La promesa del cannabis medicinal en Colombia a¨²n es una costosa utop¨ªa para los pacientes
El acceso ha quedado relegado a quienes pueden pagarlo, empujando al arriesgado consumo artesanal
Entre risas y chistes, Mar¨ªa Angela Villamil afirma con una tranquilidad admirable: ¡°A m¨ª me duele estar viva¡±. Bromea sobre su condici¨®n, mientras cuenta que convive con dolor constante desde hace cuatro a?os, cuando una infecci¨®n le dej¨® una condici¨®n cr¨®nica, incurable y de dif¨ªcil manejo, seg¨²n le han dicho los m¨¦dicos. Ha buscado todas alternativas posibles para sobrellevar el dolor y hace dos a?os encontr¨® el cannabis medicinal.
Lleg¨® a este por referencias de una amiga que sab¨ªa de casos exitosos y le sugiri¨® alguien que pudiera venderle unas gotas. Quien inicialmente le vend¨ªa el producto no era un m¨¦dico, pero le dijo que se asesoraba con alguno. Villamil accedi¨® y tom¨® cannabis en gotas durante algunos meses. Psic¨®loga, no se sent¨ªa plenamente segura por lo riesgoso de usar un producto de elaboraci¨®n artesanal. Sigui¨® buscando y logr¨® contactar a una m¨¦dica especialista del dolor que le dise?¨® una f¨®rmula magistral de cannabis, una suerte de preparaci¨®n farmac¨¦utica elaborada a partir de una prescripci¨®n m¨¦dica personalizada, y le recomend¨® un nuevo proveedor que contaba con su respaldo.
El tratamiento no era barato. Tras un a?o de tomar asiduamente las nuevas gotas, un d¨ªa sinti¨® efectos diferentes. Cuenta que dur¨® m¨¢s de cuatro horas fuera de s¨ª, con los sentidos y la consciencia alterados. Fue una situaci¨®n traum¨¢tica que, cuando se repiti¨®, la llev¨® a consultar a su doctora. Villamil sinti¨® que ni ella ni el proveedor le dieron respuestas satisfactorias. Aunque decidi¨® cortar con esa profesional, sent¨ªa que el cannabis era clave en su tratamiento, as¨ª que continu¨® su b¨²squeda. Buscando aqu¨ª y all¨¢, lleg¨® donde Lenis Rivera, una de las m¨¦dicas m¨¢s destacadas en tratamiento para el dolor en el pa¨ªs y con una amplia formaci¨®n en el uso de cannabis medicinal. Rivera le explic¨® que tuvo un ¡°desequilibrio cognitivo¡±, quiz¨¢ porque se desequilibraron los componentes del cannabis que estaba usando.
Le prescribi¨® una nueva f¨®rmula, en otro laboratorio, y desde entonces Villamil no ha tenido problemas con su tratamiento que, subraya, es clave en una condici¨®n tan compleja como la suya.
Antes de tener su consultorio privado, Rivera trabaj¨® en el Instituto Roosevelt y posteriormente con KHIRON, una compa?¨ªa dedicada a la investigaci¨®n en cannabis medicinal y una de las l¨ªderes en este tema en Colombia. Con KHIRON se form¨® en Canad¨¢ en lo relacionado con cannabis medicinal y volvi¨® al pa¨ªs para formar otros m¨¦dicos e impulsar el uso del cannabis en el tratamiento del dolor cr¨®nico y otros s¨ªntomas asociados.
Aunque Rivera destaca los resultados del uso medicinal del cannabis en la salud de sus pacientes, advierte de manera reiterada que se debe usar bajo acompa?amiento profesional: ¡°Si bien el cannabis no es nocivo, tampoco es inocuo. Puede generar efectos secundarios en personas que tengan ya alguna patolog¨ªa¡±.
Desde la legalizaci¨®n del cannabis medicinal ha crecido la cantidad de pacientes que recurren a ella buscando esta alternativa m¨¦dica. Eso ha implicado m¨¢s producci¨®n, no siempre regulada o con condiciones necesarias para un uso m¨¦dico. Por eso los tratamientos pueden llegar a costar m¨¢s de 100 d¨®lares mensuales, un valor inaccesible para muchos. Esto ha implicado que muchos pacientes usen medicamentos artesanales, menos costosos pero tambi¨¦n m¨¢s riesgosos.
