La Colombia olvidada que encuentra Gustavo Petro
Los cinco departamentos que m¨¢s votaron por el nuevo Gobierno acumulan d¨¦cadas de un insistente clamor por la paz y presencia estatal
El grito de comunidades que han soportado por a?os la severidad de la violencia y el olvido del Estado pareciera haber quedado atrapado entre los bosques, los r¨ªos y las olas del mar Pac¨ªfico. Choc¨®, Nari?o y Cauca, en el occidente colombiano; y Putumayo y Vaup¨¦s, en la regi¨®n amaz¨®nica, gozan de una ubicaci¨®n privilegiada y tienen una biodiversidad que muchos envidiar¨ªan, pero afrontan la crudeza del conflicto armado, la desigualdad y el abandono. Fueron los cinco departamentos que m¨¢s votaron por Gustavo Petro a la Presidencia y Francia M¨¢rquez como su f¨®rmula vicepresidencial; y le apostaron mayoritariamente al s¨ª en el plebiscito de 2016 que buscaba refrendar el acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC.
Los problemas en estas zonas se entrelazan unos con otros, como eslabones fundidos entre la guerra y la pobreza. ¡°Ac¨¢ son prioridades todas. Lo que esperamos es que nos presten atenci¨®n¡±, afirma Dilon Mart¨ªnez, coordinador del Comit¨¦ C¨ªvico por la salvaci¨®n y dignidad del Choc¨®, el segundo departamento con m¨¢s pobreza monetaria y pobreza monetaria extrema en Colombia, despu¨¦s de La Guajira. La mayor tasa de desempleo entre las capitales la tiene la de Choc¨®, Quibd¨®: 20,6% entre abril y junio. ¡°Necesitamos que se activen las cadenas productivas para generar trabajo¡±, reclama Mart¨ªnez.
Para ello se requieren inversiones en v¨ªas y de servicios p¨²blicos. ¡°Tenemos 10 municipios sin interconexi¨®n el¨¦ctrica, alumbr¨¢ndose con mechones y velas¡±, agrega el l¨ªder. El acueducto y alcantarillado, la recolecci¨®n de residuos s¨®lidos y el gas domiciliario son precarios. No hay servicios hospitalarios de alta complejidad. A los trabajadores del hospital San Francisco de As¨ªs de Quibd¨®, de segundo nivel, les pagaron hace dos semanas el salario atrasado de seis meses. Todav¨ªa les adeudan mayo y junio.
El Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja alert¨®, en un reciente informe, que Choc¨® concentr¨® el 57% de las 19.210 personas afectadas por el confinamiento, un fen¨®meno causado por enfrentamientos o amenazas de grupos ilegales, en el primer semestre del a?o. Los ni?os y j¨®venes est¨¢n altamente expuestos, asegura Haidy S¨¢nchez, psic¨®loga cl¨ªnica nacida en la regi¨®n. ¡°Est¨¢n corriendo riesgo de reclutamiento y muerte. No tienen entornos seguros. Muchos imploran con su arte y cultura la atenci¨®n del gobierno¡±, sostiene. Advierte que el deterioro de la salud mental de algunos adolescentes ¡°es una bomba de tiempo¡±, que exige ofrecerles herramientas para cambiar su realidad, empoderar a las mujeres y dise?ar pol¨ªticas con enfoque ¨¦tnico diferencial.
En el Cauca, el tercer departamento con m¨¢s pobreza extrema, la situaci¨®n es similar. De all¨ª eran 89 de las 377 v¨ªctimas de artefactos explosivos que se han registrado en todo el pa¨ªs en lo corrido del a?o, la mayor¨ªa de ellas civiles. Tambi¨¦n es el departamento con m¨¢s masacres en este a?o, ocho de 59, seg¨²n el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, Indepaz. ¡°Para el departamento donde hist¨®ricamente ha habido tanta violencia, la necesidad m¨¢s grande es que se consolide la paz¡±, afirma Juan Pablo Salazar, de 36 a?os, campesino de la regi¨®n que fue elegido como Representante a la C¨¢mara por las curules de paz.
Al sur de Cauca est¨¢ Nari?o, donde tambi¨¦n se palpa la esperanza frustrada de que se cumplan plenamente los acuerdos de paz. ¡°De las 13 subregiones, solo tres tienen niveles de necesidades b¨¢sicas insatisfechas por encima del 85%¡±, explica Zabier Hern¨¢ndez, especialista en pol¨ªticas p¨²blicas y defensor de Derechos Humanos en el departamento. ¡°Este trasfondo ha sido el caldo de cultivo para el narcotr¨¢fico¡±, a?ade.
