Un duque, un hipop¨®tamo y tres ejemplos m¨¢s sobre la corrupci¨®n en el Arte

¡°Todo es susceptible de caer en las garras de la corrupci¨®n¡±, anuncia Sara Rubayo al inicio de este cap¨ªtulo de La Galer¨ªa. A la vez, todo es susceptible, tambi¨¦n, de caer en las garras de un artista. Por eso existen multitud de obras a lo largo de toda la historia del arte en las que aparecen personajes corruptos ¡ªen muchos casos, quienes realizan los encargos¡ª, otras en las que se escenifican comportamientos corruptos e incluso otras que los artistas han dise?ado espec¨ªficamente como un medio de activismo contra la corrupci¨®n.

Es el caso de Hope hippo, una performance a cargo de Jennifer Allora y Guillermo Calzadilla que se adapta a cada pa¨ªs en el que se presenta con el fin de evidenciar que la corrupci¨®n, en este caso pol¨ªtica, forma parte, en mayor o menor medida, de la realidad de todos los lugares del mundo. Es una de las cinco obras de las que habla Rubayo en su recorrido por el tratamiento ¡ªy el efecto¡ª de la corrupci¨®n a lo largo de la historia del arte.

La historiadora del arte y divulgadora cultural analiza tres trabajos contempor¨¢neos y dos anteriores. Con ello, demuestra que los comportamientos corruptos se han mantenido a lo largo del tiempo. Sin ir m¨¢s lejos, aparece en esta selecci¨®n el Retrato ecuestre del duque de Lerma (1603) de Rubens y, con ¨¦l, el tr¨¢fico de influencias con la corona.

Rubayo tambi¨¦n habla del tr¨ªptico El carro de heno (1500-1516) de El Bosco; del artista catal¨¢n Joan Cornell¨¤, que retrata las m¨²ltiples formas de corrupci¨®n humana m¨¢s all¨¢ de la pol¨ªtica, y de las triqui?uelas de Damien Hirst.