La deportaci¨®n por bandera: la migraci¨®n en el segundo asalto de Trump
El presidente comenzar¨¢ a implementar sus planes de manera inmediata. Las primeras redadas de inmigrantes se llevar¨¢n a cabo esta misma semana
Se acab¨® la cuenta atr¨¢s. Las detenciones y deportaciones de inmigrantes de la nueva era trumpista comenzar¨¢n esta misma semana. As¨ª lo ha venido advirtiendo Donald Trump desde que se asegur¨® la vuelta a la Casa Blanca en noviembre y lo ha vuelto a repetir en su ¨²ltimo mitin como presidente electo celebrado este domingo en la capital del pa¨ªs. ¡°Para cuando el sol se ponga ma?ana por la tarde, la invasi¨®n de nuestras fronteras se habr¨¢ detenido, y todos los intrusos ilegales estar¨¢n, de una forma u otra, de camino de vuelta a casa¡±, ha dicho el republicano 18 horas antes de jurar su cargo como 47? presidente de Estados Unidos.
El nuevo Gobierno comenzar¨¢ a arrestar inmigrantes sin papeles tras la investidura de este lunes. Las redadas empezar¨¢n en Chicago, Illinois, el martes y se extender¨¢n a lo largo de todo el pa¨ªs, mientras la Administraci¨®n se prepara para llevar a cabo la ¡°la mayor deportaci¨®n de la historia¡± que el republicano prometi¨® durante su campa?a. Las primeras detenciones se centrar¨¢n en inmigrantes con antecedentes penales, pero Trump ha asegurado que su plan es deportar a todos los inmigrantes indocumentados que se encuentran en el pa¨ªs. Se estima que son unos 11 millones de personas, seg¨²n cifras oficiales, pero el magnate ha llegado a hablar de hasta 25 millones.
Adem¨¢s, todas las miradas est¨¢n puestas en las primeras ¨®rdenes ejecutivas que el republicano firme despu¨¦s de su ceremonia de inauguraci¨®n. En l¨ªnea con lo que ha prometido, se espera que tras asumir el cargo Trump declare una ¡°emergencia nacional¡± casi inmediata en la frontera sur del pa¨ªs. Esta declaraci¨®n le permitir¨¢ militarizar la zona fronteriza y sellar los pasos de entrada al pa¨ªs. Adem¨¢s, con esta herramienta tendr¨¢ a su disposici¨®n un arsenal de fondos y recursos militares para poner en marcha su plan de detenciones y deportaciones masivas.
El hecho de que el republicano pretenda usar de esta manera una declaraci¨®n de ¡°emergencia nacional¡± ya ha suscitado cr¨ªticas, puesto que la legislaci¨®n de Estados Unidos proh¨ªbe que los soldados detengan directamente a la poblaci¨®n civil. No obstante, Trump ha dejado claro que est¨¢ dispuesto a llevar la ley hasta el l¨ªmite para conseguir lo que quiere. En su primer mandato, ya us¨® de forma similar la autoridad de emergencia para acceder a fondos militares con el fin de construir secciones de su muro fronterizo con M¨¦xico, despu¨¦s de que el Congreso le negara la financiaci¨®n para ello.
Pero el Congreso de entonces, que al menos intentaba frenar sus pol¨ªticas migratorias m¨¢s radicales, no es el de ahora. Trump vuelve a la Casa Blanca con una mayor¨ªa republicana en ambas c¨¢maras legislativas, hasta por lo menos 2026, cuando se celebran las elecciones de medio mandato. Junto con un poder judicial af¨ªn, con jueces nombrados por ¨¦l, incluidos tres de los seis magistrados de la mayor¨ªa conservadora del Tribunal Supremo, queda pr¨¢cticamente anulada la posibilidad de una oposici¨®n similar a la que enfrent¨® en su primera presidencia.
Un Congreso trumpista
La nueva legislatura, que inici¨® a principios de enero su mandato, ya ha empezado a alinearse con el programa migratorio de Trump, incluso antes de que asumiera el cargo. El nuevo jefe adjunto de Gabinete de la Casa Blanca, Stephen Miller, se asegur¨® de ello, con m¨²ltiples visitas al Capitolio durante las ¨²ltimas semanas. Miller est¨¢ a cargo de supervisar las pol¨ªticas migratorias del nuevo Gobierno y trabajar¨¢ junto a otro halc¨®n contra la inmigraci¨®n y fiel asesor de Trump, Tom Homan. Tras estar al frente del Servicio de Inmigraci¨®n y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en ingl¨¦s) durante el primer mandato del republicano, Homan vuelve ahora como zar de la frontera, a cargo de planificar acciones como las redadas que comenzar¨¢n este martes.
