Una mayor¨ªa de colombianos est¨¢ en contra de la regularizaci¨®n de los migrantes venezolanos en el pa¨ªs
La ciudadan¨ªa permanece dividida en torno al grado de acogida que deber¨ªa ofrecer al m¨¢s de mill¨®n y medio de personas que han llegado al pa¨ªs huyendo de la crisis en Venezuela
El presidente de Colombia, Iv¨¢n Duque, promulg¨® en marzo del a?o pasado el Estatuto Temporal de Proteccio?n para migrantes de origen venezolano. La medida, excepcional en la regi¨®n en medio del ¨¦xodo de personas que escapan del Gobierno de Nicol¨¢s Maduro, permite a aquellos que que se acojan un periodo de 10 an?os para adquirir una visa de residente. La iniciativa fue aplaudida por organismos internacionales y otros pa¨ªses, que consideraron que Duque marcaba con el camino a seguir. En el interior del pa¨ªs, sin embargo, la visi¨®n es diferente. Poco m¨¢s de un a?o despu¨¦s de su aprobaci¨®n, una encuesta realizada por 40dB para EL PA?S muestra que una mayor¨ªa (52,5%) de la ciudadan¨ªa colombiana est¨¢ en contra de esta medida. Un 42,4% se muestra de acuerdo (con apenas un 12,9% que se?ala un apoyo fuerte).
La sociedad colombiana se mantiene dividida respecto a las facilidades que el pa¨ªs deber¨ªa dar a los migrantes en general (no solo venezolanos). Un 48,3% est¨¢ bastante o muy de acuerdo con permitir reunificaciones familiares, frente a un 47,2% que no. Algunos m¨¢s considerar¨ªan apropiado que puedan acceder a los mismos derechos y beneficios (54%) o a un puesto de trabajo (58%) que los nativos. Pero en todos los casos alrededor de cuatro de cada 10 apoyan poco o nada estas aproximaciones y en ninguno llega al 20% los que las apoyar¨ªan ¡°mucho¡±.
Esta polarizaci¨®n en torno a la cuesti¨®n migrante se ha agudizado profundamente en los ¨²ltimos a?os. Entre 2017 y 2021 Colombia pas¨® de albergar a menos de 100.000 ciudadanos venezolanos a m¨¢s de mill¨®n y medio. En este tiempo, la opini¨®n del colombiano medio sobre los reci¨¦n llegados pas¨® de ser tibia o indecisa a escalar hasta m¨¢s del 60% de desaprobaci¨®n, seg¨²n la encuesta bimensual de Invamer. A este cambio paulatino de la norma social han ayudado ciertas voces desde los medios y la pol¨ªtica, como la de la alcaldesa de Bogot¨¢, Claudia L¨®pez, que, pese a su origen ideol¨®gico en el socio-liberalismo inclusivo, ha lanzado mensajes muy pol¨¦micos, proponiendo incluso la creaci¨®n de un comando de polic¨ªa especial para delincuentes migrantes. El pasado mes de diciembre, L¨®pez se retract¨® tras una sentencia judicial.
En contraste, el presidente Iv¨¢n Duque, pese a proceder de un partido con una fuerte vena conservadora, apost¨® por la acogida. Pero no lo hizo de manera inmediata. A finales de diciembre de 2020, en plena pandemia, su Gobierno pretend¨ªa excluir a los venezolanos en situaci¨®n irregular de la entonces muy esperada vacunaci¨®n contra la covid.
Estos vaivenes entre la ¨¦lite pol¨ªtica colombiana corresponden a la propia divisi¨®n de la opini¨®n p¨²blica, entre el mantenimiento de la norma social y la pulsi¨®n xen¨®foba, favorecida por la incapacidad del Estado colombiano de cumplir de manera eficiente con las urgentes demandas de millones de personas que salen de su pa¨ªs en condiciones precarias, en muchos casos de extrema necesidad, hacia el primer punto de acogida posible. Colombia, un pa¨ªs con fuertes lazos hist¨®ricos y familiares hacia Venezuela, es el destino m¨¢s obvio, as¨ª sea como primera parada, hacia un futuro menos sombr¨ªo para todos ellos.
Los colombianos no ignoran la situaci¨®n de partida de los reci¨¦n llegados. Para una abrumadora mayor¨ªa (82,3%) la desigualdad entre inmigrantes y personas nacidas en el pa¨ªs es ¡°mucha¡± o ¡°bastante¡±. Al mismo tiempo, solo un 14,7% de los encuestados admite que ser¨ªa un problema si su hija o hijo se casara con una persona migrante. La cifra es menor que para personas del mismo sexo (32,5%) o antiguos miembros de grupos armados (43,7%), pero mayor que para personas de raza diferente (11,7%) o de estrato inferior (12,5%).
A la vez, la inmigraci¨®n es considerada como uno de los cinco principales problemas del pa¨ªs para uno de cada cinco encuestados. La sociedad colombiana est¨¢ m¨¢s acostumbrada a pensar en la migraci¨®n en t¨¦rminos de salida (4,7 millones de colombianos residen fuera de sus fronteras, seg¨²n el Ministerio de Relaciones Exteriores) que de llegada. Venezuela fue, durante los boyantes a?os noventa gracias a la industria petrolera, uno de los destinos predilectos de la emigraci¨®n colombiana. Hoy las tornas han cambiado.
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