L¨®pez Obrador consolida su estrategia contra la oposici¨®n al nombrar exgobernadores del PRI como embajadores

El presidente del Gobierno ha propuesto al gobernador priista de Quintana Roo para embajador de Canad¨¢. Carlos Joaqu¨ªn Gonz¨¢lez consolida as¨ª la tradici¨®n de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador de situar en las legaciones internacionales a dirigentes de partidos pol¨ªticos que no son el suyo. Este es el cuarto caso que se da en el sexenio, como si tratara de una estrategia pol¨ªtica bien reflexionada. Los anteriores nombramientos fueron enfadando a la oposici¨®n, que ve¨ªa c¨®mo sus dirigentes de ayer eran ma?ana altos cargos del Gobierno morenista. Tan evidente se hizo la jugada que en conversaciones de pasillo, el PRI insinuaba que portarse bien, es decir, no estorbar a Morena en las elecciones, garantizaba un jugoso puesto al gobernador saliente.

El priista Quirino Ordaz fue enviado en marzo a la embajada mexicana en Espa?a, una vez concluida su gubernatura en Sinaloa. Le cost¨® la expulsi¨®n de su partido. Tambi¨¦n priista, la que fuera gobernadora de Sonora, Claudia Paulovich, es desde enero de este a?o c¨®nsul en Barcelona. Asimismo, el PRI respondi¨® con la expulsi¨®n. Y la misma suerte corri¨® Miguel Aysa, que march¨® como embajador de Rep¨²blica Dominicana tras ser gobernador priista de Campeche.

Carlos Joaqu¨ªn Gonz¨¢lez visit¨® este lunes el Palacio Nacional, supuestamente para tratar asuntos de Hacienda, pero le vieron salir por la puerta por la que el presidente despide a sus visitas. Un d¨ªa despu¨¦s, L¨®pez Obrador confirm¨® que ser¨¢ su hombre en Canad¨¢. Gonz¨¢lez gobierna bajo las siglas del PRD, es decir, pertenece a la alianza de partidos forjada para competir contra Morena, un bloque opositor que el presidente mexicano agrieta con estos nombramientos.

Con la expulsi¨®n de Paulovich, a finales de junio, el PRI mandaba un mensaje inequ¨ªvoco a los correligionarios que tuvieran la tentaci¨®n de sucumbir a las diplom¨¢ticas propuestas del presidente. Gonz¨¢lez lleg¨® al Gobierno de Quintana Roo impulsado por el PRD y en alianza con el PAN. Ya no milita en el PRI, y aunque as¨ª fuera, el partido no amedrenta a nadie, sumido como est¨¢ en una fenomenal crisis interna.

Los movimientos de L¨®pez Obrador pueden ser desconcertantes para la oposici¨®n. Hace ahora un a?o, el presidente invit¨® a Antonio Echevarr¨ªa a colaborar con el Gobierno federal en alg¨²n puesto entonces por determinar. ¡°To?o¡±, como le llamaba, dejaba entonces la gubernatura de Nayarit, bajo las siglas del PAN, y el presidente alab¨® el trabajo desempe?ado por el panista para pacificar uno de los Estados m¨¢s violentos del pa¨ªs.

Mover las piezas del ajedrez exterior con fines de pol¨ªtica interna no es algo propio de M¨¦xico -lo hacen muchos pa¨ªses en el mundo- ni solo de este Gobierno. ¡°Se ha dado en todos los sexenios anteriores. Lo verdaderamente triste es que L¨®pez Obrador prometi¨® lo contrario¡±, dice Martha B¨¢rcena, que inaugur¨® el sexenio como embajadora en Estados Unidos. Diplom¨¢tica de carrera, explica que es com¨²n que un colega de gobernanza que se vuelve un estorbo en casa, por la raz¨®n que sea, alcance ese retiro dorado en el exterior de la noche a la ma?ana. ¡°O que se paguen favores pol¨ªticos con esos nombramientos. Como si ser miembro del servicio exterior pudiera improvisarse, como si se pudiera aprender a ser embajador en tres meses¡±, dice B¨¢rcena.

