Para qu¨¦ los di¨¢logos regionales
Hacen muy complejo construir un Plan Nacional de Desarrollo, pero son ¨²tiles para hacer pol¨ªtica electoral
¡°Queremos que la ley del Plan de Desarrollo la haga la gente¡±, dijo el presidente Petro. Se supone -entonces- que el Departamento Nacional de Planeaci¨®n deber¨¢ dedicarse a recoger los documentos y aportes de los di¨¢logos regionales para construir el plan nacional. Si a cada uno de los di¨¢logos asisten 15.000 personas en promedio, con base en el que se realiz¨® en el Valle del Cauca, y son 47 di¨¢logos, estamos hablando de m¨¢s de 700.000 personas consultadas, lo que hace muy dispendioso la armonizaci¨®n de las pretensiones regionales.
El consejero presidencial para las regiones, Luis Fernando Velasco, reconoci¨® que en los primeros di¨¢logos han sido v¨ªctimas de lo que ¨¦l llama el ¡°¨¦xito¡± porque los ¡°insumos¡± son vinculantes de lo que va a ser el Plan Nacional de Desarrollo, que a su vez se traducir¨¢ en el presupuesto plurianual de inversiones del gobierno. ¡°Nos lleg¨® mucha gente¡±. ?Se imaginan ustedes lo que va a ser ese presupuesto de inversiones? Sub-planes con participaci¨®n en cada vereda, en cada cabecera; para el consejero " lo que nos han presentado es todo un plan de vida.¡± Y reconoce, como es obvio, que ¡°tenemos que mejorar la metodolog¨ªa¡±. Es natural que el resultado va a ser un despelote.
La pregunta es por qu¨¦ se mete el Gobierno en semejante proceso tan complicado en el que el doctor Velasco diga ¡°solo nos dimos unos d¨ªas para decirles a nuestros t¨¦cnicos, ojo, que la gente est¨¢ mucho m¨¢s preparada de lo que cre¨ªamos. Tuvimos hasta que buscar respaldo log¨ªstico de transporte de los alcaldes para que los di¨¢logos no quedaran concentrados s¨®lo en las cabeceras de los municipios m¨¢s grandes, sino que pudieran llegar campesinos, ind¨ªgenas y todos¡±.
La respuesta es muy clara. Estamos en campa?a electoral y no hay un camino m¨¢s expedito para hacer pol¨ªtica electoral a trav¨¦s de un modelo de participaci¨®n con ¡°todos¡± los habitantes de las distintas regiones. Universidades y carreteras a tutipl¨¦n. Hay que derrotar al ¡°enemigo interno¡±. Es la manera expr¨¦s de pactar reivindicaciones sociales ¡°con los de abajo¡±, en el lenguaje del presidente al clausurar la minga del Cauca. No olvidar que la aspiraci¨®n regional plantea problemas pr¨¢cticamente insolubles.
El problema que se deriva de los di¨¢logos as¨ª planteados es qu¨¦ suceder¨ªa con los sectores sin representaci¨®n. Los que no cupieron en los di¨¢logos regionales. La f¨®rmula democr¨¢tica es creando de manera constitucional el derecho a la planeaci¨®n. A no ser que se desee prescindir de ¡°los que tienen el poder¡±, los ricos de m¨¢s de 13 millones de pesos mensuales en ingresos que van a pagar m¨¢s en la reforma tributaria y que quedar¨ªan por fuera del Plan de Desarrollo.
La Planeaci¨®n es el instrumento moderno para administrar el Estado con la contribuci¨®n de lo que antes se conoc¨ªa como las fuerzas vivas de la naci¨®n.
C¨®mo compaginar las normas constitucionales con los di¨¢logos nacionales del cap¨ªtulo segundo del t¨ªtulo XII de la Constituci¨®n, ¡°Del r¨¦gimen econ¨®mico y de la hacienda p¨²blica¡±, que crea el Consejo Nacional de Planeaci¨®n, integrado por representantes de las entidades territoriales y de los sectores econ¨®micos, sociales, ecol¨®gicos, comunitarios y culturales. Los miembros del Consejo Nacional ser¨¢n designados por el Presidente de la Rep¨²blica de listas que le presenten las autoridades y las organizaciones de las entidades y sectores ya mencionados.
Esta es la norma que habr¨ªa que modificar para que sea el Congreso el que coordine la elaboraci¨®n del Plan con la participaci¨®n obligatoria del Gobierno a trav¨¦s del Departamento Nacional de Planeaci¨®n. En 1968 se intent¨® crear una Comisi¨®n Especial Permanente para elaborar el Plan y su fracaso se evidenci¨® en la imposibilidad de elegirla.
En 1978 se aprob¨® una reforma que hizo obligatorio el plan de desarrollo econ¨®mico y social y una composici¨®n viable de la Comisi¨®n del Plan con diez senadores y otros tantos representantes, elegidos teniendo en cuenta la proporci¨®n de los partidos en el Congreso. Todo eso, tan bueno y tan equitativo (de lo que no dan tanto) para concentrar el debate nacional con todos los sectores sociales en el Congreso, una informaci¨®n completa y la tecnolog¨ªa de planeaci¨®n, se frustr¨®. La Corte Suprema, pues no hab¨ªa Corte Constitucional, declar¨® inexequible la reforma por un vicio de forma tra¨ªdo de los cabellos y volvimos al r¨¦gimen actual en el que el papel del Congreso es muy secundario. Los gobiernos imponen su Plan y el clientelismo se arrodilla.
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