Estas zonas reclaman una pronta implementaci¨®n de los puntos incluidos en la negociaci¨®n entre el gobierno y la antigua guerrilla de las FARC, entre ellos, la reforma rural integral. ¡°A partir de la firma ten¨ªamos la a?oranza de un cambio pero el Estado no lleg¨® ni con educaci¨®n, ni con salud, ni con v¨ªas terciarias. Quienes llegaron fueron nuevas estructuras de las disidencias guerrilleras y el ELN se expandi¨®¡±, dice Hern¨¢ndez.
El domingo pasado, cuatro personas fueron asesinadas en un billar de la zona rural de Barbacoas, a pocas horas de Pasto, la capital de Nari?o. En este departamento se present¨® el 43% de los desplazamientos masivos con 29.729 v¨ªctimas en el primer semestre del a?o, seguido de Choc¨®, de acuerdo con el reporte de la Cruz Roja.
En Putumayo, en el suroccidente del pa¨ªs, tambi¨¦n han ocurrido hechos recientes de violencia. El 31 de julio fue asesinado Rigoberto L¨®pez Vallejo, firmante del acuerdo de paz, en el municipio de San Miguel. Seg¨²n Indepaz, ya son 31 los excombatientes v¨ªctimas de homicidio este a?o, 337 desde la firma del acuerdo, adem¨¢s de 1.337 l¨ªderes sociales.
En el departamento ¡°hay miles y miles de necesidades¡±, asegura Jhon Fredi Valencia, l¨ªder comunitario y congresista por una curul de paz. Por ejemplo, falta el acceso a hospitales de alto nivel. ¡°Hay que salir con enfermos por m¨¢s de 8 o 9 horas y pasar por una v¨ªa que la llaman ¡®el trampol¨ªn de la muerte¡¯, donde se han accidentado ambulancias porque es imposible transitarla de noche¡±, alerta Valencia sobre la angosta carretera que de Mocoa conduce a Pasto.
El acceso a la educaci¨®n de calidad es otro clamor. En Vaup¨¦s, con mayor¨ªa de habitantes ind¨ªgenas, las particularidades geogr¨¢ficas dificultan la llegada de los maestros a las zonas m¨¢s alejadas. ¡°Un docente se tiene que dividir entre varios cursos, dictar clases de primero a tercero o de tercero a quinto¡±, cuenta Blanca Hern¨¢ndez, l¨ªder del departamento. ¡°Los promotores de salud pueden hacer poco porque tienen a cargo muchas comunidades; llegar requiere de horas o d¨ªas de navegaci¨®n o transporte por v¨ªa a¨¦rea¡±, agrega. Vaup¨¦s suma m¨¢s de 20 d¨ªas con fallas en la conexi¨®n a internet y telefon¨ªa m¨®vil tras la vandalizaci¨®n de una torre. ¡°Cuando se va la se?al todo el pueblo queda incomunicado, se para el comercio, la educaci¨®n¡±, asegura Hern¨¢ndez desde la comunidad ind¨ªgena de Camut¨ª, tras m¨²ltiples intentos de comunicaci¨®n telef¨®nica.
Una luz de esperanza
Estas regiones del Pac¨ªfico y la Amazon¨ªa colombiana, con votaciones entre el 74% y el 82% a favor de Gustavo Petro y Francia M¨¢rquez, est¨¢n enlazadas por las historias de violencia y desamparo estatal. ¡°Como muy pocas veces en el pa¨ªs, organizaciones sociales se sumaron al ejercicio pol¨ªtico en territorios que tradicionalmente no han sido escuchados¡±, destaca Alejandra Barrios, directora de la Misi¨®n de Observaci¨®n Electoral, MOE.
Para Camilo Gonz¨¢lez Posso, presidente de Indepaz, es vital que se silencien las armas y a la vez se gestionen respuestas para detener la desigualdad. ¡°No se puede esperar a terminar la guerra para luego pensar en lo dem¨¢s¡±, dice.¡°Necesitamos que nos pacifiquen el territorio. Acogemos la propuesta de di¨¢logos regionales para desactivar conflictos y mafias¡±, sostiene Mart¨ªnez desde el Choc¨®. Las comunidades hist¨®ricamente olvidadas coinciden en advertir que las pol¨ªticas p¨²blicas dise?adas desde Bogot¨¢ no siempre se adaptan a la realidad. Con la propuesta de los di¨¢logos, encuentran que el Gobierno electo presenta un camino. Ahora falta recorrerlo.
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