Francia M¨¢rquez visita una Buenaventura que espera su nueva oportunidad
La vicepresidenta viaja a la ciudad portuaria y revive all¨ª los acuerdos que lograron ganar cientos de manifestantes en 2017 pero que no se implementaron
Francia M¨¢rquez se prepara una vez m¨¢s para gritar que ¡°el pueblo no se rinde, carajo¡±. El aire est¨¢ helado a las siete de la ma?ana del viernes cuando la vicepresidenta de Colombia llega al aeropuerto militar de Bogot¨¢ con destino a la ciudad que hizo famoso ese canto de protesta en 2017: Buenaventura, en la costa pac¨ªfica colombiana, es el principal puerto mar¨ªtimo del pa¨ªs y donde los ciudadanos votaron abrumadoramente por Gustavo Petro y M¨¢rquez. ¡°Ahora ac¨¢ estamos, como gobierno, poniendo la cara¡±, dice ella.
Buenaventura, el objetivo del d¨ªa, es una ciudad pobre y discriminada: la mayor¨ªa de su poblaci¨®n, afrocolombiana, a¨²n no cuenta con un buen sistema de acueducto y la violencia entre grupos armados ha sido tan intensa que en una ¨¦poca fue conocida como la ciudad de las ¡®casas de pique¡¯¡ªespacios donde se descuartizaban ciudadanos. M¨¢rquez conoce bien lo bueno y lo malo de esa esquina del Pac¨ªfico. ¡°Es mi casa, es mi regi¨®n, es mi territorio¡±, le dir¨¢ sonriente al p¨²blico que la espera.
M¨¢s de mil personas asisten esa ma?ana para lo que el gobierno ha llamado los di¨¢logos vinculantes, casi 50 asambleas en varias regiones del pa¨ªs para que los ciudadanos sugieran qu¨¦ incluir¨ªan en el Plan Nacional de Desarrollo de los pr¨®ximos cuatro a?os. Se trata de un nuevo experimento de democracia directa y M¨¢rquez es la ¡®madrina¡¯ encargada para el di¨¢logo en Buenaventura. ¡°La idea es que no sea lo de siempre, un Plan elaborado desde Bogot¨¢¡±, a?ade una de sus asesoras antes de que el avi¨®n despegue.
El avi¨®n de la Fuerza A¨¦rea, que saldr¨¢ a las 9 de la ma?ana, lleva a m¨¢s de uno que quiere dar la cara en este puerto olvidado. A M¨¢rquez la acompa?a un petit comit¨¦ con funcionarios del Ministerio del Interior, Minas, Transporte, Planeaci¨®n Nacional, Presidencia, y la directora de la Unidad de V¨ªctimas, Patricia Tob¨®n Yagar¨ª. La comitiva llega a un colegio de cemento donde a los ciudadanos les urge rodear a su vicepresidenta, la que naci¨® en su regi¨®n, la que les apoy¨® en el paro del 2017, la que hizo campa?a prometiendo una nueva cara para las comunidades negras.
Quieren m¨¢s que dar su opini¨®n sobre el Plan Nacional de Desarrollo. Multitudes se lanzan sobre M¨¢rquez buscando un abrazo, un apret¨®n de manos, y si tienen m¨¢s suerte, una selfie con ella. La vicepresidenta se ve al mismo tiempo feliz y abrumada al ser rodeada por una avalancha de seguidores como si fuera una estrella de Hollywood entrando por la alfombra roja. La figura global que fue escogida recientemente por la revista Time como una de las 100 l¨ªderes del futuro tiene a celebridades como Beyonc¨¦ o la actual Miss Universo manifestando que les gustar¨ªa conocerla. ¡°Pero Francia M¨¢rquez est¨¢ m¨¢s interesada en hacer trabajo territorial que en estar faranduleando por el mundo¡±, dice su asesora.
A la vicepresidenta no le alcanza el tiempo para abrazar a cada persona, se disculpa con ellos, pero insiste que est¨¢ ah¨ª para escuchar. ¡°Este no es el gobierno de Gustavo Petro y Francia M¨¢rquez, este es el gobierno de ustedes¡±, anuncia desde una tarima en la cancha de deportes de la escuela. ¡°Aqu¨ª estamos, construyendo desde la ra¨ªz¡±.
Entre el p¨²blico se ven varios miembros del movimiento social que la vicepresidenta lider¨® varios a?os¡ªPCN, o Proceso de Comunidades Negras¡ª y tambi¨¦n un estudiante universitario de 22 a?os llamado Johaner Delgado que espera a M¨¢rquez con ilusi¨®n. Fue elegido en enero como representante de juventudes de Buenaventura y asiste al encuentro para hablar del tema que m¨¢s le preocupa: c¨®mo consolidar la propuesta de ¡°Paz Total¡± de Petro.
