La muerte de 19 ni?os enluta los festejos de los ind¨ªgenas asentados en Bogot¨¢
Las Autoridades Ind¨ªgenas en Bakat¨¢ denuncian que las condiciones inhumanas en las que viven tienen a cientos de ni?os en riesgo
Faltaron dos d¨ªas para que Yeraldine Vitukay Murillo, una beb¨¦ embera, cumpliera su primer a?o de vida. Cuando sus padres la llevaron a la ambulancia instalada frente a La Rioja, el centro del Distrito donde intentan sobrevivir desde hace 8 meses, su cuerpo ya no ten¨ªa signos vitales. Mientras millones de bogotanos disfrutaban de las novenas navide?as, muri¨® en la tarde del 19 de diciembre. Semanas antes hab¨ªa sido dada de alta del Hospital San Blas donde estuvo hospitalizada por afecciones pulmonares, seg¨²n cuentan sus pap¨¢s. Hasta el momento no hay un dictamen final de la causa del deceso.
Meses antes, el Pueblo Wounaan asentado en Ciudad Bol¨ªvar, al sur de Bogot¨¢, vivi¨® una tragedia similar. El 27 de agosto, un par de d¨ªas despu¨¦s de haber cumplido 4 a?os, Luis Mathia Quintero Negria muri¨® luego de presentar una hinchaz¨®n en su rostro. Sus padres pensaron que era una picadura y buscaron asesor¨ªa m¨¦dica, pero los profesionales de la salud a quienes acudieron les dijeron que no era grave. Al d¨ªa siguiente los visit¨® su Jaiban¨¢ ¡ª m¨¦dico tradicional ind¨ªgena ¡ª y les avis¨® que el ni?o estaba muerto. La causa del fallecimiento sigue siendo ¡®indeterminada¡¯. A la semana, en la misma familia una mujer Wounaan dio a luz a una beb¨¦ sin vida. Hasta ahora tampoco saben por qu¨¦.
Ambas p¨¦rdidas golpearon fuertemente a la familia y a su pueblo que, al igual que otros 15, lleg¨® desplazado a Bogot¨¢ hace 16 meses. Desde entonces las Autoridades Ind¨ªgenas en Bakata (AIB), el proceso organizativo en el que se agrupan, han registrado 22 fallecimientos de ind¨ªgenas, incluyendo 19 de menores de edad, y 5 muertes gestacionales. Para Laura Garc¨ªa, integrante de AIB, las condiciones en las que han vivido por m¨¢s de un a?o y la negligencia estatal para garantizarles una estad¨ªa digna son factores determinantes para las reiteradas muertes. ¡°La p¨¦sima situaci¨®n en la que se ven obligados a vivir genera una proliferaci¨®n de enfermedades que genera que la poblaci¨®n tenga como consecuencia estar hospitalizados y vivir con secuelas¡±, explica. ¡°El desamparo institucional es absoluto. Los Wounan duraron seis meses sin atenci¨®n m¨¦dica. Por eso mismo tampoco sabemos qu¨¦ produjo esos fallecimientos¡±, asegura Garc¨ªa, quien ha estado atendiendo estos casos de primera mano. Las infecciones se han vuelto virales en los centros en los que viven, y afectan de manera especial a los ni?os y ni?as, muchas veces con problemas de desnutrici¨®n que las empeoran. De acuerdo con reportes de la Secretar¨ªa Distrital de Salud, solo en la Unidad de Protecci¨®n Integral (UPI) de La Rioja, donde viven 578 menores ind¨ªgenas desde inicios del mes de mayo, hay bajo revisi¨®n m¨¦dica cinco menores que presentan desnutrici¨®n aguda, tres con desnutrici¨®n severa y cuatro con tuberculosis. Para AIB la cifra es incluso mayor.
La alimentaci¨®n ha sido dif¨ªcil para las comunidades ya que el desplazamiento a Bogot¨¢ les ha obligado a cambiar sus costumbres, comer solo una vez al d¨ªa o les ha imposibilitado el acceso a alimentos que hac¨ªan parte de su men¨² diario. Mientras en sus resguardos pod¨ªan abastecerse de sus siembras de pl¨¢tano o yuca, en Bogot¨¢ comerse un banano se les volvi¨® un lujo. Para paliar el hambre muchos optaron por la mendicidad, lo que ha tra¨ªdo consigo m¨¢s tragedias.
