La historia oculta de c¨®mo Colombia logr¨® el acuerdo para el salario m¨ªnimo
Los gremios no ofrecieron una cifra y la ministra comunista no se aline¨® con los sindicatos
La primera ministra comunista en la historia de Colombia logr¨® que el Gobierno, los gremios empresariales y las centrales obreras se pusieran de acuerdo en el aumento del salario m¨ªnimo. Esos acuerdos son relativamente at¨ªpicos, pues solo se han logrado en 4 de los 10 a?os anteriores. Este a?o no parec¨ªa f¨¢cil por el entorno de inflaci¨®n disparada, desempleo que no cede, temores de recesi¨®n aupados por el presidente, gremios afectados por una reforma tributaria, sindicatos expectantes del apoyo del Gobierno que ayudaron a elegir y una ministra que plantea presentar una reforma laboral y otra pensional en 2023.
A pesar de todo eso, hubo acuerdo. Seg¨²n cuatro personas que estuvieron en la negociaci¨®n, eso se logr¨® gracias a factores positivos de los tres lados que participan de la definici¨®n del salario m¨ªnimo: el Gobierno, los empleadores y los trabajadores. ¡°La concertaci¨®n de la ministra, la apertura de los sindicatos y la estrategia de los gremios se sumaron para lograr el acuerdo¡±, explica Jorge Enrique Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia y cabeza de uno de las cinco centrales patronales que ten¨ªan asiento en la mesa. Con ¨¦l coincide otro de los representantes gremiales, Bruce MacMaster de la ANDI.
Gloria In¨¦s Ram¨ªrez, la ministra, logr¨® varias cosas. Una fue crear una relaci¨®n de cercan¨ªa, de confianza, con los representantes gremiales. Ya la ten¨ªa con los voceros sindicales, que conoce en su larga trayectoria en la izquierda y en el sindicalismo, pues entre otras fue presidenta de la Federaci¨®n Colombiana de Educadores (Fecode) y miembro del comit¨¦ ejecutivo de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), una de las tres grandes centrales obreras. Justamente la CUT est¨¢ representada en la mesa.
El liderazgo de la ministra se manifest¨® en varias cosas. Una fue profundizar una apuesta de lograr que el salario m¨ªnimo deje de ser la referencia de ajustes de decenas de precio, desde los pasajes intermunicipales de buses hasta las matr¨ªculas de las universidades p¨²blicas. Atar esos valores al salario m¨ªnimo es una medida creada hace m¨¢s de medio siglo para buscar que no se desactualizaran a?o a a?o y que los ingresos del Estado se mantuvieran en l¨ªnea con sus gastos en salarios. Pero dado que desde este siglo el salario m¨ªnimo debe crecer por encima de la inflaci¨®n por mandato de la Corte Constitucional, ese v¨ªnculo termina impulsando la inflaci¨®n.
La ministra, junto con los t¨¦cnicos de su ministerio y sobre todo del de Hacienda, recopilaron decenas de valores que crecen con el salario m¨ªnimo, para completar la tarea de desindexarlos. Esa tarea, que ya hab¨ªa iniciado el Gobierno de Iv¨¢n Duque, seguir¨¢ en las pr¨®ximas semanas don resoluciones, decretos e incluso art¨ªculos en el proyecto de ley del Plan Nacional de Desarrollo. Y, aunque su implementaci¨®n sigue pendiente, la voluntad que mostr¨® Ram¨ªrez de eliminar ese efecto inflacionario le dio m¨¢s margen a los gremios para acordar un aumento del salario que quedar¨¢ alrededor de 3% o 3.5% por encima de la inflaci¨®n de 2022 (cerr¨® noviembre en 12.22% y se calcula que en diciembre crecer¨¢ hasta el 13% o un poco m¨¢s).
Otra muestra del liderazgo de la ministra fue un cambio el lenguaje: en vez de hablar de negociaci¨®n, se refer¨ªa a la ¡°concertaci¨®n¡± del salario m¨ªnimo. Aunque suene marginal, la idea de fondo era cambia la l¨®gica entre un tire y afloje de dos partes (empleados y empleadores) a la construcci¨®n conjunta negociaci¨®n. Ese cambio encaja con la idea de que el de Petro es un Gobierno dialogante que busca acuerdos y concertaciones con todo tipo de sectores sociales, de los motociclistas a los grupos armados, pasando por las empresas productoras de energ¨ªa o la poblaci¨®n en general, sentada en los di¨¢logos regionales vinculantes.
Ese giro ling¨¹¨ªstico de la ministra fue m¨¢s que eso. Abri¨® la puerta a una din¨¢mica diferente a la usual en las negociaciones. En lugar de largos debates partiendo de dos cifras, la petici¨®n de los sindicatos y la oferta de los empleadores, lo que hubo fue algo as¨ª como una serie de seminarios. En una reuni¨®n se discuti¨® en detalle la inflaci¨®n, con puntos como qu¨¦ rubros subieron m¨¢s o cu¨¢l es la inflaci¨®n que afecta a los sectores m¨¢s pobres, que son los que perciben el salario m¨ªnimo. Otras se refirieron a la relaci¨®n entre salario m¨ªnimo y empleo o a la productividad, que junto con la inflaci¨®n es uno de los elementos que ponen el piso al aumento del salario.
Esa din¨¢mica encaj¨® con una innovaci¨®n en el planteamiento de los gremios, que no presentaron una oferta. Sin la usual cifra para iniciar una negociaci¨®n, que suele ser criticada por los sindicatos, el proceso tuvo el cariz que le estaba dando la ministra. Aunque en la reuni¨®n de este mi¨¦rcoles, cuando se hab¨ªan superado ya los encuentros tem¨¢ticos, los sindicatos exigieron a los gremios responder con una cifra su petici¨®n de concertar un aumento del 20%, que hicieron p¨²blica el viernes pasado. Los l¨ªderes gremiales no dieron ninguna cifra. Aunque eso tension¨® la mesa, la ministra actuando como mediadora y acordando por aparte con gremios y sindicatos. Ese mismo mi¨¦rcoles se cerr¨® con una posibilidad muy alta de acuerdo, seg¨²n los consultados.
Finalmente, este jueves se dio el paso final, con las cifras que ya son historia y una victoria para todas las partes. Los sindicatos lograron que el 20% se aplicara al auxilio de transporte, un dinero que los empleadores efectivamente pagan, pero que no es base para los ajustes de otras tarifas, ni es base para los pagos adicionales de la seguridad social. Los gremios lograron cambiar la l¨®gica de la negociaci¨®n y conceder un aumento real alto pero menor que el de un a?o antes. La Ministra logr¨® crear confianza con los grandes gremios empresariales a pocos meses de presentar las prometidas reformas laboral y pensional. Y el pa¨ªs logr¨® tener una nueva muestra de que un Gobierno de izquierda puede llegar a consensos con el sector empresarial, lo que evita crear tensiones a dos semanas del inicio de un a?o que promete traer muchos por la desaceleraci¨®n econ¨®mica, las reformas que ha prometido el Gobierno y las elecciones regionales de octubre.
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