Dabeiba: cementerios para ocultar falsos positivos
La JEP imputa cr¨ªmenes de guerra y de lesa humanidad a 10 miembros del Ej¨¦rcito de Colombia por 46 ejecuciones extrajudiciales y el ocultamiento de v¨ªctimas en un camposanto. Un subteniente que se neg¨® a matar civiles inocentes fue asesinado
El cementerio de Dabeiba condensa gran parte del horror inconmensurable que han dejado las ejecuciones extrajudiciales a manos del Ej¨¦rcito, o los llamados falsos positivos en Colombia. No solo fue el primer caso en el que se descubri¨® el patr¨®n de desaparici¨®n forzada de personas en los cementerios a manos del Ej¨¦rcito, sino el que m¨¢s impact¨® en el pa¨ªs por la magnitud y el n¨²mero de v¨ªctimas de estos cr¨ªmenes en fosas comunes. Tambi¨¦n el que revel¨® que militares que se opusieron a cometer falsos positivos terminaron siendo v¨ªctimas.
La Jurisdicci¨®n Especial para la Paz acaba de imputar a diez militares, incluidos tres coroneles, tres mayores, tres suboficiales y un soldado por cr¨ªmenes de guerra y de lesa humanidad por el asesinato de 46 personase presentadas como muertas en combate y sepultadas en Dabeiba e Ituango, en el norte de Antioquia.
¡°Llegamos a un punto in¨¦dito en la historia judicial del pa¨ªs porque en esta investigaci¨®n comprobamos que un cementerio se ha convertido tambi¨¦n en parte de este crimen, no como un lugar de descanso de las personas, sino como un campamento que brinda hospitalidad perpetua a los criminales¡±, dijo el magistrado Eduardo Cifuentes, presidente de la JEP, creada en los acuerdos de paz.
La investigaci¨®n ha identificado tres patrones criminales en este caso concreto, aunque algunos son similares a los ocurridos en otras regiones del pa¨ªs. Las confesiones de los militares revelan que hubo planes para ocultar y desviar las investigaciones, as¨ª como destrucci¨®n de documentos operacionales.
El primer patr¨®n es el ¡°prejuicio insurgente¡±. Cifuentes explica que se trata de la ¡°estigmatizaci¨®n de campesinos y labriegos falsamente como apoyos de la guerrilla de las FARC, que fueron v¨ªctimas de homicidio y desaparici¨®n forzada¡±. Uno de los casos m¨¢s representativos es el asesinato de Eli¨¦cer de Jes¨²s ?suga Manco, de 12 a?os, F¨¦lix Antonio Manco, de 75, Wilson Manco ?suga, de 26 y el joven Alveiro ?suga Uribe, de 22. Despu¨¦s de ser acusados por los paramilitares como auxiliadores de la guerrilla y ladrones de ganado fueron sacados de sus casas con tropas conjuntas de militares y paramilitares y asesinados por el Ej¨¦rcito. Dos de ellos fueron presentados como muertos en combate y sepultados en el cementerio Las Mercedes.
El segundo patr¨®n eran los homicidios de personas ajenas al territorio para mostrar resultados. Es decir, el traslado de personas con enga?os para ser asesinadas y presentadas ileg¨ªtimamente muertas en combate. Como revelaron algunos de los militares, los enga?aban con falsas promesas de empleo. Este ocurri¨® principalmente entre 2005 y 2007. ¡°Todas las personas que dio la Brigada M¨®vil 11 las tra¨ªan de Medell¨ªn. Algunos de la Oriental (una avenida c¨¦ntrica) o de la terminal de Transporte porque cerca de esos lugares hay muchos indigentes y consumidores de droga¡±, confes¨® el militar William Capera.
Unos de los casos ilustrativos de este patr¨®n es el de Jhon Jarvis Ca?as, un reservista desempleado que termin¨® asesinado por el Ej¨¦rcito y presentado como guerrillero. ¡°La tropa no hab¨ªa dado bajas en un mes y necesitaban presentar resultados porque la presi¨®n era muy alta¡±, se?ala el documento de la JEP. Entonces, los sargentos Jaime Coral y Fidel Ochoa buscaron una v¨ªctima y la convencieron de aceptar un trabajo como obrero en una despulpadora de fruta en Dabeiba.
¡°En la Terminal (de buses de Medell¨ªn) hab¨ªa una persona como aburrida. El sargento Fidel Ochoa lo convence, lo montamos en un bus y nos vinimos hacia Dabeiba. Esto que dice aqu¨ª (se?ala un documento) de que muri¨® en combate en la vereda Moh¨¢n, es mentira. A ¨¦l lo da de baja el mayor David Herley Guzm¨¢n¡±, revel¨® tambi¨¦n Jaime Coral Trujillo, otro de los militares imputados.
Apenas el hombre desempleado se baj¨® del bus urbano fue asesinado directamente por el comandante del batall¨®n, entonces mayor Guzm¨¢n. Este no solo organiz¨® el ret¨¦n, dispar¨® contra la v¨ªctima, sino que supervis¨® a sus subalternos para que vistieran al cad¨¢ver, falsearan la escena del crimen, destruyeran las piezas de identidad y efectos personales de la v¨ªctima y sepultaran el cuerpo como guerrillero muerto en combate sin identificaci¨®n, relata la JEP.