Dos grupos armados, que ten¨ªan atemorizada a la ciudad, hicieron recientemente un pacto de no agresi¨®n motivados por un posible acuerdo con el nuevo gobierno. El puerto no ha tenido un homicidio en 40 d¨ªas, y M¨¢rquez ha estado considerando alianzas con empresarios para ofrecer empleo a los j¨®venes que solo han encontrado dinero en el mercado de la violencia. ¡°Somos el municipio del pa¨ªs m¨¢s avanzado en esto de la Paz Total, se redujeron los asesinatos, no se escucha mucho de robos¡±, dice Delgado ¡°Lo que yo quiero es que tengamos un di¨¢logo sobre c¨®mo podemos mantener eso, yo no quiero volver a hablar de muertos¡±.
Son casi las 11 de la ma?ana y los organizadores de la alcald¨ªa piden a los presentes dividirse en mesas. Hay reportes de lo desorganizados y ca¨®ticos que han sido los di¨¢logos vinculantes en otras regiones, pero en Buenaventura los convocados parecen saber perfectamente su lugar en el nuevo experimento democr¨¢tico. Se dispersan r¨¢pidamente para dirigirse a salones de clase donde se discutir¨¢n pol¨ªticas p¨²blicas para las juventudes, las mujeres, los pueblos ¨¦tnicos, las v¨ªctimas o la poblaci¨®n LGBTQ+. Si a las asambleas de la democracia antigua solo entraban los hombres blancos con propiedades, esta democracia directa en forma de di¨¢logos vinculantes se organiza de acuerdo a las identidades.
En total son 18 salones tem¨¢ticos y cada participante se sienta en un viejo pupitre. En cada sala se dividen en grupos a¨²n m¨¢s peque?os para hablar de un subtema del tema. En el sal¨®n de la Paz Total, un c¨ªrculo se enfoca en propuestas para contrarrestar las econom¨ªas il¨ªcitas del puerto, como el tr¨¢fico de coca¨ªna. ¡°Debemos volver a producir arroz¡±, propone un hombre viejo. ¡°Yo creo que debemos fortalecer el turismo¡±, dice uno m¨¢s joven. ¡°Eso est¨¢ bueno, an¨®talo¡±, le ordena una mujer.
Gilberto Aranda, l¨ªder de la asociaci¨®n de sordos de Buenaventura, es un hombre de 37 a?os frente del sal¨®n que dialogar¨¢ sobre la participaci¨®n de las personas con discapacidad. Le preocupa que la poblaci¨®n de sordos est¨¢ sobrerepresentada ese d¨ªa, as¨ª que espera en la puerta a que lleguen m¨¢s personas (ciegos o mudos, quiz¨¢s) antes de que arranque el di¨¢logo¡ªen este sal¨®n la conversaci¨®n ser¨¢ con lenguaje de se?as y el grupo espera presentar una propuesta concreta al final del d¨ªa. Quieren que todas las empresas del pa¨ªs, p¨²blicas y privadas, tengan la obligaci¨®n de contratar a personas con discapacidad, al menos 5% de su personal. ¡°Tambi¨¦n necesitamos m¨¢s interpretes en el sector salud y educaci¨®n¡±, dice Aranda, a trav¨¦s de una interprete que contrat¨® la alcald¨ªa para que la conversaci¨®n fuera posible.
El experimento democr¨¢tico, obviamente, es tambi¨¦n abrir una caja de pandora sin fondo. Buenaventura siente que todos los gobiernos pasados han fallado y la gente propone ahora caminos infinitos para su futuro: c¨®mo conectar su casa a la red wifi, c¨®mo evitar que les dejen de cortar el agua potable, c¨®mo financiar un nuevo banco que financie solo emprendimientos de mujeres. Cu¨¢l ser¨¢ la metodolog¨ªa para sistematizar ese universo de deseos en el Plan Nacional de Desarrollo, eso a¨²n no es claro.
¡°Pero por ahora esto ya es un avance social, que la gente se sienta escuchada¡±, dice uno de los miembros de la comitiva. Si el gobierno del expresidente Iv¨¢n Duque fue visto como aquel que estaba completamente desconectado de la ciudadan¨ªa (el gobernante que se hizo famoso por preguntar ¡°?de qu¨¦ me hablas, viejo?¡± cuando ni?os murieron en un bombardeo), el del Petro quiere pasar a la historia como aquel que se sent¨® en pupitres con unos 50 millones de ciudadanos.
