La Cruz Roja Internacional: ¡°En Colombia hay seis conflictos armados¡±
El jefe de la delegaci¨®n en Colombia, Lorenzo Caraffi, habla de una tendencia de deterioro de la situaci¨®n humanitaria y se ofrecen como facilitadores neutrales
Lorenzo Caraffi (Italia, 1971), actual jefe de la delegaci¨®n del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Colombia, conoce bien el avance del conflicto en el pa¨ªs. En 2002 fue el jefe de la oficina de Saravena, (Arauca); regres¨® en 2008 a Bogot¨¢ tras la desmovilizaci¨®n de los paramilitares, como jefe de subdelegaci¨®n en el centro-oriente del pa¨ªs; y ahora, como jefe de la delegaci¨®n en Colombia, ha visto con preocupaci¨®n c¨®mo se han recrudecido conf...
Lorenzo Caraffi (Italia, 1971), actual jefe de la delegaci¨®n del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Colombia, conoce bien el avance del conflicto en el pa¨ªs. En 2002 fue el jefe de la oficina de Saravena, (Arauca); regres¨® en 2008 a Bogot¨¢ tras la desmovilizaci¨®n de los paramilitares, como jefe de subdelegaci¨®n en el centro-oriente del pa¨ªs; y ahora, como jefe de la delegaci¨®n en Colombia, ha visto con preocupaci¨®n c¨®mo se han recrudecido conflictos entre grupos armados que dejan a la poblaci¨®n civil en el medio.
Hasta el a?o pasado el CICR publicaba un informe anual, pero vieron que lo que est¨¢ pasando en los territorios que sufren violencia cambia m¨¢s r¨¢pido. Por eso ahora entregan uno cada seis meses. El ¨²ltimo, presentado hace unas semanas, muestra que el presidente Gustavo Petro recibe un panorama cr¨ªtico en lo humanitario. Caraffi habla del aumento de las v¨ªctimas por artefactos explosivos, el confinamiento de poblaciones enteras y la desaparici¨®n forzada. Tambi¨¦n, de la disposici¨®n del CICR a servir de facilitador, como ya lo hizo en el proceso de paz con las FARC, de cara a negociaciones de paz con grupos como el ELN.
Pregunta. Acaban de publicar el informe. ?C¨®mo es el panorama humanitario que recibe el nuevo Gobierno?
Respuesta. Vemos que en el primer semestre de 2022 hubo una continuidad de las tendencias preocupantes que observamos en a?os pasados, porque desde 2018 el deterioro de la situaci¨®n humanitaria ha sido muy evidente en aspectos como el desplazamiento, el confinamiento, las v¨ªctimas de artefactos explosivos, la desaparici¨®n de personas por causa del conflicto y de la violencia. Eso se concentra en particular en algunas regiones del Pac¨ªfico, en particular Nari?o, Cauca y Choc¨®; partes de Antioquia; Sur de Bol¨ªvar;, la frontera con Venezuela en Norte de Santander; y Arauca, en particular este a?o. Adem¨¢s, en zonas del sur del pa¨ªs, como Putumayo, Caquet¨¢ o Guaviare, que son menos visibles porque tienen una concentraci¨®n menor de poblaci¨®n, pero donde estamos viendo tambi¨¦n un deterioro. Como dec¨ªa, es una tendencia.
P. ?C¨®mo se configura el conflicto o los conflictos hoy en Colombia?
R. A partir del 2018 el agravamiento de la situaci¨®n es muy claro. Eso debido a una reorganizaci¨®n y reconfiguraci¨®n de los grupos armados, a una lucha para el control territorial entre ellos y a una lucha, naturalmente, contra el Estado, contra la fuerza p¨²blica.
P. ?Cu¨¢ntos conflictos existen hoy en el pa¨ªs?
R. El an¨¢lisis que hicimos, que es puramente jur¨ªdico con base en los principios del Derecho Internacional Humanitario, del nivel de organizaci¨®n de los grupos y el nivel de intensidad de las hostilidades ¨D sin considerar cu¨¢les son los objetivos de esos grupos, si son pol¨ªticos o econ¨®micos ¨D, nos llev¨® este a?o a identificar la existencia de seis conflictos armados no internacionales en el pa¨ªs, de los cuales tres involucran al Estado y grupos armados no estatales como el ELN (Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional), las AGC o el Comando de Frontera, y tres involucran a grupos armados entre ellos.
