturalmente¡ª frenar el avance del comunismo en la regi¨®n. Tambi¨¦n en 1961, el Congreso estadounidense aprob¨® la Ley de Asistencia Exterior o Foreign Assistance Act, con base en la cual la Casa Blanca cre¨® la Agencia Internacional para el Desarrollo o United States Agency for International Development, USAID, encargada de administrar la ayuda internacional para el desarrollo econ¨®mico, la asistencia humanitaria y el fortalecimiento de la democracia en el mundo. Y claro, contribuir a frenar la expansi¨®n del comunismo, lo cual ha hecho por 64 a?os, con 12 presidentes distintos, 6 dem¨®cratas y 6 republicanos.
He tenido la oportunidad de ver el trabajo de USAID de cerca en diferentes ¨¢reas y en varios pa¨ªses. En el caso de Colombia, como parte fundamental de la ejecuci¨®n del Plan Colombia desde el a?o 2000, el programa bilateral m¨¢s grande y exitoso de Am¨¦rica latina, gracias al cual el pa¨ªs logr¨® la seguridad y estabilidad que permiti¨® las condiciones que condujeron al acuerdo de paz de 2016.
Desde la aprobaci¨®n del plan en forma ampliamente bipartidista por el Congreso estadounidense y el dise?o de los programas que lo componen, liderado por el presidente Andr¨¦s Pastrana en Colombia con los presidente Bill Clinton y George W. Bush; luego por el trabajo en seguridad que lider¨® el presidente Alvaro Uribe trabajando con los presidentes George W. Bush y Barack Obama, hasta llegar al acuerdo de paz alcanzado por el presidente Santos gestado e implementado cuando sus pares en la Casa Blanca eran Barack Obama y Donald Trump, USAID siempre ha estado ah¨ª. Y sigue estando.
Como parte de la implementaci¨®n del Plan Colombia, entre muchos otros, USAID apoy¨® el sistema de justicia con programas como las Casas de Justicia, cuya finalidad era mejorar el acceso a comunidades afectadas por el conflicto y la violencia, apoy¨® el entrenamiento y capacitaci¨®n de jueces, la promoci¨®n de los derechos humanos y el trabajo con comunidades rurales para reducir los cultivos ilegales con desarrollo alternativo, por nombrar solo unos pocos. En la desmovilizaci¨®n que sigui¨® al acuerdo de paz, USAID tambi¨¦n fue un gran apoyo y ojala lo siga siendo.
Lo propio ha hecho con las comunidades cafeteras colombianas, compuestas por unas 550.000 familias a lo largo del pa¨ªs, apoyando proyectos econ¨®micos y sociales, al igual que en Africa y en el resto de Am¨¦rica Latina.
El mundo occidental ha contado con el apoyo de Estados Unidos y su soft-power, y Washington lo ha usado para expandir su influencia global. Los miles de programas que apoya USAID en pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo han sido fundamentales para que Estados Unidos mantenga su influencia, pero especialmente para llevar estabilidad, apoyar la democracia y salvar vidas.
El presidente Trump est¨¢ en su derecho de replantear las prioridades de su pa¨ªs y reformar lo que sea necesario. Puede considerar que la cooperaci¨®n internacional ya no es necesaria y que la guerra fr¨ªa se acab¨®, o que no es responsabilidad del pueblo americano resolver los problemas globales y acabar con el componente suave de la influencia de su pa¨ªs en el mundo.
Tambi¨¦n es posible que una organizaci¨®n que opera en 130 pa¨ªses tenga ineficiencias o mucha burocracia en algunos de ellos. Es posible que revisar la eficacia de los 10.000 empleados y contratistas que maneja la agencia tenga sentido. Pero a nivel global USAID es reconocido como una fuerza positiva y el frenazo en seco de todos los programas (que ojal¨¢ no sea definitivo), y la reducci¨®n a solo 300 personas, ha generado un gran da?o en muchos sitios en forma inmediata y ha minado innecesariamente la confianza con muchos aliados.
En el corto plazo, la mayor parte de los pa¨ªses se plegar¨¢n a la voluntad de Washington porque no tienen m¨¢s opci¨®n. Pero en el mediano y largo plazo, si no se mantiene la cooperaci¨®n internacional, el mundo tendr¨¢ que entender el mensaje de que ¡°Pap¨¢ Washington¡± se fue de casa y se tendr¨¢ que arreglar por su cuenta. O con el apoyo de un nuevo pap¨¢.