Francia M¨¢rquez se aleja de las selfies un rato, se re¨²ne con autoridades locales a puerta cerrada en la rector¨ªa del colegio. Afuera la esperan un grupo de mujeres mayores con un sobre blanco donde est¨¢n sus propuestas. Ellas son representantes de la federaci¨®n de platoneras del Pac¨ªfico, un grupo de 800 mujeres que venden mariscos por las calles y plazas de mercado. ¡°Le queremos proponer a la vicepresidenta que venga a nuestro tercer encuentro, que ser¨¢ el 10 de diciembre, y que haga parte del jurado que escoge a la reina de las platoneras¡±, dice Nubia Vergara, una mujer de 55 a?os que carga el sobre que terminar¨¢ en manos de la vicepresidenta. ¡°Y que nos ayude a que se reconozca a nivel nacional el d¨ªa de las platoneras¡±.
No lejos de ella est¨¢ otra mujer vendiendo cocadas: vino a la mesa que discute la pol¨ªtica de v¨ªctimas, cuenta, pero tambi¨¦n le pareci¨® un buen momento para repartir peque?as muestras de degustaci¨®n entre los presentes. ¡°Yo creo que m¨¢s del 90 por ciento de Buenaventura somos v¨ªctimas de la guerra¡±, dice un conocido de la misma mesa. La mujer vende todas las cocadas que llev¨® ese d¨ªa.
Francia M¨¢rquez sale de la reuni¨®n privada y vuelve a la tarima hacia las 3 de la tarde. Los voceros de cada mesa tem¨¢tica le exponen, en cuatro minutos cada uno, sus propuestas para mejorar a Buenaventura, al Pac¨ªfico y a Colombia. La vicepresidenta anota en una libreta algunas propuestas, sonr¨ªe, abraza a algunos cuando terminan de hablar. Les quiere dar buenas noticias. Ella fue encargada en septiembre, por decreto del presidente, para implementar esos acuerdos que los manifestantes del puerto lograron en 2017 con el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos. Los acuerdos nunca se cumplieron, dice M¨¢rquez.
¡°Al llegar al gobierno yo pregunt¨¦, de los 156 acuerdos, ?cu¨¢les se han cumplido? ?Cu¨¢les ya ten¨ªan estudio? Y me dijeron: ninguno¡±, a?ade. Ella est¨¢ en Buenaventura porque quiere dar buenas noticias. La primera es que el gobierno ya asign¨®, en el presupuesto del pr¨®ximo a?o, 600 mil millones de pesos para que se cumplan esos acuerdos. La segunda es que, si se aprueba la reforma tributaria, Buenaventura contar¨¢ con un bill¨®n de pesos anuales para cumplir sus metas. La tercera, que ya se firm¨® un nuevo Plan Integral Especial para que los compromisos se cumplan en 10 a?os, prorrogables por 10 a?os m¨¢s.
¡°Este plan no surge de la institucionalidad, surge de un mandato del pueblo¡±, dice M¨¢rquez a un p¨²blico que la esper¨® con marimbas y no logra quedarse sentado en las sillas blancas rimax cuando escucha el carism¨¢tico discurso de M¨¢rquez. ¡°Este es un proceso que empez¨® luchando por la libertad, quit¨¢ndonos las cadenas, rompiendo los grilletes, no solo las cadenas f¨ªsicas sino las cadenas mentales. Siempre nos dijeron que no se pod¨ªa y estamos demostrando que s¨ª se puede, y que cuando el pueblo trabaja unido, el pueblo logra los cambios que se merece¡±, dice enf¨¢tica.
Los presentes aplauden, le gritan que s¨ª, que no se rinden, que se puede ¡°vivir sabroso, carajo¡±. Le responden que Buenaventura no confi¨® en los dem¨¢s pero que conf¨ªan en ella. ¡°La vicepresidencia no es el fin. La presidencia tampoco es el fin. Eso es un medio. El fin es lograr parir la dignidad, el fin es lograr parir la justicia social¡±, les dice M¨¢rquez al cerrar el di¨¢logo vinculante hacia las cuatro y media de la tarde. La decena de guardaespaldas que la acompa?an se prepara entonces para enfrentar a la multitud de nuevo y lograr dirigir a la vicepresidenta hacia el carro blindado que la devolver¨¢ a un avi¨®n de la Fuerza A¨¦rea. M¨¢rquez se ve abrumada, cansada. Al final del d¨ªa se lleva en su cuaderno los sue?os que Buenaventura a¨²n tiene para un futuro m¨¢s digno.
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