P. ?Un conflicto m¨¢s frente a los que hab¨ªan identificado el a?o pasado?
R. En realidad, el a?o pasado dec¨ªamos por lo menos cinco conflictos. Ahora precisamos que son seis.
P. ?Y cu¨¢l era la duda concreta?
R. La duda era la evoluci¨®n bastante r¨¢pida del contexto. Comparado con mi primera misi¨®n en Colombia (2002). Var¨ªa con mucha m¨¢s rapidez. Actuamos con transparencia y todos los actores de esos conflictos fueron notificados de que est¨¢n en conflictos con otras partes. Eso pone las bases para el di¨¢logo que tenemos con los actores armados, bien sea del Estado o grupos armados, y que sea muy claro para todos qu¨¦ est¨¢ pasando en estos casos sobre el Derecho Internacional Humanitario (DIH). Fuera de esos conflictos que tienen partes espec¨ªficas, lo que se predica es el derecho internacional de los derechos humanos. Es una manera de delimitar la aplicaci¨®n del DIH, identificar los conflictos y las partes involucradas.
P. ?C¨®mo son, en detalle, esos 6 conflictos y sus din¨¢micas particulares en las regiones?
R. Los seis conflictos son: el Gobierno de Colombia contra el ELN; el Gobierno de Colombia contra las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC); el Gobierno de Colombia contra las estructuras de las antiguas FARC-EP no acogidas al proceso de paz, las de Iv¨¢n Mordisco; las AGC contra ELN; Segunda Marquetalia contra las estructuras de las antiguas FARC; y esas estructuras contra el Comando de Frontera.
P. En Colombia se piensa en conflicto vinculado a los objetivos pol¨ªticos...
R. Tradicionalmente, en Colombia se identifica como conflicto aqu¨¦l en el que las finalidades son pol¨ªticas. Por eso es muy importante para nosotros decir que el an¨¢lisis que hacemos es puramente jur¨ªdico, basado en dos principios: intensidad de hostilidades y nivel de organizaci¨®n. Nosotros no tenemos la responsabilidad de hacer una distinci¨®n entre actores pol¨ªticos o no pol¨ªticos, para preservar la percepci¨®n de nuestra neutralidad en la capacidad de dialogar con todos y de pedir que el DIH sea respetado.
P. Entendiendo su neutralidad, hoy se habla de la posibilidad de negociar con varios de los grupos que est¨¢n en conflicto. ?Esa definici¨®n jur¨ªdica podr¨ªa ayudar a la apuesta de di¨¢logo, sometimiento y negociaci¨®n?
R. Eso lo dejamos naturalmente a las partes involucradas. Lo que nos importa en situaci¨®n de conflicto es que, primero, el DIH sea respetado y que las consecuencias humanitarias sean m¨ªnimas. Y segundo, naturalmente, estamos muy contentos si hay acuerdos que permitan reducir estas consecuencias hasta que desaparezcan. En caso de acuerdos y su firma con quien en particular el Gobierno considera bueno, eso es una elecci¨®n de car¨¢cter pol¨ªtico que dejamos a las autoridades.
P. ?Qu¨¦ papel podr¨ªan jugar ustedes?
R. As¨ª como hicimos en el pasado y gracias a la aceptaci¨®n que tenemos en el territorio y el di¨¢logo con los grupos, ofrecemos jugar el papel que tuvimos, por ejemplo, durante las negociaciones entre el Gobierno de Colombia y las FARC-EP. Es decir, de facilitador, de intermediario neutral. En el caso de esa negociaci¨®n, por ejemplo, facilitamos la log¨ªstica del traslado de los negociadores y, adem¨¢s, fuimos consultados sobre los aspectos humanitarios de los acuerdos.
P. Volviendo al panorama humanitario actual, habla de 377 casos de v¨ªctimas por minas y artefactos explosivos solo este a?o (En 2017 fueron 57 v¨ªctimas). ?Estamos volviendo a minar en algunos territorios y que pasa con el esfuerzo de desminado humanitario?
R. Ese es uno de los elementos que hace que la situaci¨®n en Colombia sea particularmente compleja, porque efectivamente hay un desminado humanitario que contin¨²a con resultados y al tiempo hay territorios donde est¨¢ aumentando claramente el uso de artefactos explosivos. Est¨¢ aumentando porque han crecido la conflictividad y las acciones armadas de los grupos. Hubo un aumento en particular de artefactos de detonaci¨®n controlada y artefactos lanzados, que es un s¨ªntoma de conflictividad.
P. ?Los m¨¢s comunes hoy son artefactos sofisticados o artesanales?
R. Hay de todo. Inclusive, explosivos de guerra que son verdaderamente armas, digamos, de car¨¢cter industrial, que se quedan ah¨ª sin explotar despu¨¦s de un combate y que pueden tener exactamente el mismo efecto.
