Dime cu¨¢nto ganan tus amigos y te dir¨¦ lo pobre o rico que eres t¨²
Un estudio vast¨ªsimo con usuarios de Facebook da pistas sobre nuestra segregaci¨®n y sus consecuencias. Es un ejemplo del uso virtuoso que podemos hacer de los datos

?Buenos d¨ªas! Hoy os hablo de amigos, dinero y oportunidades para todos.
Las personas solemos tener amigos con un nivel econ¨®mico parecido al nuestro. No es una sorpresa, pero un amplio estudio en Estados Unidos ha analizado 21.000 millones de amistades en Facebook para medirlo con m¨¢s precisi¨®n.
En el gr¨¢fico pod¨¦is verlo. Para las personas de cada nivel de renta (eje horizontal), te dice el centil de renta en el que est¨¢n sus amigos (eje vertical). Por ejemplo, la gente que est¨¢ en el centil 10 de la distribuci¨®n econ¨®mica, en el 10% bajo, tiene amigos que est¨¢n alrededor del centil 30, bien por debajo de la media; en cambio, la gente del centil 90, que est¨¢ entre el 10% con m¨¢s renta, tiene amigos que de mediana est¨¢n en el centil 76, bien por encima de la media.
El estudio es el ¨²ltimo de Raj Chetty, el economista de Harvard que lidera la investigaci¨®n mundial con datos administrativos masivos. Es un trabajo profundo, con m¨²ltiples aristas, pero en su centro hay dos pasos sencillos. Primero estimaron el nivel socioecon¨®mico (que en adelante llamar¨¦ renta, como hacen los investigadores) de 70 millones de usuarios de Facebook entre 25 y 44 a?os. Lo hicieron combinando informaci¨®n variada que les cedi¨® la empresa tecnol¨®gica, desde la renta del barrio donde viven, a la universidad a la que fueron o su modelo de m¨®vil. Luego miraron la lista de sus amigos y su nivel econ¨®mico.
Un primer resultado es el que acabamos de ver: nuestras redes sociales est¨¢n estratificadas por clase socioecon¨®mica, de manera que la gente tiende a tener amigos con rentas similares a la suya. Este otro gr¨¢fico lo muestra con m¨¢s detalle. Apenas un 3% de los amigos de la gente del 10% bajo de la distribuci¨®n de renta viene del top 10%; en cambio, el 30% de los amigos de la gente del top 10% son tambi¨¦n parte de ese top 10%.
Un a?adido curioso del estudio es que pueden trazar el origen de muchas amistades. Y hay diferencias. La gente m¨¢s pobre tiene muchos amigos del barrio, mientras que la gente rica hace un mont¨®n de lazos en la universidad. Ambas cosas contribuyen a unirnos por nuestro nivel econ¨®mico.
Pero, ?son estos hallazgos extrapolables a otros pa¨ªses? Los datos son de Estados Unidos, as¨ª que los porcentajes divergir¨¢n dependiendo de lo intensa que sea la segregaci¨®n en cada lugar, pero el fen¨®meno seguro que es global. En Espa?a, por ejemplo, podemos confirmar que vivimos rodeados de afines econ¨®micos, sobre todo en las grandes ciudades, como evidencian los mapas de renta o de colegios.
La importancia de estar conectados
El segundo resultado de Chetty vuelve al asunto central de las investigaciones de su equipo: la movilidad social. Gracias a otros trabajos anteriores, saben que algunos barrios ofrecen m¨¢s oportunidades a los hijos de familias de rentas bajas. Son sitios donde es m¨¢s f¨¢cil escalar la pir¨¢mide y tener mejores ingresos de adulto, aumentar tus opciones de estudiar o reducir el riesgo de acabar encarcelado. Ahora, con estos nuevos datos de Facebook, han mirado cada vecindario para medir su conectividad econ¨®mica, es decir, en qu¨¦ grado hay amistades entre personas con rentas diferentes. ?Y qu¨¦ han encontrado? Que ambas cosas est¨¢n unidas: los sitios con m¨¢s conectividad econ¨®mica son los que ofrecen m¨¢s movilidad.
El efecto es importante. Podemos comparar dos ni?os parecidos, los dos nacidos en hogares pobres, uno que crece en una comunidad donde la mayor¨ªa de amistades tienen rentas por debajo de la media, y otro que lo hace en una comunidad donde es al rev¨¦s. Cuando sean mayores, el segundo ni?o ganar¨¢ de media un 20% m¨¢s que el primero. Es una diferencia equivalente a haber crecido en un hogar con una renta de 47.000 d¨®lares en lugar de en uno de 27.000, que es una brecha substancial.
