La violencia en Colombia aument¨® durante el Gobierno de Iv¨¢n Duque
En los cuatro a?os de la presidencia, que est¨¢ por terminar, se increment¨® el impacto en la poblaci¨®n civil de la guerra entre grupos armados, se?ala un informe de la Fundaci¨®n Ideas para la Paz
El pasado jueves en la noche, un estruendo sac¨® de sus camas a los habitantes de Caloto, en el convulso departamento del Cauca. Una motocicleta cargada de explosivos hab¨ªa estallado en la entrada del pueblo. Una ni?a fue herida y las paredes y los techos de al menos 35 casas se desplomaron. El 2 de mayo, otra explosi¨®n acab¨® con la sede de la alcald¨ªa de Argelia, tambi¨¦n en el Cauca. Esa vez fue un coche bomba. La semana pasada, tambi¨¦n en ese departamento, un ni?o de 12 a?os fue asesinado en un atentado con armas en el municipio de Santander de Quilichao. ¡°La violencia no puede ser el destino de los caucanos¡±, reaccion¨® ante el ¨²ltimo de los hechos el senador ind¨ªgena Feliciano Valencia. El clamor es el mismo de siempre y la respuesta del Gobierno de Iv¨¢n Duque, que est¨¢ por terminar, no ha sido suficiente.
Un informe de la Fundaci¨®n Ideas para la Paz (FIP) asegura que la violencia aument¨® durante el mandato del presidente Duque. Los efectos de la guerra, ya no entre la guerrilla y el Estado, sino entre organizaciones armadas que se disputan territorios, lo sienten las comunidades, donde la vida transcurre entre la incertidumbre constante de fen¨®menos como el confinamiento, impuesto por bandas, y el desplazamiento forzado. Hace apenas unos d¨ªas, el Clan del Golfo impuso su ley a la vista de todos en 11 departamentos. Un paro armado ordenado por esa organizaci¨®n de origen paramilitar oblig¨® a pueblos enteros a esconderse durante cuatro d¨ªas. ¡°Durante los ¨²ltimos cuatro a?os, Colombia opt¨® por una pol¨ªtica de seguridad que privilegi¨® el control territorial y propinar golpes importantes a los grupos armados, por encima de la protecci¨®n de la ciudadan¨ªa y las comunidades¡±, se?ala la FIP, en el informe publicado este domingo.
Duque entrega un pa¨ªs atrapado entre una paz que cojea por la ineficiencia del Estado para cumplir el acuerdo con las FARC, y una guerra entre bandas de narcotr¨¢fico, disidentes de la antigua guerrilla y el ELN. Los primeros dos meses de 2022 son suficientes para mostrar un aumento importante en la actividad armada. Se presentaron 85 acciones b¨¦licas, concentradas en Norte de Santander, por un incremento de las acciones contra la Fuerza P¨²blica; en Arauca, por la disputa entre el ELN y las disidencias; y en el norte del Cauca, por acciones contra la Fuerza P¨²blica en Corinto. ¡°El resultado de estos es el incremento del impacto humanitario en casi todas sus formas, y un escenario estrat¨¦gico marcado por una confrontaci¨®n entre grupos armados m¨¢s que por un conflicto entre el Estado y estos grupos¡±, se?ala la investigaci¨®n.
La FIP, que coteja sus cifras con las del Ministerio de Defensa, asegura que la capacidad de los grupos ilegales de realizar acciones b¨¦licas aument¨® desde la firma del acuerdo de paz con las FARC, el 2020 fue el peor a?o, con 439 combates armados. Aunque Colombia no atraviesa una violencia como la que vivi¨® a finales de los 90 e inicios de los 2000, las condiciones de seguridad se han deteriorado y hay zonas donde se siente m¨¢s, como en las fronteras. No solo en la que se comparte con Venezuela, donde se ha consolidado del ELN y los grupos disidentes. Tambi¨¦n es grave lo que ocurre en los l¨ªmites con Brasil, donde los grupos armados ejercen una fuerte presi¨®n sobre las comunidades. En Amazonas, las estructuras disidentes operan con organizaciones criminales transnacionales, que controlan las rutas del narcotr¨¢fico.