Una de ellas fue la muerte de Herlinda Arce, una ni?a embera de 7 a?os. Herlinda sali¨® a pedir monedas con su abuela. Tras horas caminando, cruzaron una calle para comprar un banano para la ni?a. Un bus la atropell¨®. Dur¨® varios d¨ªas hospitalizada y el 19 de junio muri¨®.
Acciones de emergencia que ya no dan espera
Para los l¨ªderes ind¨ªgenas estas muertes se habr¨ªan evitado si el Estado hubiera cumplido con las exigencias que han hecho desde que llegaron a la ciudad. Aunque en ese tiempo han firmado varios compromisos las administraciones distrital y nacional, para ellos estos casos demuestran que los acuerdos no han pasado del papel. La ¨²ltima vez que el Gobierno se sent¨® a dialogar con ellos fue en octubre, despu¨¦s de que una protesta ind¨ªgena terminara en enfrentamientos con la Polic¨ªa en el centro de Bogot¨¢. En la reuni¨®n, que se realiz¨® de urgencia, participaron delegados de AIB, el presidente Gustavo Petro y varios miembros de su Gobierno, como la embera y directora de la Unidad para las V¨ªctimas, Patricia Tob¨®n, y el ministro de Interior, Alfonso Prada. A la salida del encuentro, Prada declar¨® que hab¨ªan logrado 9 acuerdos urgentes para hacerle frente a la ¡®crisis humanitaria¡¯, como la llam¨®. Entre los compromisos estaba avanzar en un retorno seguro de los ind¨ªgenas a sus zonas de origen, a trav¨¦s de la Unidad de V¨ªctimas. La entidad inform¨® a EL PA?S que ha realizado dos asambleas en el Resguardo Alto And¨¢gueda, del que han salido desplazadas al menos 2.000 personas en la ¨²ltima d¨¦cada, en su mayor¨ªa del Pueblo Embera D¨®bida y Siapidara, como consecuencia del conflicto armado. Seg¨²n la instituci¨®n, en estos espacios lograron m¨¢s de 40 acuerdos. Gracias a ellos, el 21 de diciembre se inici¨® el regreso de alrededor de 250 ind¨ªgenas a los departamentos de Choc¨® y Cauca. Para Jairo Monta?ez, l¨ªder de AIB, puede haber un desplazamiento nuevo en febrero o marzo. ¡°Mo hubo condiciones pol¨ªticas, ni una ruta clara para el retorno. El consenso necesario para estos procesos no se respet¨®¡±, dice.
Para quienes continuar¨¢n en Bogot¨¢, el acuerdo consiste en impulsar que la Sociedad de Activos Especiales (SAE) donara un predio para reubicar a una parte de las comunidades y as¨ª disminuir el hacinamiento que viven en las UPI. Seg¨²n comunic¨® la entidad en un comunicado de prensa este martes, dispondr¨¢ de tres predios para ese fin: uno en la vereda El Diamante de Pereira (Risaralda), y los otros dos en Bogot¨¢, uno en Teusaquillo, y otro en el centro de la ciudad. El siguiente paso es que transfiera los inmuebles a la Unidad para las V¨ªctimas, y que esta contin¨²e el proceso. Con respecto a las exigencias de AIB para hacerle frente a la crisis de salud, sus voceros dicen que las respuestas siguen sin llegar. Es una preocupaci¨®n urgente porque hay infecciones virales en los centros y a ra¨ªz de una de ellas, un menor de seis meses se encuentra hospitalizado. Las Autoridades llaman la atenci¨®n sobre la magnitud del riesgo para pueblos como el Yanakona, que junto a los Wounaan fue reubicado en Ciudad Bol¨ªvar y vive en un centro donde solo cuentan con le?a para cocinar y duermen en el piso sobre colchonetas. Para Garc¨ªa, las demoras vulneran el derecho a la vida y demuestran que el racismo permea a la sociedad. ¡°Son poblaci¨®n de especial protecci¨®n, que tienen barreras del idioma, de movilidad, econ¨®micas. Y a¨²n as¨ª son discriminados en los centros hospitalarios. Mientras la administraci¨®n siga considerando al indio como de tercera categor¨ªa, nada va a cambiar¡±. Por su parte, Monta?ez advierte que las condiciones el Parque Nacional y las UPI, son las mismas. ¡°Fueron pa?itos de agua tibia. Seguimos esperando d¨®nde est¨¢n los 9.000 millones que la Alcaldesa dice que ha invertido en los ind¨ªgenas¡±. Para los pueblos originarios asentados en Bogot¨¢ no han sido felices fiestas y la espera les sigue costando vidas.
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