En el art¨ªculo dan tres posibles explicaciones para esta conexi¨®n: tus amistades con m¨¢s nivel sociecon¨®mico te pueden dar informaci¨®n (quiz¨¢ saben qu¨¦ escuela es mejor), sirven de ejemplo a imitar (puedes escoger su misma escuela) y a veces sirven de contacto (te pueden recomendar a la directora).
El estudio ha recibido gran atenci¨®n, con muchos comentarios elogiosos y tambi¨¦n algunas cr¨ªticas. Para m¨ª es interesant¨ªsimo y, sobre todo, ejemplarizante. El equipo de Chetty lleva una d¨¦cada usando datos masivos para tratar de hacer el bien. A menudo explotan informaci¨®n p¨²blica que le ceden administraciones como Hacienda o la oficina de patentes. Armados con esos conjuntos de datos han tratado de responder preguntas ¨²tiles, para averiguar cu¨¢nto importa un buen maestro, qu¨¦ distingue a algunos barrios pr¨®speros, o por qu¨¦ faltan ni?as inventoras. Su trabajo es la punta de un iceberg esperando emerger: ?cu¨¢ntos datos p¨²blicos ¡ªque ya existen en alg¨²n registro perdido¡ª podr¨ªan utilizarse para mejorar la vida de la gente?
Otras historias
? 1. Una peque?a alegr¨ªa
En su rueda de prensa, Raj Chetty mencion¨® un proyecto espa?ol en el que particip¨¦. Cuando le preguntaron si sus resultados son extrapolables a otros pa¨ªses, cit¨® el Atlas de Oportunidades de la Fundaci¨®n Felipe Gonz¨¢lez y la Fundaci¨®n Cotec, un trabajo que pusimos en marcha para tratar de seguir su senda.
Los resultados los publicamos en EL PA?S:
- El mapa de la renta de padres e hijos: c¨®mo la riqueza de su familia influye en su futuro
- ?Los mejores y peores sitios para crecer? En qu¨¦ barrios y ciudades prosperaron los hijos de los noventa
? 2. ?C¨®mo nos afecta el calor en el d¨ªa a d¨ªa?
La semana pasada repasamos datos e investigaciones para responder esta pregunta. Resulta que cuando aumentan las temperaturas, insultamos m¨¢s, pensamos peor, sube la violencia, sufren los cultivos y se frena la econom¨ªa. Pod¨¦is leer aqu¨ª el art¨ªculo completo, o ver un hilo de resumen.
Despu¨¦s de publicarlo me llegaron pistas de otros dos estudios interesantes: este sobre c¨®mo el tiempo influye en nuestro estado de ¨¢nimo, de Estaban Moro, y este otro, sobre los efectos del cambio clim¨¢tico sobre la salud mental.
? 3. Videojuegos en ¡®podcast¡¯
¡°Media humanidad disfruta con ellos. Y generan m¨¢s ingresos que cualquier industria cultural¡±. Hace un par de semanas charl¨¦ de este tema con la gente de nuestro podcast, Hoy en EL PA?S: ?Por qu¨¦ tenemos que hablar m¨¢s de videojuegos?
??¡â? 4. Los j¨®venes no usan (tanto) Google
Cuando buscan informaci¨®n, la mitad de los j¨®venes utilizan TikTok o Instagram en lugar de Google Maps o Google Search. El dato lo dio un ejecutivo de la propia Google, quiz¨¢s exagerando la fuerza de su competencia, pero se?alando algo que parece una tendencia. En NBC News preguntaron a unos cuantos j¨®venes por qu¨¦ lo hacen y la respuesta result¨® simple: prefieren las plataformas visuales.
El ejecutivo dijo algo que me dio que pensar: ¡°Estamos aprendiendo, una y otra vez, que los nuevos usuarios de internet no tienen las mismas expectativas y esquemas mentales a los que estamos acostumbrados¡±. Es l¨®gico. Pero lo importante es darse cuenta de que los raros no son ellos, sino nosotros. Quienes crecimos con el primer internet, o sin ¨¦l en absoluto, sentimos que nuestros h¨¢bitos son los naturales, pero quiz¨¢ solo sean los que desarrollamos nosotros cuando no hab¨ªa otra cosa.
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