De acuerdo a Rivera, la legalizaci¨®n debi¨® ir de la mano con una campa?a desde el Gobierno para combatir el estigma que mantiene el cannabis: ¡°Estar¨ªa totalmente de acuerdo con que fuera algo estandarizado. As¨ª como existen gu¨ªas para el uso de analg¨¦sicos o para ciertas patolog¨ªas, tambi¨¦n existen para el uso de cannabis medicinal y el personal de salud deber¨ªa conocerlas. A¨²n hay mucho desconocimiento y temor, no solo por parte de los pacientes, sino de la parte m¨¦dica¡±, asegura en conversaci¨®n con EL PA?S.
Un acceso m¨¦dico para algunos pocos
Desde la Resoluci¨®n 2292 de 2021 del Ministerio de Salud, los medicamentos y f¨®rmulas magistrales que contengan CBD y THC, dos sustancias que se encuentran en el cannabis, est¨¢n cubiertos en el Plan de Beneficios en Salud (PBS), antiguamente conocido como Plan Obligatorio de Salud (POS), la lista de productos y servicios que cubre el seguro de salud p¨²blica en Colombia. Eso significa que las Empresas Prestadoras de Salud (EPS) deben asegurar su entrega a los pacientes que los necesiten, evitando a ¨¦stos tener que pagar el tratamiento de su bolsillo.
Para Efra¨ªn L¨®pez, asesor jur¨ªdico en asuntos de cannabis y director de ?rpez Company, uno de los puntos neur¨¢lgicos despu¨¦s de la legalizaci¨®n ha sido lograr un acceso real para todos los pacientes, m¨¢s all¨¢ de las trabas burocr¨¢ticas o los grandes costos privados. Para ¨¦l ¡°es urgente incluir m¨¢s cantidad de medicamentos cannabinoides en el PBS, pues es la ¨²nica manera de democratizar el uso del cannabis medicinal¡±, se?ala.
A estas barreras se le sum¨® que, recientemente, las EPS dieron una interpretaci¨®n nueva a un documento del Ministerio de Salud y empezaron a negar la entrega de f¨®rmulas magistrales a trav¨¦s del PBS. Eso es grave porque obstaculiza el acceso pleno de los pacientes a sus medicamentos y tratamientos. Asimismo, como el mercado es relativamente nuevo, tampoco hay muy pocos medicamentos con cannabinoides que tengan registro del Invima¡ªla entidad encargada de avalar la venta de medicamentos en Colombia para que hagan parte del PBS. Esto deviene en la necesidad de ampliar la oferta, pero esto requiere tiempo, porque la literatura cient¨ªfica sobre cannabis medicinal est¨¢ apenas en construcci¨®n, lo que es un impedimento para que las farmac¨¦uticas desarrollen nuevos medicamentos de cannabis y logren su registro.
Para L¨®pez, Colombia podr¨ªa seguir la experiencia de Brasil, donde las farmac¨¦uticas tuvieron un per¨ªodo de gracia de cinco a?os en el que usaron un registro sanitario temporal que permitiera prescribirlos y, a partir de all¨ª, generar evidencia para la literatura cient¨ªfica.
El experto afirma que la llegada del Gobierno de Gustavo Petro puede ser una oportunidad para salir de los limbos que quedaron. En especial, si materializa las propuestas que ha planteado de una transformaci¨®n de la pol¨ªtica de drogas. ¡°Se abren escenarios importantes siempre y cuando la administraci¨®n Petro aterrice de forma integral esas ideas en el sector del cannabis medicinal. Y por fin, se logre reflejar la esencia de la Ley 1787 de 2016 que era, entre otras, el acceso integral de cannabis medicinal para la poblaci¨®n¡±.
A esto tambi¨¦n se refiere el m¨¦dico anestesi¨®logo Jaime Jaramillo, que tras la despenalizaci¨®n cre¨® junto a otros colegas PENSAKANA, un centro de investigaci¨®n sobre cannabis medicinal. Para ¨¦l, el Gobierno no aplic¨® la Ley de forma rigurosa, y dej¨® vac¨ªos jur¨ªdicos y m¨¦dicos que afectan principalmente a los pacientes. ¡°Es primordial que el Gobierno aplique la ley como debi¨® ser desde el inicio, lo que implica un an¨¢lisis econ¨®mico, fijar unos precios m¨¢ximos de venta teniendo en cuenta todos los actores involucrados en la cadena de comercio, entre otros¡±, reflexiona.
L¨®pez y Jaramillo coinciden en que, dado el crecimiento sustancial de personas que buscan terapias alternativas y el desarrollo a pasos agigantados de esta industria, el Gobierno est¨¢ en deuda en aterrizar el cannabis medicinal no como una forma de despenalizar, sino como un asunto de salud p¨²blica que pueda tener un impacto real en la vida de pacientes como Mar¨ªa Angela Villamil.
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