La diplom¨¢tica aclara que estos reci¨¦n llegados no tienen por qu¨¦ ser malos embajadores, ¡°depender¨¢ de cada caso¡±, pero alguno quiz¨¢ s¨ª corrupto, porque otra de las razones del intercambio de favores es conseguir la impunidad: yo te ayudo en tu prop¨®sito pol¨ªtico y t¨² me concedes un cargo que me libra de la justicia al menos por unos a?os. ¡°En algunos casos solo hay que leer la prensa local, ?verdad? Habr¨ªa que probarlo, pero como se dice, si el r¨ªo suena¡­¡±, apunta B¨¢rcena.

En esos casos, ?c¨®mo reciben los pa¨ªses a estos pol¨ªticos que no han sido precisamente diplom¨¢ticos en su anterior quehacer como gobernantes? ¡°Bueno, Espa?a tard¨® en conceder el benepl¨¢cito, tambi¨¦n hubo problemas en Panam¨¢. A buen entendedor, pocas palabras bastan. Pero ninguno de los pa¨ªses tiene, finalmente, inter¨¦s en alargar el conflicto. Despu¨¦s de todo es una pr¨¢ctica com¨²n en todo el mundo¡±, asegura B¨¢rcena.

Los gestos del presidente L¨®pez Obrador con dirigentes de otros partidos, sin embargo, no se compadecen con el d¨ªa a d¨ªa de su pol¨ªtica, donde manifiesta un alejamiento de sus adversarios pol¨ªticos del que estos se quejan. Por ejemplo, la dirigente panista de Chihuahua, Maru Campos, lament¨® que ning¨²n gobernador que no fuera de Morena hubiera recibido invitaci¨®n al informe de Gobierno que ley¨® recientemente el presidente. Tampoco se re¨²ne el inquilino del Palacio Nacional con los l¨ªderes de los partidos. Ni viaja al extranjero. Pero s¨ª manda a esos pa¨ªses a priistas, lo que apunta a una estrategia de desgaste de la oposici¨®n. ¡°Eso destroza la solidaridad interior de los partidos pol¨ªticos, porque les desposeen de sus buenos cuadros, dado que fueron gobernadores¡±, sugiere B¨¢rcena.

Castigos y premios. As¨ª explica esta pol¨ªtica la anterior embajadora mexicana en los Estados Unidos. ¡°Hay pa¨ªses que pueden permitirse jugar de ese modo, y se lo coment¨¦ al presidente [L¨®pez Obrador] en alguna ocasi¨®n. Porque se trata de pa¨ªses grandes, como Estados Unidos, con un servicio exterior donde los segundos y terceros niveles cuentan con gente muy preparada¡±. O quiz¨¢ tambi¨¦n pueden actuar as¨ª en pa¨ªses peque?os, sin gran trascendencia geopol¨ªtica. ¡°Pero naciones como M¨¦xico, emergentes, de tama?o medio, que deben conservar una imagen, una seriedad en el extranjero, han de defender estas instituciones, asentarlas en m¨¦ritos¡±, sostiene B¨¢rcena, a quien le parece un desprop¨®sito nombrar a un joven fil¨®sofo, por m¨¢s brillante que sea en su disciplina, como embajador en Rusia, cuando su carta de presentaci¨®n diplom¨¢tica, afirma, es ¡°ser af¨ªn ideol¨®gicamente al presidente¡±. Como ocurri¨® en el caso de Eduardo Villegas, recientemente nombrado el m¨¢s alto diplom¨¢tico mexicano en Rusia.

B¨¢rcena cree, finalmente, que el mensaje pol¨ªtico que lanza el presidente con nombramientos arbitrarios es uno solo: ¡°El ¨²nico que manda soy yo, y no pasa nada¡±. La diplom¨¢tica, ahora jubilada, se pregunta, sin embargo, qu¨¦ papel est¨¢ jugando el Senado en esta partida, cuando es en la C¨¢mara alta donde se deben aprobar dichos nombramientos. Esa pregunta es de respuesta f¨¢cil: Morena tiene la mayor¨ªa.

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