La ¡®trieja¡¯, una familia poliamorosa que sacude las leyes en Colombia
La Corte Suprema de Justicia fall¨® a favor de una familia de tres hombres que convivieron durante 10 a?os. Al morir uno de ellos, los viudos pidieron la pensi¨®n de sobreviviente. La justicia les dio la raz¨®n
Manuel Berm¨²dez tiene una familia poliamorosa con tres esposos, una cama tan ancha que casi no entra en la habitaci¨®n y un historial de primeras veces. No solo fue protagonista con Alejandro Rodr¨ªguez de la primera uni¨®n marital homosexual en Colombia en el a?o 2000, sino que en 2017 sellaron el primer matrimonio de tres. Ahora, su familia acaba de ser reconocida por la justicia colombiana con una decisi¨®n que reivindica sus derechos pensionales y revoluciona las leyes del pa¨ªs.
¡°Soy una loca at¨ªpica, somos locas at¨ªpicas¡±, dice y se r¨ªe mientras prepara un caf¨¦ en su casa en Robledo, un barrio del noroccidente de Medell¨ªn. No dice gay, sino loca, que durante a?os fue una forma peyorativa de llamar a los homosexuales en una de las ciudades m¨¢s conservadoras del pa¨ªs. Su casa es, sin embargo, la de una familia tan tradicional antioque?a que tiene un ¨¢rbol de Navidad hasta el techo, luces, decoraci¨®n y un patio con ¨¢rboles de los que caen mangos dulces. Pero no es nada com¨²n: son tres maridos. Y durante un tiempo fueron cuatro.
La historia de esta trieja comienza en 1999 cuando la palabra poliamor no estaba de moda y sin m¨¢s ambici¨®n que la de dos hombres que se gustaron y quisieron tener sexo. Manuel conoci¨® a Alejandro una noche y comenzaron a salir sin compromiso. Pronto se enamoraron y, al cabo de un a?o, se casaron en una boda simb¨®lica ante un notario. Con la oposici¨®n de la Iglesia cat¨®lica y de otros notarios, pero bajo los reflectores de los medios de comunicaci¨®n, se dijeron: ¡°Nos vamos a querer toda la vida¡±.
Era un acto simb¨®lico y pol¨ªtico, una provocaci¨®n para sacudir a la ciudad y agitar la lucha por el matrimonio homosexual, que a comienzos de los 2000 era una lucha incipiente en Colombia (fue aprobado finalmente en 2016). Siete a?os despu¨¦s, cuando la Corte Constitucional extendi¨® a las parejas homosexuales derechos de las uniones maritales de hecho, Manuel y Alejandro volvieron a legalizar su uni¨®n conyugal. Civilmente, estaban casados y ten¨ªan todos los derechos de cualquier matrimonio.
Despu¨¦s, como pasa con muchas parejas, uno de ellos conoci¨® a alguien m¨¢s. Alejandro se enamor¨® de Esn¨¦ider Zabala, un muchacho del coro de la universidad donde estudiaba. Decidi¨® contarle a Manuel y, en lugar de separarse, lo sumaron a la relaci¨®n. ¡°Yo dije: ¡®Bueno, y, ?por qu¨¦ mi marido no puede tener un novio? Me parece muy injusto que la gente se demore tanto en enamorarse, en conquistar al otro y se separe tan abruptamente¡±, recuerda Manuel de ese momento, crucial para lo que pas¨® luego. En principio a Manuel, que es profesor universitario, no le gust¨® Esn¨¦ider, quien trabajaba en empresas de salud, pero termin¨® profundamente enamorado. ¡°Yo no s¨¦ c¨®mo es esto, pero empecemos a ver que como es la vida de los tres¡±, agrega.
