Siete meses de la despenalizaci¨®n del aborto: de la prohibici¨®n a enfrentar el miedo
Aunque a¨²n hay barreras para acceder a un aborto, el pa¨ªs est¨¢ en medio de una transformaci¨®n social y cultural para proteger las decisiones las mujeres
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Han pasado siete meses desde que Colombia despenaliz¨® el aborto hasta la semana 24, siete meses en los que no ocurri¨® lo que tem¨ªan los que se opon¨ªan a despenalizarlo: las mujeres no salieron corriendo masivamente a abortar, ni empezaron a utilizar el aborto como un anticonceptivo, ni esperaron hasta la semana 24 para interrumpir su embarazo. Pero para Laura Gil, ginec¨®loga colombiana que ha atendido desde hace varios a?os a mujeres que buscan un aborto, s¨ª cambi¨® algo fundamental: ¡°Ahora mis pacientes est¨¢n tranquilas¡±.
Gil ha observado, desde su consultorio, una serie de cambios que van m¨¢s all¨¢ de lo legal. Antes de la sentencia de febrero del a?o pasado, el aborto solo estaba permitido en tres causales: en caso de violaci¨®n, riesgo en la salud de la madre y malformaci¨®n del feto. En esa ¨¦poca Gil atend¨ªa entre tres a cinco mujeres cada semana, algunas con temor para justificar su situaci¨®n. Desde la decisi¨®n de la Corte Constitucional en febrero ¡ªque despenaliz¨® el aborto hasta la semana 24 y lo permiti¨® en las tres causales en las semanas siguientes¡ª el n¨²mero de consultas para Gil aument¨® de seis a diez mujeres por semana, mujeres sin miedo a terminar en la c¨¢rcel. Estas nuevas mujeres, le cuentan, hubieran abortado sin la sentencia de la Corte, aunque quiz¨¢s con un procedimiento menos seguro.
¡°Yo les pregunto qu¨¦ hubieran hecho antes y me dicen que igual hubieran abortado, y eso es lo que que creo que la gente empieza a entender: la decisi¨®n de las mujeres nunca depende de si es legal o no es legal el aborto, solo que ahora s¨ª pueden ejercer su derecho a un aborto seguro¡±, dice Gil a EL PA?S. ¡°Ahora estamos en una fase de implementaci¨®n, pero sobre todo de normalizaci¨®n: que toda la gente entienda que esto es un derecho. En el movimiento siempre hablamos de despenalizaci¨®n legal, pero lo que falta es una sociedad que deje de ponerle al aborto la carga social y cultural que siempre ha tenido¡±.
Los cambios culturales son m¨¢s lentos que los legales, pero incluso en el gremio de los ginec¨®logos est¨¢ ocurriendo. Colegas de Gil la han llamado en los ¨²ltimos meses a preguntar cu¨¢les son las mejores pr¨¢cticas, o si hay riesgos con uno u otro m¨¦todo. Ella hace parte del Grupo M¨¦dico por el Derecho a Decidir, que en 2020 hizo una encuesta con cientos de gineco-obstetras colombianos, y encontr¨® que un 25% no conoce o no maneja las t¨¦cnicas modernas y recomendadas por la OMS para un aborto (como la aspiraci¨®n uterina o las pastillas de misprostol), y terminan practicando t¨¦cnicas obsoletas como el legrado . ¡°A¨²n falta hacer una transformaci¨®n acad¨¦mica, porque nosotros estudiamos en ¨¦pocas en que el aborto era ilegal¡±, a?ade Gil.
Transformar y capacitar al sistema de salud ha sido uno de los principales retos de los ¨²ltimos meses. Mar¨ªa Mercedes Vivas es directora de Ori¨¦ntame, una fundaci¨®n privada que presta servicios m¨¦dicos a las mujeres que buscan terminar su embarazo. Vivas explica que el aborto es un procedimiento incluido en el Plan de Beneficios de Salud (PBS), y que por ende todas las mujeres con filiaci¨®n al sistema deber¨ªan poder acceder a uno por medio de sus empresas prestadoras de salud (EPS). ¡°Pero muchas de esas empresas a¨²n no se han capacitado, no han actualizado sus protocolos, y seguimos viendo entidades prestadores de salud que siguen utilizando tecnolog¨ªa obsoleta como el legrado¡±, cuenta Vivas. Para una fundaci¨®n como Ori¨¦ntame, sin embargo, la sentencia de febrero les permiti¨® atender a mujeres de forma mucho m¨¢s r¨¢pida, sin indagar sobre las causales.
¡°Cambiamos nuestros protocolos, la forma de manejar la historia cl¨ªnica, y ya no tenemos que verificar razones sino solo enfocarnos en la usuaria. No pas¨® lo que dijeron los que se opon¨ªan al aborto, que pensaban que las mujeres iban a salir todas corriendo a abortar¡±, a?ade Vivas. ¡°Ni ha pasado lo otro que dec¨ªan, que era que las mujeres iban a abortar en la semana 24. Nadie ha abusado del sistema, eso no pas¨®, la noticia es que no hay noticia¡±.