¡°En los ¨²ltimos a?os, la criminalidad organizada viene jugando un papel cada vez m¨¢s importante en los escenarios de inseguridad y violencia en el pa¨ªs. La variaci¨®n percibida est¨¢ relacionada con la capacidad de estas organizaciones para implementar formas de gobernanza apalancadas en narrativas pol¨ªticas y gestionadas a partir de una relaci¨®n estrecha con elites regionales¡±, se?ala la investigaci¨®n de la FIP, que advierte que aunque la Fuerza P¨²blica haya aumentado su capacidad de despliegue territorial, esto no se ha traducido en la disminuci¨®n de la violencia: ¡°La pol¨ªtica de seguridad actual ha mostrado ser ineficiente a la hora de proteger a las comunidades y mejorar las condiciones de seguridad¡±.
Uno de los aspectos m¨¢s problem¨¢ticos de la estrategia de Duque, seg¨²n la investigaci¨®n, ha sido equiparar la pol¨ªtica de seguridad con la lucha antinarc¨®ticos. Jorge Mantilla, director del ¨¢rea de din¨¢micas del conflicto de la FIP, explica a este diario que la prioridad del Gobierno ha sido golpear las econom¨ªas ilegales ¡ªde donde se nutren las organizaciones armadas¡ª pero ha olvidado una pol¨ªtica que contribuya en la realidad a frenar el reclutamiento, proteger a los l¨ªderes sociales, contener la violencia y garantizar la seguridad de las personas. ¡°Se perdi¨® el orden de las prioridades¡±, dice el investigador. Aunque golpear a la miner¨ªa, el narcotr¨¢fico es importante para afectar a las estructuras ilegales, no es suficiente -y la realidad lo ha mostrado- para garantizar que la poblaci¨®n civil viva en paz.
El Clan del Golfo y su capacidad para regular la vida cotidiana
El balance de crecimiento de los grupos armados tampoco es favorable para la pol¨ªtica de seguridad del presidente Duque. Entre 2018 y 2020, seg¨²n informaci¨®n de la Fuerza P¨²blica que cita el informe, las estructuras disidentes y el Clan del Golfo aumentaron su capacidad militar en t¨¦rminos de hombres en armas y sus redes de apoyo. En 2021, los datos muestran una reducci¨®n del 4% para el ELN y del 27% para el Clan del Golfo. Las disidencias, sin embargo, contin¨²an su fortalecimiento militar con un incremento del 10%.
Para Mantilla, este indicador evidencia que aunque el Gobierno dice haber neutralizado 13.000 hombres de los grupos armados, esto no ha tenido efectos en su disminuci¨®n como estructura. ¡°No se ha resuelto ni atendido un tema como es el de los nuevos reclutas. Gente joven que est¨¢ ingresando a hacer parte de estos grupos¡±.
Aunque el ELN ha disminuido sus acciones, sigue siendo uno de los grupos que mayor actividad armada tiene contra la Fuerza P¨²blica. Sin embargo, es el Clan del Golfo o las Autodefensas Gaitanistas de Colombia ¡ªcomo tambi¨¦n se hacen llamar¡ª, la estructura armada con m¨¢s poder en todo el pa¨ªs, a pesar de ser la m¨¢s golpeada por la Fuerza P¨²blica.
El Clan del Golfo ha demostrado, incluso tras la extradici¨®n de su l¨ªder Dairo Antonio ?suga, alias Otoniel, tener la capacidad de regular la vida de las comunidades de Urab¨¢, Choc¨® y sur de C¨®rdoba. ¡°Pueden imponer reglas y normas de conducta, castigan a quienes las trasgreden (consumidores de droga, personas involucradas en ri?as o acusados de violencia intrafamiliar), dirimen conflictos intracomunitarios, buscan favorecer sus intereses a trav¨¦s de influenciar las elecciones regionales y cargos p¨²blicos, realizan obras comunitarias y ofrecen servicios de seguridad¡±, dice la FIP. Son algo parecido a una autoridad paralela, imponen su justicia y cuando quieren confinan pueblos enteros.
Existen brechas considerables entre el discurso, las cifras y la realidad, dice la investigaci¨®n, que tambi¨¦n destaca que Duque cerrar¨¢ su Gobierno con la tasa m¨¢s alta de homicidios durante los ¨²ltimos seis a?os. La seguridad ha sido central en el discurso de Iv¨¢n Duque, pero el aumento del impacto humanitario de la violencia demuestra que las medidas tomadas por su Gobierno han tenido un efecto contrario al esperado.
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