P. Se est¨¢n usando tambi¨¦n para confinar a las poblaciones. Seg¨²n el informe se pas¨® de 45.000 personas el a?o pasado y en lo que va de este, 19.210.
R. Las cifras son absurdamente muy altas y aumentaron mucho tambi¨¦n en los ¨²ltimos a?os. Los factores que aportan al confinamiento son las ¨®rdenes de los sectores armados de no moverse como manera para controlar el territorio y la presencia de artefactos explosivos, que muchas veces reduce la posibilidad de los miembros de la comunidad de salir para cultivar o a pescar, por ejemplo. Hay toda una din¨¢mica social que cambia a causa de eso. Tambi¨¦n desplazamiento de comunidades por la presencia de artefactos explosivos y por combates. No solo se afecta una v¨ªctima que pierde una pierna o la vida, sino que hay un impacto colectivo que se tiene que considerar.
P. Tambi¨¦n aument¨® la desaparici¨®n forzada. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando puntualmente ahora para que se recurra a esa pr¨¢ctica y cu¨¢l es el patr¨®n que observan?
R. Podemos hablar del n¨²mero de casos que nos llegan (61 solo en 2022), no tenemos la pretensi¨®n de decir que son todos los casos de desapariciones que acontecen en Colombia. Desafortunadamente, como usted dec¨ªa, es un patr¨®n que existe en Colombia en t¨¦rminos de din¨¢mica de conflicto hace mucho tiempo. A veces hay desaparici¨®n para enviar mensajes de temor a las comunidades; otras, porque alguna persona en contexto de combates, perdi¨® la vida y no se manej¨® el cuerpo de manera que permita la identificaci¨®n y nadie sabe d¨®nde est¨¢.
P. Con tanta conflictividad, ?c¨®mo ha sido el manejo de estos casos con las Fuerzas Militares?
R. El CICR est¨¢ en todos los rincones de Colombia desde hace 53 a?os. Todos los actores armados nos conocen muy bien y eso nos permite llegar a las comunidades m¨¢s alejadas. Es una relaci¨®n basada en la confianza. Y esta se alimenta del hecho de que cuando tenemos comentarios y casos de violaciones al DIH, las delegaciones lo presentan de manera bilateral y confidencial. Eso hace que cuando llegamos y presentamos casos son tomados seriamente. Con las fuerzas militares no es solo un trabajo reactivo, tambi¨¦n hacemos prevenci¨®n.
P. Seg¨²n el an¨¢lisis que ustedes hacen. ?Cu¨¢l es esa regi¨®n donde pueda ser m¨¢s acentuada esa situaci¨®n humanitaria de cara al futuro en el mediano plazo?
R. Hablando solo de este a?o sobresalen Nari?o, Choc¨®, Cauca, Norte de Santander, Arauca. El desplazamiento individual en Arauca aument¨® 1.300% frente al a?o pasado. En esos territorios no tenemos un particular optimismo para el futuro, si contin¨²a la din¨¢mica como est¨¢ . Y no hay que olvidar el sur del pa¨ªs.
P. Muchas cosas de esos seis conflictos est¨¢n ocurriendo en las fronteras. Pienso en el caso de Putumayo con los Comandos de la frontera. ?Qu¨¦ papel est¨¢ jugando la relaci¨®n con esos otros pa¨ªses lim¨ªtrofes? ?Qu¨¦ tanto est¨¢ gener¨¢ndose otro conflicto?
R. Eso lo dejar¨ªa a mis colegas del otro lado de la frontera. Pero claramente hay din¨¢micas transfronterizas en juego y eso hace que, digamos, entender lo que acontece y responder se vuelve m¨¢s complejo que si fuese solo territorio colombiano.
P. ?C¨®mo ha vivido usted los diferentes momentos del conflicto en los que ha estado en Colombia?
R. En 2002 fui el jefe de la oficina de Saravena. Entonces dorm¨ªa con el conflicto, en el sentido de que estaba en la cama y escuchaba los combates y los disparos de granadas. Eso era una imagen muy clara de la situaci¨®n que viv¨ªa el pa¨ªs en ese momento. Regres¨¦ a vivir a Bogot¨¢ en 2008, despu¨¦s de la desmovilizaci¨®n de los paramilitares, y hab¨ªa un cambio bastante grande en t¨¦rminos de la realidad, pero de todas maneras un porcentaje muy relevante del territorio colombiano segu¨ªa siendo afectado por los conflictos. Hoy en d¨ªa, a diferencia de comienzos de los a?os 2000, no todo el pa¨ªs est¨¢ afectado de la misma manera, las afectaciones se concentran en algunas regiones m¨¢s alejadas del centro del pa¨ªs, pero la intensidad del conflicto en esos territorios es extremamente intensa.
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