Solo 3 de los 12 embajadores de Petro en Am¨¦rica Latina son de carrera diplom¨¢tica
Las designaciones diplom¨¢ticas en una regi¨®n prioritaria para el Gobierno desdicen de sus promesas de campa?a, pues en su mayor¨ªa son aliados pol¨ªticos
La consolidaci¨®n de una relaci¨®n especial con Am¨¦rica Latina da se?ales ambivalentes en el Gobierno de Gustavo Petro. Al menos as¨ª lo demuestran las ¨²ltimas designaciones diplom¨¢ticas, que preservan la tradici¨®n de utilizar las embajadas para cumplir con cuotas pol¨ªticas o ayudar a personas cercanas. El nuevo embajador en Paraguay, por ejemplo, ser¨¢ el exsenador conservador Juan Manuel Corzo. No importa que figuras de la alianza gobernante hubiesen cuestionado su nombramiento en Cuba durante el Gobierno de ...
La consolidaci¨®n de una relaci¨®n especial con Am¨¦rica Latina da se?ales ambivalentes en el Gobierno de Gustavo Petro. Al menos as¨ª lo demuestran las ¨²ltimas designaciones diplom¨¢ticas, que preservan la tradici¨®n de utilizar las embajadas para cumplir con cuotas pol¨ªticas o ayudar a personas cercanas. El nuevo embajador en Paraguay, por ejemplo, ser¨¢ el exsenador conservador Juan Manuel Corzo. No importa que figuras de la alianza gobernante hubiesen cuestionado su nombramiento en Cuba durante el Gobierno de Iv¨¢n Duque ni que Corzo haya militado siempre en las ant¨ªpodas de Petro. La prioridad no es Paraguay, sino recompensar el apoyo pol¨ªtico de uno de los partidos tradicionales. Solo 3 de los 12 embajadores que Petro ha designado en Am¨¦rica Latina son diplom¨¢ticos de carrera.
Colombia siempre ha sobresalido en la regi¨®n por el limitado espacio que reserva para los diplom¨¢ticos profesionales. El pa¨ªs andino tiene una cuota de solo el 20% de los cargos de embajador para quienes se forman en la Academia Diplom¨¢tica Augusto Ram¨ªrez Ocampo. Es una cifra muy inferior a la que existe otros pa¨ªses: Brasil solo permite un 10% de embajadores pol¨ªticos, mientras que Argentina los limita en 25 de 85 (el 70% deben ser de carrera). Adem¨¢s, la designaci¨®n de embajadores colombianos no requiere de la aprobaci¨®n del Congreso, como sucede en otros Estados.
El pa¨ªs no ve su pol¨ªtica exterior como una prioridad, seg¨²n coinciden los expertos consultados. Falta inversi¨®n en la academia diplom¨¢tica, hay un inter¨¦s limitado en asuntos internacionales por parte de las ¨¦lites y la atenci¨®n se centraliza en la gobernabilidad dentro del pa¨ªs. Sandra Borda, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad de Los Andes, explica por tel¨¦fono que es esencial analizar el impacto que tiene la tendencia del Legislativo en formar coaliciones amplias a favor del Ejecutivo de turno. ¡°M¨²ltiples partidos deciden apoyar al Gobierno a cambio de cuotas. Y las plazas diplom¨¢ticas son muy codiciadas, porque dan la oportunidad a los cuadros pol¨ªticos de vivir un tiempo en el exterior¡±, comenta.
Gustavo Petro prometi¨® cambios en estos temas durante su campa?a presidencial. Dec¨ªa que el servicio exterior deb¨ªa profesionalizarse, como reclamaban sus aliados pol¨ªticos cuando eran oposici¨®n. Y afirmaba que Am¨¦rica Latina ser¨ªa una prioridad, como establece la Constituci¨®n dentro de sus principios fundamentales. ¡°La pol¨ªtica exterior de Colombia se orientar¨¢ hacia la integraci¨®n latinoamericana y del Caribe¡±, lee el art¨ªculo 9.
Pero los nombramientos no evidencian una ruptura con la tradici¨®n o un tratamiento especial hacia Am¨¦rica Latina. El diplom¨¢tico de carrera Juan Jos¨¦ Quintana, por ejemplo, quer¨ªa ser embajador en Brasil y su designaci¨®n estaba casi firmada. El Gobierno, no obstante, decidi¨® enviarlo a Uruguay y nombrar en vez al excongresista y exministro Guillermo Rivera para manejar el v¨ªnculo con el gigante sudamericano. Rivera no tiene experiencia diplom¨¢tica pero es cercano a Juan Fernando Cristo, ministro del Interior de Juan Manuel Santos y uno de los primeros pol¨ªticos centristas en apoyar la candidatura de Petro tras la derrota de Sergio Fajardo en la primera vuelta.
Algo similar ocurri¨® con Paraguay. El designado fue Juan Manuel Corzo, un pol¨ªtico conservador del Norte de Santander que tiene acusaciones de corrupci¨®n en su contra. Mauricio Jaramillo, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, comenta por tel¨¦fono que esto forma parte de la estrategia de ¡°jugar¡± con la burocracia diplom¨¢tica para ganar gobernabilidad dentro del pa¨ªs. ¡°Parece que a Colombia le importa muy poco la relaci¨®n con Paraguay y por eso lo mandan all¨¢¡±. Lo mismo se?ala por tel¨¦fono Fernando Cepeda Ulloa, exministro de Gobierno de Virgilio Barco Vargas y exembajador en varios pa¨ªses. ¡°Paraguay no es una de las embajadas deseadas por un pol¨ªtico. Varios no la aceptar¨ªan. Pero es c¨®moda y tranquila¡±, remarca.
