Historia de c¨®mo una jazzista cubana ¡°preparada para el rechazo¡± termina en los Latin Grammys
Daym¨¦ Arocena, de 32 a?os, es una de las aspirantes al galard¨®n de Canci¨®n del A?o
Daym¨¦ Arocena lleg¨® temprano al Aeropuerto Internacional de Miami tras un largo y extenuante vuelo de ocho horas desde Brasil. En el Uber, de camino a casa de unas amigas, recibi¨® un mensaje que anunciaba que el productor boricua Eduardo Cabra hab¨ªa sido nominado a los Latin Grammys en la categor¨ªa Productor del A?o, un honor m¨¢s a la lista de reconocimientos que cosecha el exintegrante de Calle 13. Al momento recibi¨® otro mensaje. Ley¨® que era ella, no otra persona sino ella, la cubana de 32 a?os Daym¨¦ Arocena, una de las aspirantes al galard¨®n de Canci¨®n del A?o. Daym¨¦, a quien el mundo le hab¨ªa hecho creer que no merec¨ªa tanto, que era negra, que era gorda, la cantautora que jam¨¢s alcanz¨® un premio en Cuba, la jazzista que juega con el jazz, que lo quiebra y lo recompone a su gusto, y que por tanto no encaja en la industria ni de la m¨²sica ni de nada.
De camino en el Uber empez¨® a llorar y se le perdi¨® la voz. El chofer la mir¨® con pena desde su espejo retrovisor. La dej¨® en la casa de las amigas, le ayud¨® con las maletas, le dijo que todo iba a estar bien. A¨²n hoy, luego de varios d¨ªas de la noticia, Daym¨¦ no cree que est¨¦ nominada en una de las categor¨ªas m¨¢s codiciadas de los Latin Grammys.
¡ª Llam¨¦ a mi terapeuta para contarle c¨®mo me estaba sintiendo y me dijo: ¡®te has preparado mucho en la vida para el rechazo, no para que te acepte la gente¡¯.
A los 10 a?os, Daym¨¦ entr¨® al Conservatorio de M¨²sica Alejandro Garc¨ªa Caturla, una escuela en La Habana a la que asist¨ªan en mayor medida ¡°los hijos de la gente famosa, con dinero¡±. En la casa donde naci¨®, un espacio de dos cuartos y un ba?o compartido por 14 personas, Daym¨¦ se levantaba a las cuatro de la madrugada para llegar a la escuela, ubicada al otro extremo de la ciudad. El d¨ªa de su primer examen, para el que se prepar¨® con esmero, cant¨® impecablemente delante de un jurado. Sus compa?eras tambi¨¦n cantaron, a algunas se les quebr¨® la voz, a otras se les olvid¨® la letra. La peor nota fue la de Daym¨¦. Sali¨® corriendo del aula y se escondi¨® en un jard¨ªn.
¡°Creo que fue la primera vez que cre¨ª que no me merec¨ªa las cosas¡±, asegura. ¡°No porque seas talentosa la gente se va a hincar ante tu talento. Ese d¨ªa, a los 10 a?os, yo entend¨ª que el mundo no era as¨ª, y para m¨ª menos era as¨ª. Que la gente se pod¨ªa confundir, llorar, olvidarse y le iban a dar 98 puntos, mientras que a m¨ª me iban a dar 90 haci¨¦ndolo bien. Recuerdo que ese d¨ªa mi mam¨¢ me busc¨® por toda la escuela y cuando me encontr¨®, ella, que es una mujer muy fuerte de car¨¢cter, me dijo: en estas escuelas t¨² tienes que estudiar para 200 para que te den 100. Con esa filosof¨ªa yo crec¨ª, faj¨¢ndome durante todos esos a?os¡±.
A los ocho a?os, Daym¨¦ ya menstruaba, ten¨ªa ovarios poliqu¨ªsticos, era una ni?a que com¨ªa muy poco y engordaba mucho. Sus padres la llevaron al m¨¦dico por su desorden hormonal. La operaron dos veces, una tercera para reducir sus senos que le llegaban casi a las piernas. ¡°Yo siempre me pregunt¨¦ por qu¨¦ carajo yo era as¨ª¡±, dice. ¡°Uno siempre piensa que hubiese sido todo m¨¢s f¨¢cil si hubiese sido f¨ªsicamente de otra manera¡±.