En los d¨ªas previos a la investidura, Miller mantuvo reuniones con los l¨ªderes del Partido Republicano en el Congreso, en las que trasmiti¨® a los legisladores la urgencia de avanzar y facilitar las pol¨ªticas migratorias de Trump. Su mensaje cal¨®: todo apunta a que Trump firmar¨¢ la primera ley migratoria de su segundo mandato en sus primeros d¨ªas en el cargo. Se trata de un proyecto de ley que avanza en el Senado, que se dispone a aprobarlo el mismo lunes de la investidura, y que permite las deportaciones de inmigrantes sin papeles que hayan cometido delitos menores (como un hurto en una tienda), aunque no hayan sido condenados por ello. La C¨¢mara de Representantes ya vot¨® a favor de la norma y lo volver¨¢ a hacer cuando regrese a sus manos para una ¨²ltima aprobaci¨®n. Entonces llegar¨¢ al escritorio de Trump para ser promulgada.
La ley lleva el nombre de Laken Riley, una estudiante de enfermer¨ªa de 22 a?os que fue asesinada en febrero pasado en el campus de la Universidad de Georgia. Su asesino, el venezolano Jos¨¦ Antonio Ibarra, que recibi¨® cadena perpetua por el crimen, cruz¨® ilegalmente la frontera en septiembre de 2022, y antes del asesinato fue detenido por un robo, pero se le permiti¨® permanecer en libertad tramitando su situaci¨®n legal. Fue uno de los casos que Trump us¨® durante la campa?a electoral para avanzar en su teor¨ªa de que los migrantes que se encuentran en situaci¨®n irregular en el pa¨ªs son delincuentes, a pesar de que casi el 90% de ellos carece de antecedentes penales.
La ley ¡ªque pas¨® en ambas c¨¢maras legislativas con el apoyo clave de algunos legisladores dem¨®cratas¡ª exige que el Servicio de Inmigraci¨®n y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en ingl¨¦s) detenga a inmigrantes indocumentados que sean acusados, detenidos o condenados por hurtos, robos y atracos no violentos y que los mantengan bajo su custodia hasta que sean expulsados del pa¨ªs. Con la ley actual hace falta haber sido condenado por dos delitos menores o por uno grave para enfrentarse a la deportaci¨®n.
Estados aliados
Trump no solo ostenta poder absoluto en las tres ramas del Gobierno federal, sino que tambi¨¦n cuenta el apoyo de varios Estados gobernados por republicanos que ser¨¢n claves para llevar a cabo su proyecto migratorio. Como Texas, que se ha ofrecido para albergar los centros de detenci¨®n junto a la frontera que funcionar¨¢n como lanzadera para las deportaciones del magnate. O Florida, cuyo gobernador, Ron DeSantis, fue la ¨²ltima autoridad estatal en asegurar que su Administraci¨®n colaborar¨¢ estrechamente con el nuevo Gobierno en materia migratoria.
¡°Con la toma de posesi¨®n del presidente Trump, Florida tiene una oportunidad ¨²nica para ayudar a facilitar el fin de la crisis migratoria de Estados Unidos¡±, dijo la semana pasada DeSantis, anterior aspirante a la nominaci¨®n presidencial republicana. El gobernador ha convocado una sesi¨®n legislativa especial sobre inmigraci¨®n con el objetivo de posicionar a Florida para ayudar a la Administraci¨®n entrante. Entre las medidas que ha propuesto est¨¢ el otorgar a las fuerzas de seguridad locales y estatales el poder de arrestar y detener a los inmigrantes indocumentados y convertir en un delito estatal la entrada irregular a Estados Unidos. Actualmente, la entrada ilegal al pa¨ªs es solo un delito federal.
Pero Trump no solo tiene influencia en los territorios republicanos; algunos dem¨®cratas tambi¨¦n han cerrado filas tras ¨¦l. Eric Adams, el alcalde de Nueva York, la ciudad que m¨¢s migrantes ha recibido durante la masiva ola migratoria de los ¨²ltimos a?os, ha asegurado que trabajar¨¢ con la nueva Administraci¨®n en su campa?a de expulsiones. De hecho, el regidor dem¨®crata se reuni¨® con Trump tres d¨ªas antes de la toma de posesi¨®n. En este caso, sin embargo, la pol¨ªtica migratoria no es lo ¨²nico que ha forjado esta alianza: Trump ha manifestado que considera la posibilidad de indultar a Adams, que fue imputado por corrupci¨®n en septiembre y se enfrenta a una dif¨ªcil campa?a de reelecci¨®n en los pr¨®ximos meses.
A la vez, algunos Estados dem¨®cratas ¡ªliderados por California, Illinois y Colorado¡ª continuar¨¢n siendo bastiones de resistencia frente a los planes de Trump. Tambi¨¦n lo har¨¢n las llamadas ciudades santuario, urbes que de acuerdo a normativas locales no colaboran en materia migratoria con el Gobierno federal. Pero queda por ver si tendr¨¢n ¨¦xito: la ciudad de Nueva York es una de ellas, pero es posible que pronto no lo sea.
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