Eran tres profesionales compartiendo ¡°lecho, techo y casa¡±. Una trieja, no un tr¨ªo, aclaran, porque iba m¨¢s all¨¢ de lo sexual. Eran una familia de tres y as¨ª se presentaban. ¡°Claro que tenemos sexo entre los tres, pero esta familia se fundamenta en el amor. Recuerdo una tarde que est¨¢bamos con mis sobrinos viendo televisi¨®n y les presentamos a Esn¨¦ider. Un sobrino me dijo: ¡®T¨ªo, ?otro novio?¡¯. Yo le dije que s¨ª, con naturalidad, y ellos empezaron a validarlo y a decirle t¨ªo¡±, cuenta Berm¨²dez.
Fueron 10 a?os juntos como trieja estable, con alegr¨ªas, baches y momentos duros como las de cualquier convivencia. Ninguno de ellos se siente te¨®rico ni propagandista del poliamor. ¡°La gente a veces se decepciona¡±, dice Berm¨²dez. ¡°Para el poliamor hay que ser muy inteligentes porque no se trata de entrar a una relaci¨®n y sumarse, sino de enamorar al resto. Enamorarse uno, bien; dos, complicado; tres, muy dif¨ªcil. Entonces quienes han intentado entrar a la familia no han podido¡±, dice Alejandro Rodr¨ªguez, bailar¨ªn profesional y el observador y filtro de quienes se acercan a su relaci¨®n con el af¨¢n de dividirlos.
Luego decidieron sumar a otro compa?ero. V¨ªctor Prada, actor de teatro y estudiante de sicoan¨¢lisis, se convirti¨® en ¡°el cuarto¡±. ¡°As¨ª me presentaban. La primera noche no dorm¨ª de la emoci¨®n porque estaba con tres hombres en la cama¡±, recuerda ¨¦l, que despu¨¦s de un tiempo de noviazgo con los tres entr¨® a la familia y se fue a vivir con ellos. Su sue?o, dice, siempre fue tener una familia estable y la encontr¨® ah¨ª.
La muerte que los puso a prueba
Sin embargo, la muerte apareci¨® para sacudir a esta familia poco tradicional. En 2014, a Esn¨¦ider le diagnosticaron c¨¢ncer de est¨®mago y le anunciaron que le quedaban tres meses de vida. Cada esposo asumi¨® una postura diferente frente a la agon¨ªa. Alejandro se dedic¨® a cuidar y a dar el gusto al enfermo en todos sus caprichos; V¨ªctor se volvi¨® el fuerte, por petici¨®n del moribundo, y Manuel era el que le insuflaba energ¨ªa. ¡°Yo le dije: ¡®Amor, si sabes que te vas a morir en tres meses, pues vamos a pasarlo bien, vas a hacer lo que te d¨¦ la gana¡±. A pesar de eso, admiten que fue devastador.
Meses despu¨¦s de la muerte, Manuel y Alejandro pidieron al fondo de pensiones al que estaba afiliado Esn¨¦ider que les reconociera una pensi¨®n de sobrevivientes como beneficiarios de su ser querido fallecido. Ser¨ªa un 50% para cada uno. El fondo privado se la neg¨® argumentando que no reconoc¨ªa a las familias poliamorosas, sino solo a las de dos personas y, que la madre del muchacho ya hab¨ªa pedido la pensi¨®n.
Pero como su relaci¨®n era p¨²blica, lograron demostrar el requisito de convivencia de cinco a?os ante un juez. Luego, el Tribunal de Medell¨ªn les dio la raz¨®n, indic¨® que la madre no viv¨ªa con Esn¨¦ider y orden¨® al fondo entregarles el dinero correspondiente y con efecto retroactivo. Hab¨ªan pasado cuatro a?os desde la muerte de Esn¨¦ider. En una sorprendente sentencia para una justicia muchas veces conservadora, el tribunal dijo que su decisi¨®n se basaba en la importancia de la autonom¨ªa. ¡°Varias personas, sin importar su sexo, pueden confluir con el ¨¢nimo de construir una familia y una persona puede amar a dos a la vez y tambi¨¦n tres se pueden amar entre s¨ª¡±, argumentaron los magistrados.