Daym¨¦ no tiene reparos en decir que sent¨ªa que era ¡°un monstruito caminando por la calle¡±. ¡°Vivimos en una sociedad donde no se muestran a las mujeres como yo, y somos un mont¨®n. Hay momentos que se siente como una carga y hoy entiendo que es la resistencia. Que yo ten¨ªa que ser as¨ª porque soy un reflejo viviente de lo que la gente no quiere asumir. En Latinoam¨¦rica la gente no quiere asumir la negritud que tiene. Quieren comer pl¨¢tano frito, pero no quieren entender de d¨®nde vienen. Quieren tener unas nalgas grandes, pero no quieren ser negras. Una bemba grande, pero no quieren ser negras. Pero cabr¨®n, ?y de d¨®nde crees que viene eso? No es de los ind¨ªgenas, ni de los blancos. Ese culo de 40 libras que t¨² quieres, y eso que te inyectas en el cuerpo, eso es negritud profunda y no lo quieren entender, ni aceptar. Si no tienen referentes como yo, no lo van a asumir nunca¡±.
Daym¨¦ recuerda el momento exacto en que a los problemas de toda su vida se sumaron los problemas con su pa¨ªs. En un congreso de la organizaci¨®n gubernamental Asociaci¨®n Hermanos Sa¨ªz (AHS) pregunt¨® al exministro de Cultura Abel Prieto por qu¨¦ exist¨ªan en Cuba las empresas art¨ªsticas y por qu¨¦ los artistas no pod¨ªan ser independientes. Prieto le respondi¨® que sus ideas eran ¡°ideas procapitalistas¡±, en desacuerdo con ¡°el sistema revolucionario cubano¡±.
¡°Esa frase no la voy a olvidar nunca en mi vida. Cuando o¨ª sus palabras, pens¨¦: lo que sea que dije me va a costar caro. Llegu¨¦ a mi casa temblando, ca¨ª en p¨¢nico¡±, confiesa Daym¨¦, quien entendi¨® que deb¨ªa irse de Cuba. Luego despertar¨ªa en ella una conciencia pol¨ªtica que la llev¨® a expresarse p¨²blicamente en varias ocasiones en contra del Gobierno. ¡°Eso fue un antes y un despu¨¦s en mi vida. De lo que yo no era consciente era de que estaba cuestionando el sistema con esa pregunta¡±.
Hace unos a?os Daym¨¦ se instal¨® en Canad¨¢, luego se traslad¨® a Puerto Rico. AlKemi, su quinto y ¨²ltimo ¨¢lbum, es una consecuencia de la pandemia y la emigraci¨®n. Sin embargo A fuego lento, la canci¨®n elegida por el comit¨¦ de los Latin Grammys que Daym¨¦ canta junto al dominicano Vicente Garc¨ªa y que forma parte de ese ¨¢lbum, no es una canci¨®n nueva, Daym¨¦ la hizo cuando ten¨ªa 19 a?os. Lleg¨® como casi todas sus canciones: en sue?os, unas veces de a pedacitos, otras m¨¢s completas, y la escondi¨® por m¨¢s de una d¨¦cada.
¡°Al punto de que yo olvid¨¦ que esa canci¨®n exist¨ªa¡±, cuenta. ¡°Y si sale ahora es porque, primero, ya no tengo 19 a?os, ya no me da tanto miedo ser quien soy, el criterio ajeno, pero a los 19 yo era muy joven como para ser quien quer¨ªa ser. Yo quer¨ªa mucho ser reconocida como jazzista, que la gente no me viera solo como cantante. Todo el mundo lo primero que ve de m¨ª es mi voz, pero yo escribo canciones desde que era ni?a, nadie me ense?¨® a escribir canciones, es de siempre. Me interesaba mucho que la gente notara eso, que se entendiera que mi mundo iba m¨¢s all¨¢ de mi voz. Y queriendo satisfacer todo ese imaginario de la m¨²sica, yo echaba para el lado todas las ideas que me ven¨ªan a la mente, que no encajaban en ese espacio, que no luc¨ªan en ese mundo¡±.
Ese mundo al que Daym¨¦ se refiere, seg¨²n dice, era uno completamente ¡°machista¡±, donde nadie conoce a la mujer cantante o ni siquiera ¡°se le ve como m¨²sico¡±. Daym¨¦, una cantautora que no se rige por g¨¦neros musicales, que no tiene prejuicios de este tipo y lo mismo va de un jazz tradicional a un Cha cha ch¨¢ o un reguet¨®n, tuvo que emprender una carrera paralela de forcejeo con la industria.
