Guerras con venezuela
Los conflictos de Colombia y Venezuela son de vieja data y de mucho peligro
Los conflictos de Colombia y Venezuela son de vieja data y de mucho peligro. La pel¨ªcula arranca en el siglo XIX y se prolonga hasta nuestros d¨ªas. En 1891 un laudo arbitral del reino de Espa?a para definir los l¨ªmites entre las dos naciones no se pudo atender por las interferencias pol¨ªticas de la lucha civil en Colombia en 1898. Venezuela resolvi¨® intervenir en la pugna apoyando a los rebeldes colombianos. En reciprocidad, el gobierno conservador prest¨® ayuda a los enemigos del presidente de Venezuela, invadi¨® al vecino pa¨ªs por la regi¨®n del T¨¢chira. En represalia, Venezuela organiz¨® dos expediciones contra Colombia para invadir la pen¨ªnsula Guajira. Todos los intentos fracasaron.
En 1952 tuvimos un debate de l¨ªmites por cuenta del Archipi¨¦lago de los Monjes. Ambos pa¨ªses sosten¨ªan haber ejercido soberan¨ªa sobre dichos islotes. Una pr¨¢ctica de artiller¨ªa sobre dichos ¡°blancos solitarios¡± realizada por una embarcaci¨®n de militares colombianos provoc¨® la ira del presidente de Venezuela, Marcos P¨¦rez Jim¨¦nez, quien amenaz¨® al Embajador de Colombia en Caracas, con invadir al territorio de la Guajira. Para impedir la invasi¨®n hubo que entregar una nota diplom¨¢tica mediante la cual se reconoc¨ªa ¡°que Venezuela hab¨ªa ejercido actos de soberan¨ªa en el pasado sin objeci¨®n de Colombia¡±. As¨ª le hicimos el quite a una posible y absurda confrontaci¨®n militar.
En 1987 el episodio fue m¨¢s azaroso porque estuvimos a cinco minutos del ataque venezolano a una corbeta colombiana. Dos embarcaciones con bandera de uno y otro pa¨ªs se encontraron y ambas ordenaron a la otra retirarse de la zona. El presidente venezolano de turno, Jaime Lusinchi, orden¨® la movilizaci¨®n de tropas sobre la frontera para cerrarla y pidi¨® a los venezolanos residenciados en cercan¨ªas a Colombia retornar a su pa¨ªs. Era inminente el conflicto. El presidente de Colombia, Virgilio Barco, orden¨® el retiro de la fragata causante del litigio y apag¨® el incendio que promet¨ªa un holocausto para ambos lados de la frontera. El presidente Barco aguant¨® hasta donde pudo. Ah¨ª est¨¢ vivo el diferendo lim¨ªtrofe. Colombia tiene poderosos argumentos para defender sus derechos. Venezuela cree lo propio.
De ah¨ª la importancia de haber reanudado la relaci¨®n (el 28/08/2022) entre los pa¨ªses de Sim¨®n Bol¨ªvar. No jugar a la guerra recomienda el sentido com¨²n y la inteligencia.
No pueden olvidar los Estados Unidos que en 1981 armaron a Venezuela con veinticuatro aviones de combate F -16 sin ninguna consideraci¨®n con Colombia, dada las diferencias que afectaban a la relaci¨®n colombo-venezolana y que los norteamericanos conoc¨ªan perfectamente.
Nunca aceptaron los Estados Unidos equiparar el desequilibro que se produc¨ªa en materia de defensa, lo cual nos oblig¨® a comprar los Kfir ¡°punta de lanza de la fuerza a¨¦rea colombiana¡±, aviones de la familia Mirage pero inferiores en potencia a los F-16 venezolanos. Con el cambio de la geopol¨ªtica mundial, Venezuela se llen¨® de Sukoi rusos y Hongdu chinos, al tiempo que nuestros Kfir ¡°sacan la mano¡± el a?o entrante.
Cuatro pa¨ªses han mostrado inter¨¦s en ofertar a Colombia sus modelos de aviones de combate: Estados Unidos, Suecia, Francia y Espa?a. La decisi¨®n no es solo de alta tecnolog¨ªa sino tambi¨¦n pol¨ªtica.
Ahora bien: el protagonismo de Venezuela en la pol¨ªtica mundial es indiscutible, no necesariamente para bien. Tienen problemas delicados de derechos humanos y una migraci¨®n escandalosa. Han puesto patas arriba a la comunidad internacional. 72 pa¨ªses reconocieron como presidente interino a un se?or que representa a una oposici¨®n sin facultad o potencia de hacer algo y el gobierno de Maduro se comporta como Johnny Walker, adem¨¢s tiene ahora de ¡°nuevos mejores amigos¡± a Rusia y a China.
Colombia viene jugando un papel principal en los esfuerzos para restablecer la democracia en Venezuela. Lo primero fue la propuesta de ingresar nuevamente al Sistema Interamericano de Derechos humanos y de ah¨ª dar el salto a unas elecciones con garant¨ªas para encarrilar a la democracia venezolana a trav¨¦s de los acuerdos que se consigan en la Ciudad de M¨¦xico. Los m¨¢s interesados en esta reformulaci¨®n pol¨ªtica son los Estados Unidos quienes nunca han necesitado tanto a Colombia para poder perfeccionarla. Lo parad¨®jico de esta f¨®rmula m¨¢gica es que el centro de la negociaci¨®n, la materia prima, sea el petr¨®leo, tan cerca del cielo, pero tan lejos del pensamiento del presidente Petro.
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