La saga de los Gilinski y el GEA escala a la justicia
El fracaso de una oferta de la familia real de Abu Dabi por comprar m¨ªnimo el 25% de Nutresa marca el fin de las ofertas comerciales y el inicio de una fase legal en la toma hostil m¨¢s sonada de Colombia en d¨¦cadas
Una empresa que cotiza en la Bolsa de Colombia, due?a del banco m¨¢s grande del pa¨ªs y con operaciones en 11 pa¨ªses, dio una noticia con todo despliegue este viernes. No eran sus resultados financieros, una adquisici¨®n ni un producto nuevo. Divulg¨® la decisi¨®n de un juez que ordena a sus directivas no ejecutar una debatida decisi¨®n de algunos miembros de su junta directiva que significar¨ªa el fin de un conglomerado econ¨®mico que produce el 6,7% del PIB del pa¨ªs. Ese despliegue, y el fracaso de un ¨²ltimo intento para que esa empresa vendiera sus acciones en otra, marca que una puja empresarial se convirti¨® en una de abogados.
La empresa es Grupo Sura, una de las tres holding que conforman la c¨²spide del llamado Grupo Empresarial Antioque?o (GEA), la encargada de los negocios financieros. Tiene el 35% de las acciones de cada una de las otras dos, la industrial Grupo Agros y la de alimentos Grupo Nutresa, que se niega a vender. Esa participaci¨®n cruzada es una suerte de Keiretsu colombianizado, y surgi¨® como un enroque defensivo entre varias empresas antioque?as en la d¨¦cada de los 70 del siglo XX, como forma de evitar que los conglomerados familiares que estaban surgiendo entonces y eran de otras regiones, los Michelsen, Santo Domingo o Ardila L¨¹lle, las absorbieran. Se llam¨® el Sindicato Antioque?o, y lo logr¨®. Tambi¨¦n evit¨® que entrara dineros del narcotr¨¢fico a esas empresas.
Termin¨® convertido en un conglomerado sin un due?o claro: con miles de accionistas individuales, muchos familiares entre s¨ª y herederos de los fundadores de las primeras empresas, ninguno ten¨ªa una participaci¨®n sustancial. En noviembre de 2021 Nutresa sumaba m¨¢s de 12.000 accionistas y ninguna persona o familia llegaba a tener el 1%. Los administradores ten¨ªan m¨¢s poder que en otras empresas, pues ning¨²n accionista los pod¨ªa presionar o sacar f¨¢cilmente. Eso, y que las acciones de las tres holding cotizaran en la bolsa, es inusual en un pa¨ªs de empresas concentradas.
Esa propiedad democratizada fue punto de partida de la puja. Justo hace un a?o la familia Gilinski, una de las m¨¢s ricas de Colombia y encabezada por Jaime Gilinski Bacal, inici¨® un intento de toma hostil de las empresas con fondos de la familia real de Abu Dabi. Present¨® una oferta p¨²blica de adquisici¨®n (OPA) en la bolsa, para comprar entre el 50.1% y el 62.2% de Nutresa. La meta era clara: controlar la empresa y por esa v¨ªa, controlar todo el GEA. ¡°Queremos desenrocar las empresas y enfocarlas¡±,, comentaba gente cerca a los Gilinski a este diario. Y es que si obten¨ªan la mayor¨ªa en Nutresa, podr¨ªan designar a sus administradores y manejar los derechos de voto que tiene en Sura y Argos.
Pero eso no fue todo. Apenas dos semanas despu¨¦s de esa primera OPA, hizo otra por Grupo Sura, principal accionista de Bancolombia, el principal banco del pa¨ªs y del que los Gilinski fueron accionistas junto con los antioque?os, en una relaci¨®n que termin¨® con una larga pelea jur¨ªdica. El ¨¦xito de cualquier de las OPA derrumbaba la fortaleza.