El proceso jur¨ªdico no par¨® ah¨ª. El fondo de pensiones interpuso un recurso y el caso termin¨® en la sala laboral de la Corte Suprema de Justicia. Durante la demora que produjo la paquidermia de la justicia, Alejandro, Manuel y V¨ªctor (el ¨²ltimo que lleg¨® a la relaci¨®n) protagonizaron otra primera vez: fueron ante un notario e hicieron el primer matrimonio de tres. En el documento qued¨® consignado: ¡°constituci¨®n de r¨¦gimen patrimonial de trieja¡±. Formalizaron as¨ª el poliamor.
Tres veces les dieron la raz¨®n
Ahora, la Corte acaba de fallar a favor de los esposos. Determin¨® que esta familia poliamorosa debe ser protegida y que sus derechos a la pensi¨®n deben ser reconocidos. El magistrado Santander Rafael Brito ha explicado que la sentencia reconoce que las personas pueden elegir su modelo de familia. ¡°El fondo de pensiones estaba tratando de imponer un est¨¢ndar de familia discriminatorio y que atenta contra la igualdad¡±. Hasta ahora, en Colombia se permit¨ªa dividir la pensi¨®n de sobreviviente entre c¨®nyuge y compa?ero permanente, es decir, entre el viudo o la viuda y el o la amante, que deb¨ªan vivir en casas separadas, pero no entre los diferentes miembros de las relaciones poliamorosas que conviv¨ªan de forma estable.
La noticia fue recibida con sorpresa y j¨²bilo en la casa de Medell¨ªn. ¡°Para nosotros, no se trata de la plata, sino de la defensa de nuestra familia¡±, dice Manuel, sentado en el primer piso de la casa donde tienen un teatro. Solo ¨¦l y Alejandro recibir¨¢n medio salario m¨ªnimo cada uno. V¨ªctor, no. ?l llevaba en la relaci¨®n un a?o y medio cuando muri¨® Esn¨¦ider, as¨ª que no cumpl¨ªa los requisitos. ¡°Yo nunca exig¨ª nada porque legalmente no me cobija, pero yo tambi¨¦n perd¨ª a mi ser amado y soy viudo¡±, dice.
El magistrado ha explicado as¨ª los efectos de la sentencia. ¡°Es irrelevante el n¨²mero de compa?eros permanentes. En este caso eran tres, pero pueden ser m¨¢s y tener el mismo derecho de forma proporcional. El problema jur¨ªdico era dilucidar si, para efecto de la pensi¨®n de sobreviviente, la figura de convivencia simult¨¢nea con compa?ero permanente debe ser entendida como la simultaneidad de hogares m¨¢s, no de uno solo con multiplicidad de integrantes¡±, dijo a los medios internos de la Corte.
Para los esposos, la decisi¨®n podr¨ªa facilitar la vida de los poliamorosos. ¡°De aqu¨ª en adelante, cualquiera puede pensar en todas las potencialidades del matrimonio de tres o en el poliamor. Este magistrado va a pasar a la historia como el que se atrevi¨® a meter en la jurisprudencia por primera vez, esas palabras que no exist¨ªan¡±, afirma Manuel. En Medell¨ªn ya se habla de un grupo de poliamorosos que se quieren casar.
Pero desde una perspectiva m¨¢s personal, ellos ven la sentencia como una reivindicaci¨®n de Esn¨¦ider, del amor que se ten¨ªan. ¡°Significa que nos reconozcan como una familia. Que entiendan que el hogar que tenemos, adem¨¢s de ser estable, es visible y legal¡±, remata V¨ªctor, el cuarto esposo. Y que otras personas se atrevan a vivir como esp¨ªritus libres y a conformar las familias que deseen. ¡°Queremos ser ejemplo de recuperar el amor en la familia, en cualquier tipo de familia¡±, afirma Manuel.
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