La desigualdad ahoga el desarrollo del empresariado latino, que sostiene 3,5 millones de empleos
Escollos financieros y menores posibilidades limitan el desarrollo de numerosos proyectos de emprendedores hispanos, con un impacto negativo en la econom¨ªa del pa¨ªs
No est¨¢n en las avenidas m¨¢s caras ni en las torres m¨¢s altas, pero son cruciales para la econom¨ªa y el empleo estadounidense. M¨¢s all¨¢ de las multinacionales, las empresas del S&P 500 y las grandes cadenas hay una importante red de peque?as y medianas empresas y start ups que mantienen girando las ruedas de la econom¨ªa. En el origen de muchas de ellas hay latinos, que actualmente est¨¢n creando empresas a un ritmo superior a otras comunidad...
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No est¨¢n en las avenidas m¨¢s caras ni en las torres m¨¢s altas, pero son cruciales para la econom¨ªa y el empleo estadounidense. M¨¢s all¨¢ de las multinacionales, las empresas del S&P 500 y las grandes cadenas hay una importante red de peque?as y medianas empresas y start ups que mantienen girando las ruedas de la econom¨ªa. En el origen de muchas de ellas hay latinos, que actualmente est¨¢n creando empresas a un ritmo superior a otras comunidades, aunque la desigualdad sigue latente. Los latinos suponen ya el 20% de la poblaci¨®n, pero solo son due?os del 6,9% de los negocios. Seg¨²n cifras de la Iniciativa Latina Empresarial (LEI, en sus siglas en ingl¨¦s) de la Universidad de Stanford, hay 4,7 millones de empresas latinas de distintos tama?os en Estados Unidos, que contribuyen a la econom¨ªa en 800.000 millones de d¨®lares anuales. De ellos, 463.000 negocios con capacidad de generar empleo dan trabajo a 3,5 millones de personas. Es un n¨²mero importante, pero teniendo en cuenta que hay unos 160 millones de trabajadores en todo el pa¨ªs, la historia del empresariado latino en Estados Unidos apenas est¨¢ comenzando.
La contribuci¨®n econ¨®mica de estos negocios podr¨ªa -y deber¨ªa- ser mayor, si no fuera por el acceso limitado a la financiaci¨®n, la vulnerabilidad de su liquidez y el menor acceso a oportunidades de contrataci¨®n de sus servicios. Una desigualdad que ha vivido en carne propia Mari Borrero, primera ejecutiva de American Abatement & Demo (AAD), la empresa de demoliciones que fund¨® en 2017 con su esposo. La compa?¨ªa, con sede en el Estado de Washington, emplea a personas que han pasado por la c¨¢rcel y tiene ventas por tres millones de d¨®lares y 14 empleados. No ha sido f¨¢cil. Antes de ser empresaria, Borrero administr¨® un hospicio y fue maestra, por lo que tuvo que aprender a navegar en un sistema desconocido y construir relaciones con bancos y uniones de cr¨¦dito: ¡°Es un rompecabezas gigante que uno tiene que entender al tiempo que gestiona un negocio¡±, explica mientras sujeta su casco de obra rosa.
Se siente, dice, como en la rueda de un h¨¢mster, dando vueltas para buscar financiaci¨®n. ¡°Primero te dicen que tu puntuaci¨®n de cr¨¦dito no es lo suficientemente alta. Luego, cuando ya la tienes y solicitas un cr¨¦dito, te dicen que no llevas suficientes a?os en el negocio. La meta siempre se va alejando m¨¢s y m¨¢s¡±. Hace unos meses, su empresa fue reconocida cliente estrella del Small Business Development Center de Washington. Barrero cuenta una escena que se le ha quedado grabada: ¡°En la celebraci¨®n hab¨ªa muchos bancos que nos han negado financiaci¨®n. Nos dijeron que sent¨ªan no poder ayudarnos mientras nos felicitaban por el reconocimiento. Pero, ?c¨®mo me ayuda eso?¡±.
A pesar de los retos, estas empresas ponen de relieve el papel vital de los latinos en la configuraci¨®n de un panorama empresarial estadounidense m¨¢s inclusivo. Barbara G¨®mez Aguinaga, directora asociada de LEI, explica que el 52% de los creadores de empleo dentro del empresariado latino son inmigrantes; en el caso de los negocios blancos solo el 7% viene de otros pa¨ªses. Esta evidencia se suma a una serie de estudios, incluido uno de la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO), que muestra la contribuci¨®n positiva de la inmigraci¨®n al conjunto de la econom¨ªa de EEUU.
