Los vac¨ªos legales de la emergencia econ¨®mica que eval¨²a Petro
Expertos opinan que declarar un estado de excepci¨®n ser¨ªa contradictorio si se pueden prever los riesgos de la temporada invernal
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, no ha declarado la emergencia econ¨®mica para afrontar el hambre, como hab¨ªa anunciado en campa?a, pero contempla hacerlo por la amenaza invernal del pr¨®ximo trimestre. La figura le otorgar¨ªa facultades especiales para legislar por decreto por un m¨¢ximo de 90 d¨ªas, con la firma de todos sus ministros y sin pasar por el Congreso de la Rep¨²blica, exclusivamente para conjurar la crisis. El Gobierno podr¨ªa, por ejemplo, crear o modificar impuestos de forma transitoria. La justificaci¨®n actual genera id¨¦ntico escepticismo al que despert¨® entre expertos durante la contienda electoral. ¡°Muy probablemente, si el presidente decretara esa emergencia, no pasar¨ªa una prueba de constitucionalidad¡±, sostiene Esteban Hoyos Ceballos, decano de la escuela de derecho de la Universidad EAFIT de Medell¨ªn.
La raz¨®n de su afirmaci¨®n es la misma que advierte el abogado constitucionalista, Rodrigo Uprimny. ¡°Uno de los requisitos del estado de emergencia, como la Corte [Constitucional] lo ha reiterado en muchas sentencias, es que ¨¦sta solo puede ser usada para enfrentar una crisis sobreviniente, esto es, que derive de hechos imprevistos y anormales¡±, precisa Uprinmy. En su opini¨®n, el anuncio anticipado de una declaratoria de emergencia contradice, en s¨ª mismo, los criterios de la Corte.
¡°Los estados de excepci¨®n son realmente una excepci¨®n. Para su declaratoria se deben reunir unos requisitos muy claros. Resulta muy problem¨¢tico anticiparlo porque si hay conocimiento de que existen riesgos graves e inminentes, lo razonable es ejercer de forma eficiente los poderes y medidas ordinarias para enfrentarlos¡±, coincide Magdalena Correa, investigadora universitaria experta en derecho constitucional econ¨®mico.
Las emergencias econ¨®micas avaladas en los ¨²ltimos a?os en Colombia han estado relacionadas con eventos imprevisibles, como la pandemia del coronavirus en el gobierno de Iv¨¢n Duque. A ella se suman tres durante el periodo de Juan Manuel Santos: una tr¨¢gica ola invernal en 2010, que dejaba para entonces m¨¢s de un centenar de muertos y un mill¨®n y medio de damnificados; el ¨¦xodo de miles de colombianos tras el cierre fronterizo con Venezuela, ordenado por Nicol¨¢s Maduro en 2015; y una avalancha que caus¨® la muerte de 262 habitantes del municipio de Mocoa (Putumayo) en 2017. Despu¨¦s de la Constituci¨®n de 1991, adem¨¢s, las hubo por la avalancha del r¨ªo P¨¢ez (Cauca) y el terremoto del Eje Cafetero en 1999, cada una con m¨¢s de mil personas fallecidas y cuantiosas p¨¦rdidas materiales.
La nueva declaratoria llegar¨ªa como respuesta a una ola invernal que se prev¨¦ m¨¢s fuerte que la de hace 12 a?os. ¡°Claro que lo he pensado ?No es el momento acaso de una emergencia? Los congresistas podr¨¢n opinar, los medios de comunicaci¨®n a nivel nacional, la sociedad toda; pero si vamos a vivir un episodio peor que en 2010, en t¨¦rminos de clima, entonces necesariamente el pa¨ªs tiene que entrar en una emergencia econ¨®mica¡±, anunci¨® el presidente Gustavo Petro, durante una visita a Santa Luc¨ªa, en el departamento de Atl¨¢ntico.
El Instituto de Hidrolog¨ªa, Meteorolog¨ªa y Estudios Ambientales, Ideam, alert¨® sobre lluvias superiores a lo normal entre septiembre y noviembre en algunas regiones del pa¨ªs y recomend¨® ¡°reforzar las medidas preventivas debido a los impactos sociales, ambientales y econ¨®micos que se puedan presentar¡±. En un comunicado oficial pidi¨® especial atenci¨®n en el monitoreo de vendavales, granizadas, crecientes s¨²bitas, deslizamientos, avalanchas e inundaciones. El pron¨®stico es de lluvias superiores al 30% respecto a los promedios hist¨®ricos en La Guajira, Magdalena, Atl¨¢ntico, Cesar, Norte de Santander, Boyac¨¢, centro de la regi¨®n Andina y el trapecio Amaz¨®nico.