El gancho era claro. Los Gilinski ofrec¨ªan un buen precio. En el caso de Nutresa, la acci¨®n cotizaba a 5,62 d¨®lares en la bolsa cuando presentaron la OPA, y ofrec¨ªan 7,71 d¨®lares, un sobreprecio del 37%. Para las otras holding, era una posibilidad de recibir capital l¨ªquido para pagar deudas o invertir en sus sectores, a cambio de perder el enroque. Tras debates y discusiones, ninguna de las holding decidi¨® vender, pero ante el atractivo miles de accionistas, incluyendo la administradora de fondos de pensiones Protecci¨®n (que controla Sura), lo hicieron. El Grupo Gilinski ser¨ªan socios significativos, con el 25.25% de Sura y el 27.69% de Nutresa, pero no ten¨ªan mayor¨ªa.
La partida iba en tablas y aseguraba a los Gilinski llegar con fuerza a sus asambleas, que por ley se deben hacer por lo menos una vez al a?o antes del 31 de marzo y en las que se eligen las juntas directivas. Entraron en ellas e hicieron dos Opas m¨¢s por Sura y Nutresa, cada vez con precios m¨¢s altos, para buscar m¨¢s poder de voto y la posibilidad de tener mayor¨ªas en las juntas. Crecieron pero ya no hab¨ªa muchos interesados m¨¢s. Desistieron de la tercera por Nutresa. A mitad de a?o intentaron una OPA por Argos, de la que tambi¨¦n se retiraron, y pararon. Hab¨ªan invertido m¨¢s de 3.500 millones d¨®lares para obtener el 38% de Sura y el 30.8% de Nutresa, y tres de los siete puestos de la junta de Sura, m¨¢s dos de los siete de Nutresa. Lo hab¨ªan logrado esencialmente con el atractivo de sus ofertas y con la fuerza medi¨¢tica de Revista Semana, de su propiedad, pero sin grandes choques jur¨ªdicos.
De lo financiero a lo jur¨ªdico
Desde junio la situaci¨®n cada vez se parece m¨¢s a la larga batalla legal que tuvieron los Gilinski y el GEA por Bancolombia. En 1997 el Grupo Gilinski era due?o de la mayor¨ªa de Bancolombia y le vendi¨® el 51% a los antioque?os, due?os del Banco Industrial Colombiano. ?stos los fusionaron en 1999 para crear Bancolombia, y de lado y lado se acusaron de malos manejos, enga?os y dem¨¢s. La pelea, con procesos legales de todo tipo, incluso penales, solo termin¨® en 2010. Su sombra planea sobre el intento de toma hostil.
Inicialmente lo legal gan¨® relevancia en medio de la OPA por Argos, cuando hubo discusiones en Sura y Nutresa sobre las inhabilidades de miembros de los dos sectores en sus juntas directivas, y varios de ellos renunciaron por ello. En paralelo, las superintendencias Financiera y de Sociedades decidieron de oficio investigar si el GEA es un grupo econ¨®mico, una categor¨ªa jur¨ªdica que tendr¨ªa como consecuencia la obligaci¨®n de deshacer el enroque.
La tensi¨®n creci¨® a¨²n m¨¢s en septiembre cuando Semana se revel¨® que Sura hab¨ªa demandado una decisi¨®n de la Superintendencia de Salud que autoriz¨® la primera OPA y, apenas, una semana despu¨¦s, la International Holding Corporation (IHC), la misma empresa que financi¨® las Opas de los Gilinski, lanz¨® su propia OPA. Ofrec¨ªa comprar entre el 25% y el 31,25 % de Nutresa. Si lo lograba, los dos aliados sumados tendr¨ªan la mayor¨ªa en esa empresa y podr¨ªan deshacer el enroque.
La llave estaba en la junta de Sura, que decide si vende sus acciones en Nutresa. All¨ª la discusi¨®n legal se torn¨® central cuando, tras la renovaci¨®n de la junta el 3 de octubre, los Gilinski pidieron una asamblea para revisar si los elegidos ten¨ªan inhabilidades para decidir sobre la OPA. Los cuatro que no representaban a los Gilinski, explicaron que ellos y sus familias ten¨ªan participaciones accionarias peque?as en varias compa?¨ªas del GEA, incluyendo Nutresa. Aunque la asamblea les dio el aval para seguir participando, los Gilinski demandaron ante la Superintendencia de Sociedades. Ganaron. ¡°Como parte de las medidas cautelares decretadas por la Superintendencia de Sociedades, se orden¨® a los Directores Luis Javier Zuluaga Palacio y Sebasti¨¢n Orejuela Mart¨ªnez abstenerse de participar en deliberaciones y decisiones de la Junta Directiva de Grupo SURA, relacionada con la participaci¨®n de dicha sociedad en la OPA formulada por IHC Capital Holding¡±, explica Sura en un comunicado del 5 de noviembre.