Y el tercero de los patrones, el m¨¢s espec¨ªfico en esta regi¨®n, es el de las desapariciones forzadas en cementerios, una modalidad implementada por los responsables para que se pierda el rastro de hechos concretos en un mar de al menos 200.000 desaparecidos que hay en Colombia por el conflicto armado. El hecho puede ser solo una muestra de c¨®mo los camposantos fueron convertidos en enormes fosas comunes y que esta pr¨¢ctica ocurre desde los a?os 80 tanto en Dabeiba como en Ituango.
En este cementerio intervinieron 29 fosas y una b¨®veda y encontraron 49 cuerpos. La mayor¨ªa de los cuerpos estaban en enterramientos colectivos, hab¨ªa cad¨¢veres en bolsas negras o con emblemas de la Polic¨ªa Nacional y distintivos de unidades militares (Batall¨®n Arhuacos), algunos con amarres en manos y pies, mordazas y vendas.
¡°La JEP constat¨® la existencia de un conjunto de graves irregularidades en el Cementerio Las Mercedes de Dabeiba, las cuales ayudaron a que, por a?os (desde 1982 y hasta el 2010), se convirtiera en un lugar ¡°ideal¡± para perpetrar el crimen de desaparici¨®n forzada¡±, destac¨® la magistrada Nadiezhda Henr¨ªquez. Una de las m¨¢s llamativas es el ¡°embellecimiento del camposanto apoyado por integrantes de la Brigada XVII del Ej¨¦rcito Nacional.
Un militar asesinado por su propia tropa
El pacto de silencio militar fue otra de las razones por las cuales esa pr¨¢ctica criminal se mantuvo en el tiempo. ¡°El mayor Guzm¨¢n siempre dec¨ªa que quien lo delatara era hombre muerto¡±. Los propios militares podr¨ªan ser mostrados como muertos en combate.
El caso del subteniente Jes¨²s Javier Su¨¢rez Caro es una muestra. Se opuso a cometer ejecuciones extrajudiciales y termin¨® asesinado. ¡°Fue v¨ªctima de un atentado que le cost¨® la vida por parte de sus propias tropas, en el marco de una situaci¨®n de combate y siendo uno de los prop¨®sitos del comandante generar terror en el seno del BCG-79 e intimidar a quienes quisieran oponerse o desvincularse de la empresa criminal¡±, relat¨® el tribunal y uno de los militares lo confirm¨® as¨ª. ¡°La muerte de mi teniente tambi¨¦n fue un falso positivo que se hizo pasar por un combate¡±.
El caso ha revelado, adem¨¢s, el nulo avance de estas investigaciones tanto en la justicia penal militar como en la ordinaria. ¡°Los cr¨ªmenes relacionados con Dabeiba e Ituango se encontraban en impunidad¡±, explic¨® Henr¨ªquez. Los militares decidieron confesar espont¨¢neamente los delitos, aunque no hab¨ªan sido investigados jam¨¢s ¡°e involucraron tambi¨¦n a m¨¢ximos responsables que tampoco hab¨ªan sido investigados¡±, agreg¨®.
Exploran responsabilidad de exjefe del Ej¨¦rcito
Aunque son ya muchos militares los que han confesado su participaci¨®n en ejecuciones extrajudiciales y la JEP ha documentado m¨¢s de 6400 casos, a¨²n existen colombianos que justifican o niegan que estos cr¨ªmenes hayan ocurrido o que las v¨ªctimas fueran inocentes. Adelant¨¢ndose al negacionismo y, como lo han indicado en otras investigaciones, la JEP ha reiterado que ¡°ninguna de las v¨ªctimas exhumadas, identificadas y entregadas dignamente pertenecieron a un grupo armado ilegal¡±, apunt¨® el magistrado Alejandro Ramelli.
Los datos de los militares tambi¨¦n fueron contrastados con las declaraciones de exguerrilleros de las extintas FARC, as¨ª como con la de comandantes del Bloque paramilitar ?lmer C¨¢rdenas y con David Antonio ?suga (alias Otoniel), comandante del Clan del Golfo. Se hallaron profundas coincidencias entre todos ellos.
El caso de Dabeiba no termina aqu¨ª. El exjefe del Ej¨¦rcito, general Mario Montoya, que aparece mencionado en esta investigaci¨®n cuando era comandante de la Cuarta Brigada de Medell¨ªn. ¡°Est¨¢ en el auto que la orden de operaciones que termin¨® con el asesinato y desaparici¨®n forzada del joven Edison Lezcano viene de una unidad militar que depende directamente del comandante de la Cuarta Brigada y que los resultados de la operaci¨®n Mongolia le fue reportado directamente a ¨¦l¡±, dijo Ramelli. ¡°Si eso tiene implicaciones jur¨ªdicas est¨¢ por determinar¡±. Mientras la magistrada Henr¨ªquez anunci¨® que ¡°exploran¡± el papel de Montoya en ejecuciones extrajudiciales en distintas regiones.
¡°No es solamente la regi¨®n de Dabeiba, del Cementerio como se refiere el documento, sino que hemos identificado, a partir de versiones voluntarias en otras regiones del pa¨ªs, en relaci¨®n con otras circunstancias que corresponden a los patrones y la ejecuci¨®n de estos cr¨ªmenes, en las que estamos explorando la responsabilidad del general Montoya¡± afirm¨® la magistrada.
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