¡°Si a eso se le suma la crisis econ¨®mica mundial, se le suma la guerra que dispara el precio de los fertilizantes, entonces tenemos la tormenta perfecta y el resultado de esa tormenta perfecta se llama hambre¡±, agreg¨® el presidente Petro, al advertir los efectos de las condiciones clim¨¢ticas que han agudizado, a nivel global, los estragos de la pandemia.
Mientras tanto, los pobladores de zonas de riesgo se preguntan si hace falta esperar a que se asome una tragedia m¨¢s grave para agilizar la atenci¨®n humanitaria. En La Mojana, un territorio f¨¦rtil y pantanoso del norte de Colombia ubicado sobre las cuencas de varios grandes r¨ªos, sus habitantes conviven desde hace un a?o con las inundaciones por la ruptura del dique que conten¨ªa las aguas del r¨ªo Cauca, el segundo m¨¢s caudaloso de Colombia. ¡°Somos 130.000 damnificados y no hemos recibido suficiente asistencia. Cada vez la situaci¨®n se pone m¨¢s dif¨ªcil¡±, lamenta Neiman Estrella, presidente de Codemojana, un comit¨¦ c¨ªvico de la regi¨®n. Los habitantes no han podido volver a cultivar porque las tierras est¨¢n bajo el agua. Con la intensidad de las lluvias que se aproximan, temen peores consecuencias.
Hasta comienzos de septiembre, 131 municipios y 10 departamentos del pa¨ªs hab¨ªan declarado calamidad p¨²blica tras las afectaciones ocasionadas por las lluvias. Ese panorama llev¨® a la ministra de Ambiente, Susana Muhamad; el director de la Unidad Nacional para la Gesti¨®n del Riesgo de Desastres, Javier Pava; y la directora del Ideam, Yolanda Gonz¨¢lez, a encender las alertas y lanzar un llamado a autoridades en los territorios para estar ¡°en la juega con las lluvias¡±. El presidente Petro pidi¨® actualizar los mapas de riesgo y activar comit¨¦s de crisis clim¨¢tica.
Hoyos Ceballos sugiere, precisamente, que el Estado cuenta con herramientas para prever y anticiparse por medios ordinarios a situaciones complejas como la temporada invernal. ¡°Lo que el Gobierno s¨ª tiene que hacer es decirnos de manera m¨¢s clara c¨®mo los recursos de la reforma tributaria [que se discute en el Congreso de la Rep¨²blica] se van a invertir para responder a estas demandas sociales m¨¢s apremiantes. Ah¨ª le ha faltado al Gobierno mayor precisi¨®n¡±, se?ala el abogado.
¡°No conozco un estado de emergencia que se haya hecho de manera preventiva¡±, a?ade Gonzalo Ram¨ªrez Cleves, profesor de derecho constitucional de la Universidad Externado de Colombia. ¡°Una de las dudas con las declaratorias de emergencias es que se aprovechen para expedir decretos que no tienen nada qu¨¦ ver con la situaci¨®n. Aunque eso lo eval¨²a posteriormente la Corte Constitucional, es un proceso que toma tiempo¡±, explica. La norma establece que el presidente y los ministros ser¨¢n responsables por cualquier abuso cometido en el ejercicio de las facultades que la Constituci¨®n otorga durante la emergencia.
¡°Esta ¡®dictadura constitucional¡¯ que implican los estados de excepci¨®n, recordando el t¨ªtulo del cl¨¢sico texto de Clinton Rossiter, es riesgosa y se presta a enormes abusos, como ocurri¨® con el estado de sitio durante la Constituci¨®n de 1886¡å, dice Uprimny. La Constituci¨®n de 1991 estableci¨® requisitos estrictos y la Corte ha desarrollado una jurisprudencia robusta que ha evitado, seg¨²n el investigador del centro de estudios Dejusticia, que el pa¨ªs pasara de vivir m¨¢s del 80% del tiempo bajo estado de excepci¨®n durante la Carta Magna de 1886 a menos del 20% desde la aprobada a comienzos de los noventa. A su juicio, las leyes ordinarias pueden ser m¨¢s lentas y engorrosas, pero permiten respuestas m¨¢s estables y leg¨ªtimas al asegurar consensos amplios con deliberaciones de las distintas fuerzas pol¨ªticas.
¡°En este momento pol¨ªtico tambi¨¦n resultar¨ªa muy inquietante porque enviar¨ªa un mensaje equ¨ªvoco sobre la vocaci¨®n democr¨¢tica del Gobierno, al estar dispuesto a activar un instrumento que es excepcional pero que tambi¨¦n le otorga unas competencias muy poderosas¡±, puntualiza la abogada Magdalena Correa.
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