¡°Est¨¢ el mundo del jazz cubano y el mundo del jazz mundial, yo los conozco a los dos. Literalmente, el mejor cumplido que te pod¨ªan hacer como cantante era decir: ¡®pero ella tambi¨¦n es m¨²sico¡¯. Todav¨ªa es el mejor cumplido. Como si cantar no fuera hacer m¨²sica. Y los cantantes en el contexto del jazz se vuelven un adorno. Yo no quer¨ªa que la gente supiera que yo tambi¨¦n era una persona profundamente pop, y que me gustaba consumir otro tipo de m¨²sica. Deseaba demasiado que la comunidad jazz¨ªstica cubana me reconociera y aceptara. Ese trauma no solo era en Cuba, luego tuve la posibilidad de hacer mis discos fuera del pa¨ªs y yo cre¨ªa que hac¨ªa m¨²sica super jazz¨ªstica y cuando le¨ªa los review que me hac¨ªan las grandes revistas no me entend¨ªan. Para ellos la m¨²sica jazz¨ªstica cubana ten¨ªa que sonar al latin jazz tradicional. Nada que estuviera fuera de ese contexto lo iban a aceptar y entender¡±.
Al salir de Cuba, Daym¨¦ comenz¨® a estar en el ojo de la cr¨ªtica mundial del jazz, donde celebraban su voz pero apenas miraban sus composiciones. ¡°A¨²n hoy mucha gente no es consciente de que yo soy la autora de todas las canciones de todos mis discos. Yo soy cantautora. La gente te dice desde ni?a: ¡®mija, t¨² eres muy talentosa, pero este mundo es muy dif¨ªcil, eso no da un peso, canta jazz est¨¢ndar, lo que todo el mundo canta, no tus canciones, y adem¨¢s eres negra y gordita¡±.
Daym¨¦ es una persona de pocas cosas. Podr¨ªa recorrer el mundo con una maleta de mano. Pocos saben que podr¨ªa pasar horas cocinando y que es una amante del reparto, esa especie de reguet¨®n criollo, el g¨¦nero musical que emergi¨® en los barrios m¨¢s humildes de Cuba en los ¨²ltimos a?os. ¡°Soy profundamente repartera y lo defiendo a cabalidad¡±, insiste. ¡°Yo digo que son la resistencia. En los a?os veinte est¨¢bamos bailando rumba y son; en los treinta, guaracha; en los cuarenta, Cha cha ch¨¢; en los cincuenta, mambo; en los sesenta, lleg¨® el latin jazz, y de ah¨ª para all¨¢ se acab¨® la m¨²sica cubana. Toda esa generaci¨®n de gente bailando de pronto se sustituy¨® por una guitarra pensante para mandar un mensaje que ellos quer¨ªan mandar. Para los setenta empez¨® Chucho Vald¨¦s con una nueva visi¨®n del jazz, de ah¨ª se desprende el songo con los Van Van. Y de pronto apareci¨® la timba en los noventa, y fue la resistencia, en esos a?os cuando se cay¨® un poco la fachada de Cuba, la bonanza, y volvimos a la agresividad, a la timba feroz, a nuestra esencia. La gente que sali¨® el 11 de julio a las calles no son los que escuchan trova, son los que est¨¢n pasando hambre y oyendo reparto. Porque el reparto no tiene nada que perder¡±.
En Cuba, Daym¨¦ nunca gan¨® un premio de los m¨¢s importantes cert¨¢menes de jazz. Una vez fuera, su miedo, como el de muchos artistas cubanos, era no poder volver a hacer m¨²sica. Nunca antes ninguno de sus discos hab¨ªa sido inscrito o sometido a una evaluaci¨®n de un jurado de los Latin Grammys. ¡°Los Grammys siempre son un gran misterio. La industria musical luce como un monstruo inaccesible¡±, dice. Fue su equipo, el mismo de su productor Eduardo Cabra, quienes hicieron el tr¨¢mite. ¡°Yo hice todo lo que me dijeron que ten¨ªa que hacer, pero no contaba con ser nominada absolutamente a nada¡±.
Daym¨¦ tiene varias razones para explicar por qu¨¦ no esperaba la nominaci¨®n: ¡°Primero, porque vengo de un entorno en Cuba en el que nunca me han dado nada. Al mismo tiempo, Cuba es un pa¨ªs sin industria, por eso a los cubanos nos cuesta tanto que nos reconozca la industria, porque no tenemos, no hay Fanbase, ni Spotify, ni YouTube Music, ni Apple Music, nuestro p¨²blico tiene que descargarse las canciones por Telegram para escucharte. No hay registro de que tienes no s¨¦ cu¨¢ntos seguidores mensuales. Estamos hu¨¦rfanos de p¨²blico digital. No vendemos estadios. Y la industria es industria. Por otro lado, en el sistema de la industria yo soy una cosa muy rara, hago una m¨²sica muy rara. Creo que soy demasiado yo como para complacer un esquema. Dentro de la industria todo est¨¢ m¨¢s estructurado y yo soy la reina de desestructurar las cosas¡±.
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