De acuerdo a un informe de Ori¨¦ntame, la fundaci¨®n atendi¨®, de febrero a mayo de este a?o, a 2.902 mujeres, y m¨¢s del 90% de ellas accedieron a un aborto en las primeras 12 semanas de gestaci¨®n. De acuerdo un comunicado de Profamilia, otra organizaci¨®n que ofrece servicios para interrumpir un embarazo, el 94% de los abortos se realizaron en las primeras semanas de gestaci¨®n. Seg¨²n datos de ACEMI, el gremio m¨¢s grande de EPS, la mayor¨ªa de los abortos que han ocurrido han sido antes de la semana 15 (Al consultar a cinco EPS de ACEMI, que tienen a cargo 30% de la poblaci¨®n del pa¨ªs, estas confirmaron que, de enero a julio, el 93% de los abortos fueron hechos antes de la semana 14; el 6% antes de la 24; y solo el 1% por encima de la semana 24).
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Es decir, de acuerdo a varias instituciones prestadoras de salud, las mujeres han logrado abortar m¨¢s temprano sus embarazos no deseados desde el fallo de la Corte. Ori¨¦ntame evidenci¨® un aumento del 15% en el n¨²mero de mujeres que lograron financiar su aborto por medio de su empresa prestadora de salud. Profamilia evidenci¨® un aumento del 18% en acceso a abortos trav¨¦s de su IPS¡ªInstituciones Prestadoras de Salud.
Para Juan Carlos Vargas, ginec¨®logo y asesor cient¨ªfico de Profamilia, estas cifras demuestran que ¡°las mujeres no utilizaron el aborto como m¨¦todo de planificaci¨®n, a diferencia de lo que se dijo que pasar¨ªa¡±. Tambi¨¦n se refiri¨® a los retos que desde la entidad han evidenciado: ¡°uno de estos es que las EPS se comprometan con combatir las barreras para acceder a una interrupci¨®n voluntaria del embarazo, para que aseguren que este procedimiento se pueda realizar en los primeros cinco d¨ªas desde que se solicita¡±. C¨¦sar Castiblanco es el gerente de salud de ACEMI, el gremio de EPS que re¨²ne a unas once empresas y cubre a unos 35 millones de afiliados, y explica que varias EPS s¨ª han buscado agilizar el procedimiento¡ªcon menos trabas burocr¨¢ticas¡ª y que les es m¨¢s dif¨ªcil conseguir prestadores de salud que accedan a realizar un aborto en la semana 24, o despu¨¦s dentro de las tres causales.
¡°S¨ª vimos que diferentes EPS intentaron hacer un proceso de adecuaci¨®n despu¨¦s de la sentencia¡±, dice Castiblanco. ¡°El procedimiento antes de la semana 15 puede ser realizado sin una hospitalizaci¨®n, es m¨¢s sencillo. En la medida en que se avanza la edad gestacional, se juega m¨¢s con la disponibilidad: a pesar de que la objeci¨®n de conciencia no es institucional, es m¨¢s dif¨ªcil contar con profesionales disponibles, y hay entidades m¨¢s renuentes a hacer ese tipo de intervenci¨®n¡±.
¡°Este es un tema que sigue siendo supremamente controversial¡±, a?ade Vivas, de Ori¨¦ntame, sobre la dificultad para mujeres en semanas m¨¢s avanzadas del embarazo. ¡°Creo que es un tema de estigma, porque los hospitales est¨¢n capacitados. Un hospital que puede atender partos tambi¨¦n puede atender una IVE en estados avanzados y si no lo hacen es por voluntad pol¨ªtica¡±.
La Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres, y la fundaci¨®n Ori¨¦ntame publicaron este a?o un informe que cuenta las principales barreras que las mujeres siguen encontrando en las empresas de salud. Entre esas est¨¢ tambi¨¦n la desinformaci¨®n: m¨¦dicos que no conocen la sentencia de la Corte, ni que era de inmediato cumplimiento desde febrero, o que no garantizan informaci¨®n veraz a las mujeres sobre c¨®mo acceder a un aborto. Las mujeres migrantes venezolanas, adem¨¢s, se han enfrentado a casos de xenofobia en el sistema de salud.
¡°Sabemos que esas barreras le hacen da?o al mismo sistema de salud y a las mujeres, porque las empujan a que acudan m¨¢s adelante a esa interrupci¨®n¡±, dice Ana Cristina Gonz¨¢lez, m¨¦dica y pionera del movimiento Causa Justa que logr¨® la despenalizaci¨®n del aborto. ¡°Claro que siguen habiendo barreras, por eso sabemos que parte del trabajo que tenemos que hacer ahora es pedag¨®gico¡±.
