La parte oculta del Mundial de Ajedrez de Dub¨¢i

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?Hola! ?Saludos desde Dub¨¢i!

Los duelos por el t¨ªtulo mundial, que antes duraban meses y ahora tres semanas, alimentan esa imagen enga?osa del ajedrez: dos personas, casi siempre hombres, poco menos que inm¨®viles durante horas. ?Qu¨¦ puede tener eso de interesante?, se pregunta cantidad de gente. Ustedes ya saben la respuesta: much¨ªsimo, por lo que ocurre en sus mentes, por lo que representan, por las apasionantes conexiones del ajedrez con diversas ramas de la ciencia y el arte, etc. Hoy les voy a contar qu¨¦ hay detr¨¢s del escenario de Dub¨¢i donde se enfrentan los gladiadores mentales Magnus Carlsen e Ian Niep¨®mniashi (esta graf¨ªa es m¨¢s cercana a la pronunciaci¨®n en ruso que Niep¨®mniachi).

El espa?ol David Llada, jefe de Comunicaci¨®n y Mercadotecnia de la Federaci¨®n Internacional de Ajedrez (FIDE), me guio ayer por la zona m¨¢s restringida del Dubai Exhibition Centre (DEC), el enorme palacio de congresos dentro del recinto de la Expo Universal. Es decir, todas las personas que entran en el DEC ya han debido pasar el control de seguridad de la Expo, parecido al de los aeropuertos. Y quienes tienen acceso a la zona del escenario deben superar m¨¢s controles.

Ambos jugadores son escaneados en el cuerpo entero antes de cada partida en prevenci¨®n de cualquier artilugio electr¨®nico por el que alguien externo les pudiera soplar las jugadas recomendadas por computadoras que calculan millones de posiciones por segundo. Y no solo eso: uno de los ¨¢rbitros cuenta con una m¨¢quina que detecta y bloquea cualquier tipo de emisi¨®n electr¨®nica (incluido bluetooth) distinta a la necesaria para que el tablero donde se disputan las partidas transmita instant¨¢neamente cada jugada a las pantallas gigantes para el p¨²blico y a la se?al de internet para todo el mundo. Es decir, aunque Carlsen o Niep¨®mniashi lograsen colar un microauricular invisible e indetectable en el escenario, no les servir¨ªa de nada.

Por imprevistos, Llada tiene en Dub¨¢i responsabilidades mucho mayores que las propias de su cargo. De hecho, ha sido el responsable principal del montaje del escenario y el enorme anfiteatro, y eso me permite conocer detalles interesantes: ¡°Tuve que hilar muy fino en varios asuntos para que no se enfadase nadie. Por ejemplo, como el camerino de Carlsen est¨¢ m¨¢s cerca del escenario que el de Niep¨®mniachi, su ba?o es el m¨¢s lejano, para compensar¡±. M¨¢s problem¨¢tico fue contentar a los diferentes patrocinadores: ¡°Cada marca quiere estar en el punto exacto que le garantiza m¨¢s apariciones en fotos y v¨ªdeos, o donde m¨¢s mira la gente; de modo que tuve que hacer un estudio minucioso para que la distribuci¨®n de los espacios fuera equitativa en partes diversas de la mesa y el escenario¡±.

En el camerino de Niep¨®mniashi hay abundantes bebidas de cola, chocolate, caf¨¦ y t¨¦ de varios tipos. En el de Carlsen, un mont¨®n de agua Isklar (uno de sus patrocinadores), y frutos secos. En ambos, una butaca y una pantalla de televisi¨®n, donde se proyecta la se?al del tablero electr¨®nico, lo que permite que el jugador pueda seguir la partida desde el camerino cuando le toca jugar a su rival.

Los espectadores pueden entrar con tel¨¦fonos m¨®viles porque el escenario est¨¢ insonorizado. Y protegido por una gruesa mampara de cristal opaca (ellos pueden ver a los jugadores, pero estos no a ellos). Sin embargo, la zona de los ba?os y camerinos no lo est¨¢: ¡°Esto nos obliga a pedir al p¨²blico que se mantenga en total silencio, como en los torneos de ajedrez normales, sin aislamiento ac¨²stico¡±.

Llada dise?¨® tambi¨¦n la mesa, con los cent¨ªmetros adecuados a ambos lados entre el borde del tablero y el de la propia mesa para que el noruego y el ruso puedan apoyar los brazos a gusto. Las sillas, de despacho, son las m¨¢s c¨®modas que recuerdo haber probado en mi vida. Y la luz tambi¨¦n ha sido estudiada escrupulosamente, para evitar sombras en el tablero y facilitar el trabajo de los fot¨®grafos; solo ocho de ellos pueden estar en la zona acristalada durante los primeros minutos de cada partida.

Detr¨¢s del escenario, escondidos entre biombos, est¨¢n los habit¨¢culos de trabajo de la televisi¨®n noruega NRK y la estadounidense NBC. Ambas, junto a la rusa Match TV, la emirat¨ª y varios medios propios de a Expo hacen una cobertura diaria y cuentan con acceso preferente a los jugadores tras las partidas.

Finalmente, Llada me abre el sancta sanctorum, la sala VVIP (very very important person). Unos 30 metros cuadrados acristalados a la izquierda del escenario, ocultos al p¨²blico con butacas muy c¨®modas; desde aqu¨ª, los jugadores est¨¢n solo a unos metros. Y su existencia tiene una explicaci¨®n l¨®gica: ¡°No descartamos que alg¨²n d¨ªa pueda venir Putin. A un personaje as¨ª no le puedes decir que tiene que estar aqu¨ª a las 16.15 en punto para no molestar a los jugadores, porque vendr¨¢ cuando quiera. De este modo, cuando llegue un personaje de ese nivel le podemos meter aqu¨ª discretamente, pas¨¢ndolo por detr¨¢s del escenario, sin que los jugadores se enteren¡±.

Entre otras atenciones especiales, esa sala tan exclusiva almacena varias botellas de un vino de Burdeos que produce Andr¨¦i Fil¨¢tov, uno de los millonarios rusos m¨¢s pr¨®ximos a Putin, presidente de la Federaci¨®n Rusa de Ajedrez, fil¨¢ntropo del arte ruso y propietario de un vi?edo en esa famosa ciudad francesa. Ciertamente, ver tan de cerca al campe¨®n del mundo y su retador -esas dos personas casi inm¨®viles durante horas- mientras se disfruta de un caldo exquisito no parece un mal plan para una tarde en Dub¨¢i.

(Suscr¨ªbete al bolet¨ªn semanal ¡®Maravillosa jugada¡¯, de Leontxo Garc¨ªa)

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• An¨¢lisis jugada a jugada de la quinta partida: Carlsen, muy pasivo. Niep¨®mniashi aprieta y el campe¨®n logra encontrar las mejores defensas para asegurarse el empate.
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