Un caso algo diferente es el de la representaci¨®n en M¨¦xico. El embajador designado, Mois¨¦s Ninco Daza, no tiene experiencia diplom¨¢tica y tampoco un t¨ªtulo profesional, pero su nombramiento no busca satisfacer a los aliados pol¨ªticos. Es, en vez, un mensaje a las bases del partido de Petro, el Pacto Hist¨®rico, ya que Ninco fue coordinador de redes sociales del presidente. Una vez m¨¢s, la relaci¨®n con el pa¨ªs implicado queda en un segundo plano. Para Mauricio Jaramillo, esto es especialmente grave porque M¨¦xico es el pa¨ªs en el que se realizar¨¢n las negociaciones por la paz con el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional.
Un ¨²ltimo caso es el del excongresista Le¨®n Fredy Mu?oz en Nicaragua, una embajada de especial importancia para Colombia por el diferendo lim¨ªtrofe entre los dos pa¨ªses.
Aparte de Quintana en Uruguay, solo hay diplom¨¢ticos de carrera en Guatemala, con Victoria Gonz¨¢lez Ariza; y Panam¨¢, con Mauricio Baquero Pardo.
Los expertos consultados matizan que no est¨¢ mal tener embajadores pol¨ªticos. En algunos casos permiten cierta flexibilidad y dan seguridad al presidente. Fernando Cepeda se?ala, por ejemplo, el caso de Armando Benedetti en Venezuela. ¡°Es muy h¨¢bil con el Gobierno, el Congreso y los medios. Un embajador de carrera se cuida mucho m¨¢s y a veces se necesita alguien que tome riesgos, que se la juegue¡±, remarca. Algo similar opina Jaramillo sobre el nuevo embajador en Argentina y exprecandidato presidencial del Pacto Hist¨®rico, Camilo Romero. Para ¨¦l, es un pol¨ªtico que tiene experiencia y sabe ¡°negociar¡±.
Las designaci¨®n de Corzo en Paraguay, sin embargo, ha rebalsado el vaso. El presidente de la C¨¢mara de Representantes, David Racero, se quej¨® la semana pasada sobre el tema en una carta que mand¨® al ministro de Relaciones Exteriores, ?lvaro Leyva. ¡°No tengo el porqu¨¦ cambiar mi posici¨®n cr¨ªtica ante algo que no comparto. Y parte de eso tiene que ver con algunos nombramientos como el del se?or Corzo, que sin lugar a dudas el Gobierno tiene que explicar¡±, dijo despu¨¦s a W Radio. Fue una situaci¨®n incomoda: Racero critic¨® en 2019 al Ejecutivo de Iv¨¢n Duque por la designaci¨®n de Corzo en Cuba y ha sido uno de los principales impulsores de alcanzar un 50% de profesionalizaci¨®n.
La Canciller¨ªa ha confirmado a este peri¨®dico que prepara una respuesta a Racero para la semana que viene. Los analistas consultados, sin embargo, no ven el reclamo a Leyva como relevante en un pa¨ªs donde el presidente es quien maneja la pol¨ªtica exterior. ¡°La carta para Leyva carece de significado. El ministro de Relaciones Exteriores en realidad es el presidente¡±, se?ala Fernando Cepeda.
Los nombramientos en Am¨¦rica Latina, una regi¨®n supuestamente prioritaria, reflejan la larga tradici¨®n de relegar la pol¨ªtica exterior. Cepeda rememora, por ejemplo, lo que sent¨ªa al volver a Colombia tras sus periodos como embajador. ¡°Me iba sin instrucciones, regresaba y a nadie le importaba¡±, comenta. Y Sandra Borda remarca las diferencias que tienen sus estudiantes en Colombia con los que ha tenido en M¨¦xico y Brasil. Los ¨²ltimos compet¨ªan por ingresar en las academias diplom¨¢ticas, algo que daba prestigio. Los colombianos, en cambio, no ven oportunidades.
Diversidad entre los embajadores pol¨ªticos
Los analistas consultados aprueban la designación en Estados Unidos de Luis Gilberto Murillo, exministro de Medio Ambiente de Juan Manuel Santos y excandidato vicepresidencial de Sergio Fajardo. Mauricio Jaramillo señala sus vínculos cercanos con el Departamento de Estado, mientras que Sandra Borda lo destaca como “un ejemplo claro” de que se puede designar a alguien apropiado para el puesto y a la vez satisfacer a los aliados políticos. Además, Fernando Cepeda resalta como “excepcional” el nombramiento en las Naciones Unidas de la líder indígena Leonor Zalabata.
Las críticas, más allá de América Latina, se enfocan en Europa. Ha causado revuelo la designación en Italia de Ligia Margarita Quessep, amiga de la primera dama, Verónica Alcocer. También ha llamado la atención el nombramiento en España de Eduardo Ávila Navarrete, un empresario del sector tecnológico. Ninguno tiene experiencia diplomática, aunque Cepeda reconoce que Ávila ha generado “simpatía” entre sus conocidos en España.
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