Gonz¨¢lez dice que, ¡°es imposible lograr un cambio cultural en siete meses, pero s¨ª creo que ha venido un cambio por d¨¦cadas de lucha de los movimientos de mujeres feministas¡±. Ella lleva m¨¢s de 25 luchando por la despenalizaci¨®n, y dice que ¡°esa transformaci¨®n se refleja en encuestas de opini¨®n que hacemos desde el 2017, que demuestran un n¨²mero cada vez m¨¢s creciente de personas que est¨¢n en contra, al menos la mitad de la poblaci¨®n, de que una mujer vaya a la c¨¢rcel por haberse practicado un aborto. Ese cambio cultural ocurre porque el feminismo ha puesto la libertad reproductiva y la libertad sobre el cuerpo como un eje estrat¨¦gico de la agenda democr¨¢tica¡±.
El cambio cultural, a?ade Gonz¨¢lez, pasa por cambiar el concepto de libertad, entenderla ¡°como la posibilidad de imaginar un proyecto de vida, y poder llevarlo adelante¡±. Ella ve ahora una nueva generaci¨®n de mujeres j¨®venes que naci¨® con ese concepto de libertad, m¨¢s amplio, una generaci¨®n ¡°que no entiende qui¨¦n puede prohibirle algo que tiene que ver con su proyecto de vida¡±.
Dos cosas m¨¢s cambiaron en los ¨²ltimos siete meses. La primera, fue que el nuevo gobierno de Gustavo Petro se comprometi¨® en repetidas ocasiones a respetar la sentencia de la Corte y proteger el derecho de las mujeres al aborto, y varias congresistas de su coalici¨®n se han comprometido a impulsar una pol¨ªtica p¨²blica integral para regularizar las rutas para las mujeres. Y la segunda, que la Corte Suprema de Estados Unidos tumb¨® la sentencia de 1973 conocida como Roe v Wade que permit¨ªa el aborto legal en todo el pa¨ªs, una noticia que aliment¨® las esperanzas de los movimientos anti-aborto a reversar las decisiones como la que tom¨® la Corte Constitucional en febrero.
¡°Pero la decisi¨®n de Estados Unidos, jur¨ªdicamente, es muy distinta¡±, explica Gonz¨¢lez. ¡°Los argumentos con los que se hab¨ªa despenalizado el aborto all¨¢ eran relacionados con la privacidad, mientras que la decisi¨®n en Colombia est¨¢ arraigada en derechos humanos fundamentales protegidos por nuestra Constituci¨®n: la igualdad, la salud, la dignidad de las mujeres y la libertad de conciencia. Lo que pas¨® en Estados Unidos es nefasto, nos debe preocupar a todas las mujeres, pero es una oportunidad para que el norte mire al sur, aprenda de nuestras estrategias, nuestros movimientos, de c¨®mo llevamos esta discusi¨®n p¨²blica¡±.
La activista revis¨® recientemente c¨®mo desde 1994 ¨Ccuando ocurri¨® la conferencia de la ONU en Cairo que adopt¨® un programa de acci¨®n sobre penalizaci¨®n del aborto¨C 58 paises han liberalizado sus leyes de aborto, y solo cuatro las han retrocedido. ¡°Por eso me mantengo optimista¡±, a?ade.
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La cruzada jur¨ªdica contra el aborto
En los siete meses de expedida la sentencia C-055 de 2022, a la Corte Constitucional han llegado alrededor de 30 incidentes de nulidad que buscan tumbar la decisi¨®n. La mayor¨ªa de las demandas han sido interpuestas por ciudadanos y organizaciones religiosas. Las peticiones apuntan a dos argumentos principalmente: la falta de competencia de la Corte para eliminar el delito de aborto del c¨®digo penal (para los demandantes esta es una funci¨®n que compete exclusivamente al Congreso de la Rep¨²blica); y la supuesta violaci¨®n del derecho a la vida del feto, pues para las organizaciones ¡®provida¡¯ la vida se origina desde concepci¨®n y no desde el nacimiento. La mayor¨ªa de estas peticiones han sido negadas.
Las estrategias de estos movimientos han llegado a otras instancias, como demandar ante el Congreso a los magistrados que votaron a favor de la despenalizaci¨®n, acus¨¢ndolos de injuria y calumnia. Aunque en la regi¨®n no son nuevas este tipo de estrategias por parte de los grupos antiaborto, hasta el momento en Colombia esos intentos no han prosperado. Mientras tanto, el andamiaje administrativo y pol¨ªtico que necesita la sentencia para materializarse efectivamente sigue esperando medidas concretas desde instancias nacionales del nuevo gobierno. Sin perder de vista este panorama de retos y transformaciones, desde el movimiento feminista y diferentes organizaciones de mujeres se anunciaron movilizaciones en diferentes ciudades del pa¨ªs este 28 de septiembre, D¨ªa de Acci¨®n Global por un Aborto legal y Seguro ¡ª iniciativa que surgi¨® en 1990 en el V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe ¡ª, donde por primera vez en diecis¨¦is a?os las mujeres colombianas se manifestaran bajo un marco legal donde la interrupci¨®n voluntaria del embarazo ya no es un delito.
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