Es frecuente o¨ªr que para abrir un negocio se necesita un empuje muy similar al que se tiene cuando se decide cruzar una frontera y empezar de cero en un lugar desconocido. En el terreno empresarial los escollos se multiplican y muchos emprendimientos se quedan por el camino a pesar de la evidencia que demuestra que ganar en igualdad beneficiar¨ªa al conjunto del pa¨ªs. Alcanzar la paridad ¡°no solo es crucial para empoderar a las empresas latinas, sino tambi¨¦n para reforzar la econom¨ªa y la mano de obra del pa¨ªs¡±, dice el informe de Stanford.
Potencial empleador
Eli¨¢n Savodivker, director de Interacci¨®n para el Latino Business Action Network (LBAN), explica que si no fuera por estas dificultades las oportunidades de crecimiento ser¨ªan mayores: ¡°Sin estos problemas las empresas podr¨ªan alcanzar su potencial, una oportunidad de tres billones de d¨®lares¡±. Su experiencia apunta a que esta comunidad empresarial est¨¢ contratado a un mayor ritmo y con mejores beneficios. ¡°Algo que hemos visto es que los latinos suelen venir de situaciones dif¨ªciles y hay un sentimiento de familia que es realmente fuerte y muy similar al que crean con los empleados¡±.
Lo que han observado desde Stanford es que cuando se solicita un cr¨¦dito por una cantidad menor a 50.000 d¨®lares, los empresarios latinos tienen una tasa de aprobaci¨®n m¨¢s elevada que el resto, pero cuando se trata de una mayor cantidad, la situaci¨®n se revierte. La raz¨®n se debe a que en los cr¨¦ditos bajos la decisi¨®n llega de un proceso sistematizado, pero cuando se habla de m¨¢s dinero interviene el factor humano. Es cuando hay que tener la conversaci¨®n en el banco y ah¨ª las posibilidades de ¨¦xito se reducen.
No es un problema menor. El acceso al financiamiento es importante para sobrevivir a momentos extraordinarios como lo fue la pandemia, pero tambi¨¦n para impulsar el crecimiento, para el funcionamiento de la tesorer¨ªa, la expansi¨®n de las empresas y la creaci¨®n de m¨¢s empleo. Tambi¨¦n para sacar partido de oportunidades como la que se le presentaron a AAD, la empresa de Borrero, en 2023.
En mayo de ese a?o, el centro de visitas del Parque Nacional Olympic en Washington se quem¨® mientras estaba en obras de renovaci¨®n. Para abrirlo en la temporada de esqu¨ª ten¨ªan que demolerlo. El presupuesto era de 815.000 d¨®lares y el plazo de 30 d¨ªas. El Servicio de Parques Nacionales contact¨® con Borrero y ella acept¨®. ?El problema? Tener la liquidez para poder hacerse con el contrato, teniendo en cuenta que el pago se tardar¨ªa meses.
El dinero no lleg¨® de las instituciones financieras y Borrero no tuvo m¨¢s remedio que acudir a sus padres. En este punto, la empresaria se emociona y lucha contra un nudo en la garganta. Dice que sabe que sus padres est¨¢n orgullosos de ella y su familia, pero que ellos tienen sus propias necesidades. ¡°Sab¨ªa que me ayudar¨ªan pero no deber¨ªa ser as¨ª. No deber¨ªa llegarse a esto porque hay mucho dinero ah¨ª fuera, gente ganando mucho dinero. Es muy frustrante que sea tan duro para los peque?os negocios, que nos sigan complicando las condiciones una y otra vez¡±.
El director del LBAN considera que las instituciones financieras todav¨ªa deben aprender que invertir en empresarios latinos est¨¢ lejos de ser una oportunidad arriesgada. ¡°Los latinos saben que no es el negocio, que es el sesgo, y eso es lo que tiene que cambiar porque cuando se ven los n¨²meros no se puede defender ese sesgo¡±, dice.
En el lado positivo de la balanza hay algunas tendencias que pueden ayudar con el actual desequilibrio. La mayor presencia de latinos en m¨¢s instituciones financieras, que conocen las dificultades personalmente, contribuir¨¢n a la larga a ampliar las posibilidades. Savodivker a?ade que los emprendedores latinos hacen hoy mucho con poco. Al final, todo es cuesti¨®n de n¨²meros: ¡°El cambio llegar¨¢ porque hay mucho dinero que no se usa porque no se dan soluciones financieras a esta comunidad¡±.