Esa decisi¨®n produjo un estallido ?La mayor¨ªa de la junta bajar¨ªa a ser de tres, porque solo cinco miembros pod¨ªan actuar, o segu¨ªa siendo de cuatro? Los tres delegados de los Gilinski (Angela Mar¨ªa Tafur, Andr¨¦s Bernal Correa y Ximena Lombana, ministra de Comercio del Gobierno de Iv¨¢n Duque) entendieron que eran mayor¨ªa y el jueves 10 de noviembre decidieron que Sura s¨ª le vender¨ªa a IHC. Los cuatro miembros restantes renunciaron ese mismo d¨ªa y dijeron que la decisi¨®n no era v¨¢lida.
El reloj corr¨ªa, porque la OPA de IHC venc¨ªa este viernes 18. La semana corta por el puente estuvo movida. El martes, Sura public¨® un anuncio que dice su junta ¡°no ha tomado decisi¨®n alguna para la venta de las acciones de Grupo Sura en Grupo Nutresa¡± y que ¡°La supuesta ¡°acta¡± que circula en medios, es un documento privado entre tres personas que no tienen la capacidad legal ni estatutaria de tomar la decisi¨®n¡±. El mi¨¦rcoles el Tribunal Superior de Bogot¨¢ admiti¨® una tutela de Nutresa contra la suspensi¨®n de los dos miembros por la Superintendencia, pero neg¨® la solicitud de congelar esa suspensi¨®n antes de emitir una sentencia. Ese mismo d¨ªa Semana public¨® un ¡°Comunicado a la opini¨®n p¨²blica desmintiendo a la alta gerencia de Sura¡±, que dice que fue ¡°emitido por los abogados del Grupo Gilinski¡±, y en el que argumenta que el anuncio de Sura es ilegal. EL choque qued¨® en el terreno legal.
Incluso cuando el jueves los Gilinski decidieron que vender¨ªan entre el 5% y el 9,99% de Nutresa a sus aliados de IHC como forma de pagarle parte de su deuda, ten¨ªa un cariz jur¨ªdico: abr¨ªa la puerta a demandar a los administradores de Argos y Sura si no le venden a IHC, alegando que los impacta porque les impide hacer un buen negocio. Ese mismo d¨ªa un juez de Medell¨ªn le dio la raz¨®n a un pensionado y peque?o accionista de Sura que ped¨ªa que la empresa no reconociera las decisiones tomadas por menos de cuatro miembros de la junta, es decir, le dio un sustento legal a la negativa de vender.
El viernes se termin¨® el plazo e IHC solo logr¨® que le quisieran vender 7,71% de las acciones, incluyendo el 5% de Gilinski, por lo que la OPA qued¨® desierta. Pero no as¨ª la puja. No tanto porque el martes habr¨¢ una asamblea de Sura para elegir una nueva junta, sino porque los cruces de acciones legales apenas est¨¢n comenzando. As¨ª lo dej¨® claro Camilo Mart¨ªnez, abogado de los Gilinski y socio de la firma DLA Piper, al diario La Rep¨²blica: ¡°Los accionistas tendr¨¢n la legitimaci¨®n para iniciar acciones contra los representantes legales que no hayan cumplido con la orden dispuesta por la Junta Directiva. Esas acciones legales se resuelven en sede jurisdiccional de la Supersociedades. Seguramente tambi¨¦n se plantear¨¢n quejas, y esas las resolver¨¢ la Superintendencia Financiera.¡± La ¨²ltima vez que eso pas¨® con los mismos protagonistas, la pelea lleg¨® a las m¨¢s altas cortes colombianas, a juzgados en Estados Unidos y al Congreso.
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