Anand triunfa en en Magistral de Le¨®n por d¨¦cima vez tras imponer su clase a un correoso Jaime Santos en la final (3-1)
El indio inclin¨® el marcador en la tercera partida tras empatar las dos primeras horas despu¨¦s de que, una mujer, Marta Garc¨ªa, ganase el Abierto
El ajedrez produjo este domingo cuatro noticias extraordinarias, y dos de ellas en Le¨®n, donde el pentacampe¨®n del mundo Viswanathan Anand gan¨® el Magistral por 10? vez y una mujer, la espa?ola Marta Garc¨ªa, se llev¨® el primer premio del IX Abierto Internacional. Unas horas antes, el argentino Faustino Oro (residente en Badalona) se convert¨ªa en el maestro internacional m¨¢s joven de la historia. Y Timof¨¦i Demchenko, de origen ruso, triunfaba en el Campeonato de Espa?a sub 8 tras ganar las nueve partidas. El factor com¨²n de esas cuatro haza?as es el asombro, tan com¨²n en el ajedrez desde hace m¨¢s de 1.500 a?os.
Anand, 11? del mundo a los 54 a?os en una marca hist¨®rica de longevidad deportiva en la ¨¦lite, hab¨ªa dado claras muestras durante el fin de semana de que se tomaba muy en serio el reto de ganar el Ciudad de Le¨®n por d¨¦cima vez en su edici¨®n 37. Por ejemplo, el s¨¢bado -tras eliminar el viernes al tambi¨¦n excampe¨®n del mundo V¨¦selin Top¨¢lov, b¨²lgaro, en la primera semifinal- ya estaba desayunando a las 08.00 -es muy raro que un ajedrecista de ¨¦lite lo haga antes de las 10.00- con el fin de ir a correr despu¨¦s por las calles de Le¨®n. Tambi¨¦n pidi¨® a los organizadores que su intervenci¨®n en un debate en la Universidad sobre los 37 a?os del torneo no durase m¨¢s de media hora porque necesitaba tiempo para preparar la final del domingo a pesar de que no conocer¨ªa la identidad de su adversario hasta esa noche.
El vencedor de la otra semifinal, Jaime Santos, es amigo de Marta Garc¨ªa. Ambos tomaron algo juntos al anochecer en una terraza de la Plaza de Santo Domingo para celebrar sus buenos resultados (Marta estaba entre los primeros del Abierto a falta de la ¨²ltima jornada). Y luego Santos desconect¨® durante unas horas para disfrutar de un chulet¨®n con varios amigos. Su sabidur¨ªa enciclop¨¦dica sobre aperturas y defensas le permit¨ªa ese lujo, en lugar de encerrarse en su habitaci¨®n para estudiar partidas del pentacampe¨®n del mundo. Despu¨¦s de la final, Anand reconoci¨®: ¡°Jaime me caus¨® una gran impresi¨®n por su manera de ganar la semifinal¡±.
El asalto inicial fue una demostraci¨®n de la infinidad de recursos de uno de los mejores ajedrecistas de todos los tiempos. Santos jug¨® bien y mantuvo el control durante todo momento, con una presi¨®n constante sobre el pe¨®n m¨¢s d¨¦bil de Anand, en d6. Pero ¨¦ste plant¨® un caballo en la retaguardia, en e8, que sostuvo su estructura en una posici¨®n inferior hasta que se firm¨® el empate, tras 50 movimientos.
Los primeros lances de la siguiente partida alumbraron la estrategia que el indio hab¨ªa elaborado para el duelo: aguantar en el primer asalto, atacar en el segundo en pos de la victoria y aguantar despu¨¦s las embestidas del leon¨¦s en los dos restantes. En efecto, jugando con la velocidad que le hizo ser bautizado como El R¨¢pido de Madr¨¢s hace 35 a?os, Anand demostr¨® que ven¨ªa armado hasta los dientes contra la Defensa Francesa, una de las favoritas de Santos. Sacrific¨® un pe¨®n y se lanz¨® al ataque.
Pero el h¨¦roe local puso su habitual cara de escepticismo extremo y no se inmut¨®. Ciertamente, la posici¨®n era muy compleja y dif¨ªcil de juzgar. Las computadoras la evaluaban como equilibrada, que es como no decir nada cuando hay tanto l¨ªo en el tablero. Sin embargo, tampoco era f¨¢cil encontrar un plan eficaz para las blancas de Anand que mantuviera la compensaci¨®n por el pe¨®n sacrificado. De modo que el pentacampe¨®n cambi¨® de chip sobre la marcha, activ¨® el m¨¢s pragm¨¢tico y ofreci¨® el empate por repetici¨®n de jugadas, que Santos acept¨® de buen grado. Las espadas segu¨ªan en todo lo alto tras dos partidas.
La frustraci¨®n de los aficionados por ese coitus interruptus mental dur¨® muy poco. Santos debi¨® de pensar en el intervalo, mientras rumiaba la situaci¨®n en su camerino, que lo apropiado era arriesgar en el tercer asalto, donde ¨¦l tendr¨ªa la iniciativa de las blancas. Y lo hizo: cambi¨® dos piezas menores por una torre y dos peones cuyo potencial a largo plazo no estaba nada claro.
Los minutos restantes fueron de gran tensi¨®n contenida, con un forcejo mutuo en el centro del tablero sin que ninguno se atreviera a definir m¨¢s el tipo de posici¨®n, con damas o sin ellas. Hasta que, en el trig¨¦simo lance, Santos no tuvo la precisi¨®n requerida cuando uno se enfrenta a un genio curtido en mil batallas. El error, con s¨®lo medio minuto en el reloj por cinco del rival, dej¨® en clara ventaja al pentacampe¨®n, quien desde ah¨ª fue implacable.
De los portentos imberbes, como los mencionados Oro o Demchenko, se debe esperar que sean irregulares. Pero si se trata de Anand, lo contrario puede darse por seguro. Y as¨ª fue: tras algunos apuros para salir vivo de la apertura con las piezas negras en el cuarto asalto, Santos logr¨® estabilizar la posici¨®n. Pero no m¨¢s que eso: Anand no fall¨® y tampoco se conform¨® con el empate, sino que logr¨® otra victoria tras una exhibici¨®n de virtuosismo estrat¨¦gico. Este lunes levantar¨¢ por d¨¦cima vez el trofeo de vencedor del Magistral Ciudad de Le¨®n. Su exitosa longevidad deportiva en la ¨¦lite apenas tiene parang¨®n en ning¨²n otro deporte.
?n conversaci¨®n con EL PA?S tras su victoria, Anand analiz¨® as¨ª su rendimiento en el torneo: ¡°Obviamente, no llegu¨¦ a Le¨®n en forma porque juego pocos torneos. Y he necesitado m¨¢s tiempo que los dem¨¢s para entrar en calor. Sin embargo, contra Top¨¢lov en la semifinal supe imponer mi experiencia. Y hoy tambi¨¦n he sabido esperar mi momento con paciencia y precisi¨®n¡±. ?Y cu¨¢l es la clave de que sea el 11? del mundo a los 54 a?os? Aunque juego poco y me resulta imposible estar totalmente al d¨ªa desde el punto de vista tecnol¨®gico y de nuevas ideas, procuro no ser ajeno a todo ello y dedicar horas a mi entrenamiento y a cuidarme. De momento, funciona bastante bien¡±. Preguntado por Faustino Oro, brome¨®: ¡°Suelen decir que hay que machacar a los j¨®venes prodigios antes de que crezcan. Yo no lo he hecho con este chico, pero al menos le firm¨¦ un aut¨®grafo¡±.
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